Excitación, éxtasis y exposiciones

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Pasamos el domingo con los chicos viendo otro partido de los White Sox.

Tenía toda la intención de escribir notas en el teléfono para añadirlas al archivo, pero estoy tan relajado que me dejo llevar un rato.

Empiezo a sentirme cómodo con ellos, son como los hermanos mayores molestos que nunca he tenido. Parece que vienen de algún acto porque llevan traje y la corbata desanudada a un lado. La chaqueta de uno cuelga en una silla y la del otro, en un sofá.

La voz del locutor dice algo sobre un gol, tal vez era un touchdown o algo así, y los chicos están pegados a la pantalla de la televisión. Estoy sentado cerca de Taehyung, que lleva una camiseta de algodón azul claro que se le pega a los hombros y unos vaqueros desgastados. Se le ve cómodo y tiene un aspecto imponente despatarrado en el sofá. Jungkook y Yoongi comentan algo sobre un jugador; Taehyung sigue con la mirada puesta en la tele y, de vez en cuando, da un trago de vino. Así es, nada de cerveza. Ven los partidos con pinot noir.

Un día en la vida de Kim Taehyung. Me río por dentro e intento centrarme en el partido, pero lo único en lo que puedo pensar es en el brazo que tiene Taehyung detrás de mi espalda. Está tan atractivo con esa camiseta que lo único que deseo es acurrucarme más cerca de él, enterrar mi cara en su pecho y que me abrace con esos brazos tan fuertes. En vez de eso, nos separan unos siete centímetros de sofá que he dejado de forma deliberada por la misma razón por la que quiero arrastrarme hasta su regazo. Necesito calmarme.

Justo entonces Taehyung deja caer el brazo para rodearme las caderas y me acerca a él con un movimiento rápido. Termino tocándole el muslo con el mío y rodeado por su brazo.

—Eso está mejor —dice, satisfecho consigo mismo, mientras vuelve a echarse hacia atrás y sigue viendo el partido. Otro trago de pinot noir.

JungKook parece haber percibido un minúsculo movimiento por parte de Taehyung porque empieza a reírse. Taehyung le lanza una mirada y me acerca a él.

Chicos. Pongo los ojos en blanco y me muerdo la parte interna de la mejilla para evitar reírme. Me giro y veo que Taehyung me mira a la boca; tengo los labios fruncidos en una sonrisa que apenas controlo.

—Esa boca —dice bajando la mano y utilizando la yema del pulgar para abrirme los labios. Todavía me observa mientras retira la mano. Se inclina para besarme y yo alucino y giro la cabeza. Él solo se ríe y me da un besazo en la mejilla.

—Maldita sea, nunca he viso eso antes —dice Jungkook.

—¿Qué? —pregunto.

Se gira hacia Taehyung.

—Un chico rechazando al rey.

—¡No lo he rechazado! —replico enseguida.

Sé con certeza que me estoy ruborizando. Me giro para mirar a Taehyung y él frunce ligeramente el ceño. Estoy seguro de que está apuntando mentalmente darle una patada en el culo a Jungkook más tarde.

—Lo has hecho —insiste Jungkook—. Vas a tener que curar esa herida más tarde. —Me guiña un ojo y siento que la tensión de Taehyung aumenta.

—¿Qué? ¿Qué me he perdido? —dice Yoongi con los ojos todavía pegados a la tele.

—Oh, nada, solo que a nuestro hombre aquí lo acaban de...

—¡OH! ¡JODER, SÍ! ¡¡ESO ES!! —Yoongi se levanta de la silla y aplaude—. Vamos, vamos, ¡vamos!

Creo que ha ocurrido algo bueno. Jungkook y Taehyung vuelven a mirar la pantalla y se unen a la leve celebración de Yoongi. El pecho de Taehyung vibra con su voz profunda y yo hundo la cabeza un poco más cerca de él de forma instintiva.

Sinfulness (V-Hope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora