Rayo de luna

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La mañana siguiente me desperté muy temprano, me arregle y baje a desayunar, la casa se sentía muy sola, Mercedes estaba en la cocina preparando el desayuno, me senté en la barra a esperar.

-Te vez un poco rara Alice

-Explícate Nana

-No sé, te vez molesta

-Lo estoy un poco

-Supe de tu plática anoche con Selene, fuiste un poco grosera Alice

-No estoy para sermones, y pensándolo bien no tengo hambre

-Pero...

-Avísame cuando Cedric llegue

Subí de nuevo a mi habitación, estaba bien que Selene hablará conmigo podía soportar ese punto pero, que le contará todo a Mercedes y que ella me lo volviera a recordar era el colmo, no. Me día cuenta en qué momento comencé a llorar, me tire en la cama aun distendida, ni siquiera me importó que pudiera despeinarme o arrugar la roma. Estuve así por un rato hasta que escuche la puerta de mi habitación abrirse, me levanté un poco de la cama. Era Cedric. No puede evitar sonreírle cuando lo vi pero él no me devolvió la sonrisa en cambio se miraba preocupado y me examinó de arriba a abajo, se acercó y se sentó cerca de mí en la cama.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué llorabas? -me acomodo el cabello y seco mis lágrimas

-¿Cómo entraste hasta aquí?-dije intentado cambiar de tema

-Mis dones-me dio una sonrisa de complicidad-¿No vas a decirme que te pasa?

-No es nada, seguro se me pasara

-Es injusto que tú puedas leer mentes y yo no, enviare una queja

-Puedo leer todas excepto la tuya, aun no sé por qué, pero creo que estamos a mano

-Puedo saber cuando alguien quiere usar un truco mental conmigo y puedo bloquearlo, es un gran don, pero descuida algún día dejaré que lo hagas Cielo

-No me habías dicho eso nunca

-Me gusta el misterio, debemos irnos la escuela

-Odio eso

Me levanté y me dirigí a la puerta para abrirla pero antes de que pudiera abrirla por completo Cedric me tomó la mano que estaba en la perilla y cerró la puerta de golpe, después hizo que me volteara hacia él y me puso contra la puerta tomándome de la cintura. Me miró con sus ojos azules obscuro tan hermosos. Después de unos segundos me besó, cada vez era mejor que la anterior. ¿Podía alguien ser adicto a los besos de una persona?, parecía que yo lo era a los de Cedric, pero él no era una persona, me volvía loca.

-Debes irnos-dije mientras trataba de recuperar el aliento

-¿Debemos? - comenzó a besar mi mejilla y después bajo hasta mi cuello

-Si eso...eso....cre....cre...creo

El momento se vio interrumpido por un golpeteo en la puerta.

-Alice ya es hora de que te vayas a clase

-Voy Nana

-¿Quiere que haga que se vaya?

- No Cedric los que deberíamos irnos somos nosotros

-Está bien Cielo será como tu digas

Abrí la puerta de la habitación y Mercedes estaba parada ahí afuera.

-Sera mejor que dejes de usar tus estúpidos dones sucios conmigo, dejen ambos de comportarse como si no entendieran que lo que hay entre ustedes no puede ser, no parecen ser los príncipes de sus mundos son un par de irresponsables y...

Rayo de luna ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora