La mayoría de las personas eran amigos de mi papá, afuera había un grupo de reporteros, todo pasaban frente a mi pero nadie parecía atreverse a decirme ni una palabra, durante mucho tiempo permanecí acurrucada en los brazos de Cedric, poco a poco durante la noche el lugar se fue despejando quedando solo los amigos más cercanos, el ambiente era más tranquilo y algunos incluso mi madre reirán mientras hablaban. Yo no podía reír, ni siquiera podía hablar. Decidí que era momento de qué me acercara al féretro, estaba abierto, no sabía cómo iba a reaccionar al ver a mi padre ahí pero era algo que tenía que hacer. Me levanté y camine por el pasillo, era la primera vez que me levantaba en toda la noche desde que llegue, de pronto y mientras cadmiaba el lugar se quedo en silencio, no supe si era por cómo me sentía o por qué en realidad se habían callado, me detuve sólo un poco antes de dar los últimos 5 pasos para llegar y verlo. Puede ver a Mercedes acercarse a mí pero mi mamá la detuvo, ella sabía como yo que eso era algo que tenía que hacer yo sola. Camine los últimos pasos que me quedaban y quede frete a él. Me sentí desplomarme pero no lo hice, se miraba tranquilo y parecía estar dormido, sentí varas lágrimas caer sobre mis mejillas.
-Perdóname-susurre-este debería ser mi lugar no el tuyo perdóname
-Alice-mi madre me tomo de los hombros por atrás- Hija ven
-No-me zafe de sus manos-Déjame fue mi culpa por eso murió
-¿Por qué dices eso Alice?-mi mamá había iniciado a llorar de nuevo
-Fue mi culpa se murió por mi culpa-no podía verme pero sabía que parecía una estúpida- Perdóname
Salí corriendo por el pasillo, ni siquiera sabía a dónde iría pero corrí, alado del edifico estaba el cementerio, corrí entre las tumbas hasta que me tropecé y me abrí la pierna, no hubo problema pues sano de inmediato pero el dolor no se había ido. Me quede ahí tirada cuando de pronto escuche pasos, las ramas caídas de los arboles crujían al paso, me levante y volví a correr, era un cementerio muy grande, me di la vuelta y fue cuando lo mire.
El tipo de la máscara negra estaba persiguiéndome, corrí hasta que llegue a un lago, no podía meterme y nadar o probablemente moriría de hipotermia, aun que quizá no importaba si el tipo de la máscara iba a matarme. Se detuvo frente a mí.
-No voy a hacerte daño -¿Por qué siempre lo mismo?- Vengo a advertirte que si no quieres que la siguiente que este en un féretro sea tu madre no hagas nada estúpido, déjanos en paz y te dejaremos en paz
-No sé por qué me dices esto
-Solo no intentes nada contra nosotros o tu linda mamá no verá su próxima revista salir
Este tipo me conocía bien, ¿Y en Londres quien no?, salió corriendo y yo solo pude quedarme ahí sin decir nada, me tire en el suelo para volver a llorar hasta que me cansé, era hora de pensar y no de actuar como una niña tonta. Me levanté del suelo y me sacudí la tierra, me limpié las lágrimas y me prometí a misma que debía ser fuerte y afrontar esta situación como una mujer. Escuche a lo lejos alguien llamarme, Cedric. Lo busque pero el no tardó mucho en encontrarme.
-Alice, Cielo me alegra encontrarte
-El tipo de la máscara vino, me amenazó, dijo que no debía interferir en los planes de los mestizos o mataría a mi madre
-Eso no pasará- me abrazó- Ahora salgamos de aquí
Me llevo hasta la salida del cementerio, mi mamá estaba ahí esperándome y me abrazo con lágrimas en los ojos. Yo no iba a llorar más.
-Deberías irte a descansar a la casa hija
-No quiero dejarte sola
-Estaré bien, Mercedes me acompañara y habrá muchas personas más, Cedric ¿Sería mucho pedirte que la lleve?
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Rayo de luna ©
Teen FictionAlice es un chica que cree que es como todos los demás. Pero cuando conoce a Cedric y se da cuenta de todos los cambios que comienzan a surgir en su vida entiende lo equivocada que estaba. Luchara no solo contra las personas que le quieren hacer dañ...