Camisa

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Señor Kim, soy Jung HoSeok, de la revista Edge. Me encantaría devolverle la camisa, si es posible. Y si me pudiera conceder otra oportunidad para hablar de Interface, no podría estarle más agradecida. Quedo a la espera de su respuesta.

Joven Jung, soy NamJoon de nuevo. El señor Kim tiene que asistir al evento de una organización benéfica esta tarde. Si puede estar en el vestíbulo del edificio a las 17.00, lo verá allí.

P.D.: Dice que se quede la camisa.

-Voy a verlo otra vez. Oh, Dios. ¡Voy a volver a verlo y esta vez no puedo permitirme que salga mal! Tengo que hacer preguntas claras. Contentarlo para que, tal vez, me reciba de nuevo. Jin, es fundamental que lleve el atuendo adecuado. Ayúdame a elegirlo.

-¿Qué tipo de atuendo?

-Algo que sea...

Observo un pantalon y una camiseta blancas: puro.

-Yo creo que vamos por algo más fuerte, que diga «aquí estoy yo y me encargaré de todo». -Jin señala un pantalón gris pegado, una chaqueta corta y entallada del mismo color y zapatos negros.

-Pero quería parecer puro y vulnerable -digo con un gemido.

-Vamos, con esto triunfarás.

-Vale -acepto-. Esto y un bóxer bonito que me dé seguridad.

***

El jueves le digo a Hyejin que he conseguido una entrevista para marcharme antes del trabajo.

-¿Vas a ir así vestido? -Señala el atuendo que Jin y yo elegimos.

Asiento con la cabeza.

Frunce el ceño.

-Pareces demasiado... un secretario. ¿No podemos elegir algo un poco más sensual? ¡Queremos despertar su interés sexual!

-Pensaba abrirme un par de botones para que se me viera algo de pecho -la tranquilizo.

-He escuchado que este fin de semana hay un fiestón en el Ice Box. ¿Has conseguido información sobre esto?

No, pero lo escuché mencionarlo en el coche.

-Intentaré asistir -le aseguro.

Llego temprano a T4 y pregunto si puedo verlo antes de marcharnos.

-¿Cinco minutos para que le devuelva esto? -pregunto, levantando la percha con la camisa limpia y con la funda de plástico de la tintorería.

Una de las asistentes coge el teléfono, susurra algo al receptor, señala con la cabeza y me pide que me siente.

Hago lo que me dice y, tras un minuto, levanto la mano libre levemente hasta la camisa y desabrocho el botón superior.

Luego me desabrocho otro y el aire me acaricia la piel del canalillo.

Respiro hondo y sopeso volver a abotonarme la camisa al menos una docena de veces hasta que me permiten entrar en su despacho. Cuando lo veo de pie detrás del escritorio cogiendo la chaqueta del respaldo de la silla, se me olvida.

Un hombre de negocios de metro noventa hecho un pincel, con corbata negra y la mandíbula suavemente afeitada. Nunca vi a mi padre vestido para ir a trabajar, ni a un hermano. Seguro que por eso la visión de Kim TaeHyung con esa camisa blanca almidonada mientras agarra la chaqueta me parece tan evocadora y seductora.

No puedo dejar de mirarlo. Capto su expresión en el momento en que me ve y me devuelve la mirada en silencio. Dios. Me perturba en todos los sentidos. No soy inmune a su atracción. La siento como un puño en el estómago, cada mirada es como un puñetazo más profundo.

Sinfulness (V-Hope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora