Las personalidades del invisible

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Sus arrugados parpados se movieron de acuerdo al movimiento de sus ojos, vagaron rápidamente por el cuarto que para su sorpresa era más grande de lo que pensaba lo que suponía serían muchas muertes sin resolver, con carpetazos jurídicos o lleno de secretos.

—Park Leeteuk —musitó aventurándose al primer estante lleno de carpetas verdes de trabajo, de gruesos anillos y con iniciales que iban desde el apellido hasta el nombre y fecha de nacimiento—, Shin Donghee —recordó mientras paseaba la mirada.

El tiempo se iba demasiado rápido, sabía que debía apresurarse antes de ser descubierto por las cámaras de seguridad, su vista se posó sobre la combinación de letras KG dando certeramente con el nombre de Gyeongmin Kim, la esposa del gobernador, sin dudarlo tomó el expediente, del bolsillo de su pantalón sacó un saco mismo donde metió la carpeta, su mirada se detuvo sobre la combinación PL dando al medio con la persona buscada, finalmente encontró la tercera carpeta y la acomodó junto a las demás.

Salió del lugar con el saco entre su enterizo y camisa haciendo que se viese como un hombre gordo, abandonó tan rápido el corredor hasta llegar a la oficina de Taemin donde colocó la credencial, acto seguido tomó la bata y la ocultó dentro del uniforme de conserje, abandonó el lugar y fue directo hacia los baños, justo a tiempo antes de que sonara un altavoz que indicaba la presencia de un intruso.

—Seguridad. Seguridad. Repórtense al área restringida de inmediato. —Saltó la voz del posible guardia de seguridad que veía mediante las cámaras.

Key logró internarse en el baño con rapidez, los pocos guardias que pasaron a su lado le ignoraron ya que desconocían el problema por lo que el viejo conserje continuó ficticiamente su labor de limpieza; al estar dentro de un cubículo sacó la bata y el saco con la valiosa información, colocó todo sobre la tapa del retrete para actuar de inmediato antes de ser descubierto.

Se quitó con rapidez el uniforme de conserje, lo enrolló bien y sumergió dentro del estanque del retrete, colocó la tapa de loza y procedió a sacar de entre su pantalón y camisa una peluca negra de mechones delanteros demasiado estéticos, dignos de un corte recto de hongo, así mismo se desprendió de las arrugas de la boca y de las manos, dejó solo un poco de látex en sus ojos para no verse tan joven y para cubrir los desperfectos se colocó unas gafas de pasta gruesa que le daban el aspecto de un adulto de edad media.

Por último se colocó la bata médica, extrajo del otro bolsillo del pantalón un gafete que lo coronaba como médico forense siendo el mismo director de la empresa que aunque sonaba irreal sabía que pocos eran los que conocían al verdadero director del instituto ya que este casi nunca estaba en su lugar de trabajo.

Salió del cubículo totalmente presentable, modificado e impecable, sujetó con una mano las orillas del saco haciéndolo lucir como un viejo maletín sin correas, su andar tranquilo era digno de admirar puesto que los guardias de seguridad, conserjes y demás médicos recién llegados, le saludaron de forma respetuosa y con cierto temor al enfrentarse al falso director.

Su andar siguió tranquilo hasta llegar a la puerta donde el mismo guardia del inicio le interceptó con un alto total.

—¿Quién eres y por qué no te vi entrar?

La mirada de Key fue glaciar, frunció el ceño acentuando las arrugas y se acercó amenazante al hombre que solo cumplía su trabajo.

—¿Con qué derecho te crees de intervenir en mi camino?

La mirada del guardia bajó lentamente hasta su gafete, sus mejillas enrojecieron y pronto bajó la cabeza para hacer una reverencia.

—Lo siento mucho señor, no sabía quién era.

The sniper «MinKey»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora