El inicio

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La isla Plutón, llamada así por ser la más pequeña de nueve islas que se encuentran geográficamente juntas, todas con nombres de planetas, era un lugar muy tranquilo. Todos solían conocerse en ese lugar. Ahí viva yo. Mi padre, Daniel Evans un empresario exitosos dueño de una de las fábricas más importantes de la isla. Una fabricadora de autos Porche, recibí mi primer Porche a los 16. Mi madre Emma Lawrence de Evans, editora de la revista de moda mas importante de Plutón con su nombre " MODA DE OTRO PLANETA". Como verán mi familia era importante en la isla, no sólo por sus excelentes trabajos sino por su labor altruista con todos los que lo necesitaban. Pero ser hija de personas tan exitosas no era algo importante para mi y todo empeoró cuando me enteré que era adoptada. Acababa de cumplir 17 años y estaba muy contenta porque iríamos a parís para la semana de la moda. Un día antes de partir encontré en el despacho de mi padre los papeles de mi adopción, desde ese momento mi relación con ellos cambio. Nunca había sido una persona triste o infeliz, eso a pesar de que no tenía amigos. Era la mejor de mi clase, pero no era una nerd, además era la envidia de muchas adolecentes que morían por tener mi ropa, mi auto y mis padres. Pero yo siempre solía aislarme de las personas y empeoro al saber que mis padres no eran biológicamente mis padres.

¿Cómo me di cuenta que era diferente?, bueno en cuanto cumplí los 17 años muchas cosas comenzaron a cambiar en mi, solía soñar cosas que después pasaban, mi nana Mercedes los llamaba dejavu, pero no me parecía a mí eso. Después solía escuchar lo que a mi parecer eran los pensamientos de los demás, y fue una tortura estando en la escuela. Las cosas se pusieron peor cuando un día en mi clase de ballet hice que una alumna se rompiera un pie con solo desearlo, pensé que había sido solo cosa de suerte pero no. Todo era extraño, pero a pesar de que pensaba que me estaba volviendo loca no le tomaba tanta importancia. Tenía miedo de contarle a alguien lo que me pasaba, mi única persona de confianza después de saber que era adoptada era Mercedes, ella había estado conmigo desde pequeña y era como una segunda madre para mí. Tenía todo lo que cualquier persona podría desear pero no era algo que me importara mucho, estaba por iniciar el último año en la preparatoria, era algo que me ponía nerviosa, a pesar de que conocía a todos en mi colegio desde preescolar.

-No te pongas así Alice, veras que este año será diferente

-Nana, desearía no tener que ir a la escuela nunca más

-Vamos querida no puede ser tan malo

-Todos me ven extraño y son una bola de presumidos

-Que no te afecte tú tienes más que todos ellos juntos

-No me afecta que sean unos presumidos-suspire-Me afecta que no me consideren

La situación de no tener ni un solo amigo siempre me hacía sentir mal, era horrible. Pero tal vez este año sería diferente.

Llegue el primer día y todos estaban ya en sus grupitos tal vez hablando sobre las vacaciones, me senté en mi asiento compartido con el que irónicamente no compartía con nadie y me dedique a leer. Amaba leer era mi pequeño escape de toda mi apestosa realidad. De pronto otro síntoma de locura apareció, comenzó a escuchar una plática entre mis compañeras que estaban hasta el frente de la fila.

-¿Que saben del chico nuevo?

-Pues dicen que es muy rico y que su padre tiene mucho dinero

-Yo no creo que sea muy guapo

-Pues no lo sé pero sí lo es será un gusto presentarme ante el

Y entonces fue cuando note el nuevo síntoma, mi compañera Grace comenzó a imaginar cómo sería el nuevo chico, ¿Que como lo supe? ella solo se quedo en silencio mientras yo podía ver todo lo que ella imaginaba, al principio creí que se trataba de mi propia imaginación, pero no, estaba segura de que no era así. Tárate de alejarme de su cabeza, no era un buen lugar para mí, Grace me odiaba por que su madre odiaba a la mía, la madre de Grace había competido con mi madre por el puesto de editora de la revista y mi madre le gano por mucho. Anqué desde mucho antes Grace y yo habíamos tenido problemas, en primaria me comenzó a odiar cuando comencé hablarle a el que según ella era su mejor amigo y que tiempo después se convirtió en el mío, su nombre era Leonard, habíamos sido mejores amigos hasta la secundaria donde se fue a vivir a otro lugar y no volví a saber de él. Grace se la pasaba haciéndome ver como una presumida ante todos, yo no podía creer como es que no se había quedado sin lengua por hablar tantas cosas de mí que parecían describirla a ella.

Rayo de luna ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora