El precio de la libertad

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Changmin observó su mano vendada, había pasado una larga semana en recuperación y pese al tiempo aún no se acostumbraba a ver una extremidad mutilada, ni siquiera se atrevía a mirar cuando le tocaban curaciones. La idea de verse sin dos dedos se le hacía vomitiva y le agotaba emocionalmente tanto que terminaba llorando de coraje, contra todos aquellos que le dieron la espalda, contra aquel rubio de sonrisa angelical, contra sí mismo por haber caído, por todo.

Suspiró cansino al verse dentro de la celda bien iluminada y con dos cámaras de vigilancia en cada esquina, su abogado había mencionado que no había alcanzado la libertad bajo fianza debido a que toda prueba lo apuntaba como el homicida, el juez ordenó el arresto y ahora tras una semana en el hospital se encontraba tras las rejas sintiéndose como animal en exhibición.

Sabía que su primer juicio sería dentro de dos días por lo que pasaría ese tiempo en prisión preventiva, dado el rumbo de la situación intuía que pronto estaría en prisión militar por la complejidad de su caso, al menos no estaría en la federal junto al imbécil de Youngmin ya que este había testificado en su contra confirmando que lo había contratado para asesinar a Jonghyun, Taemin y Key, sin embargo cuando se le preguntó sobre su relación con Minho se limitó a decir que era un hombre incompetente, dejando así en claro que el sargento pese a encontrarse señalado como posible cómplice, tenía todo a su favor para salir bien librado.

—Tienes visita. —Exclamó un policía llamando la atención del ex soldado.

Changmin gruñó sin moverse de la cama que fungía como asiento, levantó la mirada cuando vio un par de pies enfundados en un calzado deportivo, fue escalando lentamente ignorando el pantalón sastre y la camisa blanca para toparse con la curiosa mirada de Taemin.

—¡Oh genial, una visita conyugal! —Musitó irritado.

—Desearías eso —el nombrado sonrió causando que el moreno frunciera el ceño—, he venido a informar que Minho estará en el juicio.

—¿Cómo sabes eso?

—Jonghyun habló con él —suspiró cruzándose de brazos—, le comentó que Key también estará aquí así que es una buena oportunidad para que podamos hundirlos.

—¿Podamos has dicho? —Ladeó la sonrisa volviendo el gesto ácido con toques de amargura— Niño, estás totalmente equivocado si crees que me uniré a tu estúpida causa perdida.

—¿Por qué? ¡Quiero ayudarte, creo que eres inocente! —Se aferró a los barrotes metálicos.

—¿Ah sí? ¿Por qué piensas eso?

—Puede que Key haya jugado con tu mente.

Changmin se rascó la cabeza con suma impaciencia, ese joven le ponía totalmente de malas con tan solo verlo.

—También jugó con la tuya al acercarse a ustedes sin que intuyeran su peligrosidad —se levantó de la cama para acercarse a él—, si crees que me prestaré a tu juego tonto de atrapa al ladrón, estás equivocado. Sin pruebas no hay inocencia.

—¿Por qué te niegas?

—Suficiente humillación tengo ya al ver mi mano, no pienso besar el piso como tú lo harás cuando te des cuenta de que este no es un juego ni una novela dramática donde el villano pierde y acaba muerto mientras el bueno triunfa con la fuerza del amor —soltó un bajo resoplido que hizo a Taemin cerrar los ojos—, la verdadera realidad es que tú no eres el bueno y él será algo así como el antagonista con tanto protagonismo y aclamado por el público que será imposible ganarle, así que evítate la pena de humillarte en público.

—Pero...

—Ahórrate tus comentarios, no necesito tu ayuda ni tampoco tus visitas, vete con tu amado Jonghyun y sean feliz en la mediocridad. —Expresó lleno de amargura y coraje.

The sniper «MinKey»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora