Ajustando miras

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El sonido de una puerta azotarse con violencia seguido de pasos furiosos, preparó mentalmente al dueño y hermano mayor de la mansión.

—Fuiste tú ¿verdad? ¡Tú lo planeaste!

—Taemin —el sonido suave lleno de paciencia hizo al nombrado acentuar más el ceño—, primeramente se saluda, mi esposa no está de adorno —señaló cortés a la señora Lee; Luna Lee, quien mantenía la mirada puesta sobre su cuñado—, en segunda, no sé de qué hablas.

—Me importa un bledo los buenos días —el menor de los tres prácticamente lanzó el casco de motociclista a la mesa de mármol, suerte que no fuese de vidrio—, dime lo que planeas y con qué intensión. ¿Acaso lo haces para fastidiarme? ¿Para ganarle a Jonghyun?

—¿De qué estás hablando?

—¡No finjas inocencia Lee Jinki porque no te queda! —Bramó con coraje causando que Luna abriera la boca al ver a su cuñado así de molesto— ¡Sabías perfectamente de mi relación con Jonghyun y casualmente una semana antes de iniciar tu maldita campaña, me lo encuentro! ¿Qué diablos pretendes? ¿Usarme para sacarle información y que tengas puntos a favor?

Jinki arqueó una ceja, pronto relajó los hombros y negó.

—Te juro que no he hecho nada; ¿por qué he de dañar a mi hermano menor? —el mayor de todos colocó diplomáticamente las manos sobre la mesa, entrelazando los dedos en gesto profesional—, sabes que nunca me entrometí entre ustedes, ni siquiera sé por qué terminaron o quien terminó a quien, soy totalmente ajeno a eso, además de que no sabía que iban a coincidir cuando te mandé por Sunny.

—¡Maldita sea! —Gruñó jalando una de las tantas sillas del comedor, ver la preocupación en la mirada de su hermano le hizo soltar el aire retenido— ¡Diez años Jinki! ¡Han pasado diez malditos años y aún no logro superarlo del todo! ¿Por qué tuve que toparme con él? ¿Por qué?

—Jamás me contaste que pasó entre ustedes —habló con suavidad, como si con ellos equilibrara el corazón roto de su hermano, alzó la mano en dirección a la sirvienta y esta entendió, puesto que de inmediato sirvió una taza de café para el menor—, ¿por qué si me decías que lo amabas, lo dejaste?

—Porque no vi interés en él, me cambió por el mundo de la política —la furia había salido de tal forma que ahora se sentía laxo y relajado, tranquilamente tomó una cuchara cafetera para tomar azúcar y endulzar la amarga bebida; se sumió en sus pensamientos unos segundos haciendo que el matrimonio Lee se viese con cierta preocupación—, al inicio todo era divertido en él encontré a alguien con buenos ideales, con postura firme para alcanzar su sueño, incluso ya me proyectaba a futuro a su lado acompañándolo en todo momento en sus eventos políticos... y luego —guardó silencio bajando la mirada—, se olvidó de mí.

—¿Por qué nunca me lo dijiste?

—Porque era un niño enamorado de un adulto —esta vez y para tranquilizar el doloroso pasado, tomó un trago de café y volvió a perderse en sus recuerdos—, sentí que si te lo decía solo me ignorarías por enamorarme de un hombre mayor... ocho años mayor.

—Taemin...

—Y verlo ahora fue extraño, fue doloroso, fue emocionante, fue... dulce —sonrió sin ser consciente—, por un momento retrocedí a mis años de juventud donde lo amaba por completo y estuve a punto de abrazarlo para preguntar sobre cómo estaba y si ya había logrado avances en sus metas; después recordé que sus metas pasaron a ser más ambiciosas al verlo en carteles de publicidad para la gubernatura y todo el amor que sentí se volvió en un fantasma del pasado transformándose así en rencor.

—Taemin no debes guardar esas emociones —Luna, quien se había mantenido en silencio y atenta, le dedicó una mirada cargada de dulzura y comprensión a su cuñado, quien seguía abatido—, eres joven, quizá el pasado o más bien el encontrarte con él solo te hizo saber que es momento de que des vuelta a la página y lo olvides, por ti, por tu salud mental, por tu corazón, vales mucho como para quedarte atascado en una relación fallida donde el culpable fue él.

The sniper «MinKey»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora