Advertencia y engaño

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Minho había contemplado desde su lugar el balcón por el cual el gobernador Kim Jonghyun había salido, la sonrisa plasmada en el hombre fue motivo para que Choi escuchara en medio de la maraña de gritos, suspiros por parte de las féminas, así como comentarios sobre lo guapo y joven que era.

Poco después logró ver a quien tanto anhelaba más su sorpresa fue grande al observar el color de su cabello, lucía un rubio dorado que lo hacía ver precioso y eso le recordó que Kibum le había dicho sobre el tono verdadero de su cabello.

Pese a la distancia y el ángulo, Minho admitió que su pareja seguía luciendo hermoso, haciendo notar con ese cambio de cabello sus rasgos más exóticos, no podía ver a nadie más, solo a él, por lo que sonrió cuando el menor se aproximó para situarse a la altura del gobernador, observando a toda la gente.

Y después; aún entre todo el ruido de la gente, logró oír el sonido de un disparo. Bastó una mirada hacia su pareja para notar la tensión en él; todo fue tan rápido que no tuvo tiempo de reaccionar correctamente cuando vio como el rubio se lanzaba contra el gobernador, impactándose la bala contra un cristal.

El sonido fue lo suficientemente fuerte como para asustar a la gente que pronto fue presa del pánico, todos comenzaron a correr arrastrando con ello a Minho quien empezó a luchar para ir en contra del movimiento pues su destino era palacio.

Su cuerpo se llenó de adrenalina cuando vio a varios soldados custodios comenzar a correr en busca del terrorista, aquel que quería privar de la vida a Jonghyun.

Finalmente cuando llegó a la puerta de madera tallada, exigió entrar a los pocos soldados que había, más le fue negada la petición causando que el moreno gruñera con fuerza.

—¡Estás desobedeciendo las órdenes de un sargento! —Palpó con rapidez sus bolsillos hasta encontrar su credencial militar, misma que mostró a uno de ellos— ¡Quítate antes de que te dé de baja por incumplimiento a tu superior!

—Lo siento señor, no podemos obedecer a un superior desconocido. —Se atrevió a decir causando que Minho tensara los brazos.

—¡Quítate! —Gritó.

—Señor no podemos dejarlo pasar.

—¡Escucha bien pedazo de imbécil, mi pareja está allá arriba, juro que si no llego a tiempo para saber qué ocurre con él, te asesinaré tan lento y doloroso que te arrepentirás de haberme detenido! —La credencial seguía firmemente alzada contra el soldado.

—Señor, pase por favor. —Otro soldado invadió el campo de visión de Minho para empujar a su compañero, había reconocido a su sargento y sinceramente no deseaba meterse con alguien que era conocido por ser sanguinario en el área de pelea cuerpo a cuerpo— Lamento la negatividad, señor.

Choi solo bufó antes de guardar la credencial, avanzó corriendo escaleras arriba para buscar a Kibum, todo era un caos, custodias nacionales iban y venían, guardaespaldas privados se comunicaban por los auriculares ordenando una camilla y aquello solo le causó más presión por lo que terminó prácticamente derrapando cuando vio el cuerpo de su amado tendido en el suelo.

—¡No me hagas esto! —Intentó centrarse y ser profesional pero sin darse cuenta sus ojos ya se encontraban llenos de lágrimas, estaba tan absorto en Kibum que no notó la presencia del gobernador ni en su pareja.

Palpó con sumo cuidado la zona donde el rubio se protegía, le preocupaba en demasía ver como su pecho se expandía en cada respiración, al sentir la zona húmeda retiró la mano y al verla manchada de sangre solo pudo ahogar un grito presintiendo que la bala posiblemente le había perforado el pulmón y por ende su respiración era así.

The sniper «MinKey»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora