Rayo de luna ©

El día antes

-Todos estamos listos Alice

Liam había reunido a todos el día antes del eclipse para un último ensayo. Me pidió que entrara en la mente de todos obteniendo un excelente resultado. El equipo estaba listo. Liam había diseñado un plan. Algunos mestizos acamparían desde esa misma noche para tener vigilado el perímetro. Los demás llegaríamos desde temprano para no tener retrasos.

-Suerte y éxito a todos-nos dijo-Y que el cosmos los acompañe

Todos lucían tranquilos y relajados, yo sentía que el aire me faltaba Cada minuto que pasaba. Había quedado con Cedric de pasar la noche en su departamento, Thomas estuvo de acuerdo después de que le dije lo haría de todas formas,  pero antes había ciertas cosas que tenía que hacer. Primero el panteón, había cosas que necesitaba contarle a mi padre, Daniel, pedirle que desde donde fuera que estuviese me apoyara. Había pasado ya tiempo desde su muerte pero no el suficiente para sentirme bien. Fue difícil estar ahí frente a su tumba, tiempo atrás en mi vida jamás hubiera imaginado todas las cosas que me pasaron en tan poco tiempo, tenía la certeza de que algo bueno tenía que salir de todo eso. Que mi vida no era normal y jamás lo seria estaba claro. Me parecían aun increíble todas las cosas de las que era capaz hacer y de todo lo que desconocía antes y ahora sabía. Y ahí frente a la tumba de mi padre le juré que vengaría su muerte, le pedí perdón una vez más y me retire diciéndole hasta luego.

La siguiente parada sería mi casa, había dicho que no volvería en un largo tiempo pero no podía luchar sin antes hablar con Emma. Mercedes me recibió contenta pensada que volvía para quedarme aunque su emoción no se desvaneció por completo cuando le dije que no sería así. Me indico que Emma estaba en el despacho así que ahí me dirigí. Estaba sentada en el escritorio con miles de documentos regados pero no parecía poner atención a ninguno de ellos, cuando se dio cuenta de mi presencia se puso de inmediato de pie y camino hacia mí.

-Aun no me acostumbro a verte con esa ropa

-Espero lo hagas pronto

-¿A qué has venido?

Su pregunta me dolió, parecía que no quería que estuviera ahí.

-Solo saber cómo estabas y saludar a Mercedes

-Mi única hija se fue de mi casa ¿Cómo crees que estoy?

-Mejor que si estuviera aquí

-¡No Alice!-bajo su tono-claro que no yo...te extraño mucho hija, sé que todo el tiempo estoy viajando pero me daba gusto volver después de un día pesado y verte aquí ¿Que paso? ¿Cuándo comenzaste a odiarme tanto?

No lo pude evitar y algunas lágrimas salieron de mis ojos. Quería gritar y decirle que lo había hecho por su bien, que era un peligro y que sin mi estaba más segura. ¿Pero cómo decirle todo eso sin contarle las razones?, era ilógico y tonto.

-No te odio mamá, de hecho te amo demasiado solo necesito un tiempo

-Has cambiado tanto

-Las personas no cambian, solo estas conociendo un lado de mí que desconocías por completo, pero ten por seguro que es mejor así

-Quiero a mi hija de vuelta, a la antigua tu

-Esto es lo que soy ahora, y deberás aceptarlo

El silencio vino después de eso, incapaz de poder seguir ahí me acerqué y le di un abrazo, pero este no fue correspondido. Me dolía pensar que quizá esa sería la última vez que la miraba.

Conduje hasta el departamento de Cedric, un auto estaba estacionado afuera lo cual me sorprendió, él me había dado una copia de las llaves del departamento así que entre por mi cuenta.