♡Ver para Creer♡

385 26 3
                                    

Sentimientos de orgullo, admiración y... traición.

¡Mezclalos y el resultado solo puede convertirse en un sentimiento desagradable...!

Ira.

Capítulo 12.

Una inmensa pila de papeles se alzaban sobre su escritorio.

Trabajo.

Puro trabajo excesivamente amontonado sobre su escritorio.

Gabriel Agreste suspiro con pesar
mientras se sentaba en su cómodo
sillón de oficina. Tomó una hoja
de entre el montón de papeles amontonados en una pila sobre su escritorio y comenzó a leerlo, lento
y detalladamente, sin perder ningún punto de vista de alguno de los
párrafos en dicho documento.
Luego de un tiempo al terminar de
leer aquella hoja, tomó un bolígrafo
de entre los que había sobre su
escritorio y firmó el documento.

Después de firmar lanzó otro suspiro al aire.

Era una hoja menos.

Las horas pasaron como en un abrir
y cerrar de ojos. Aunque a simple vista no hubo un cambio radical
en la oficina de Gabriel Agreste,
pero si eras lo suficientemente observador, notarías que la gran pila de papeles había cambiado de posición. Quizás ese sería un detalle insignificante que nadie tomaría en serio, probablemente si alguno de sus empleados hubiera entrado antes y después, también pensaría lo mismo.
Pero por el contrario si fuera una persona cercana y de confianza, alguien como su secretaria por ejemplo.

Entonces su conclusión sería muy diferente. "Ya a terminado de revisar todos esos papeles".

Aquella conclusión no estaría nada lejos de ser verdad. Gabriel Agreste, en tan sólo unas horas había logrado terminar de revisar todos esos informes a la perfección y la única prueba existente sería aquella papelera con restos de algunos informes que a su criterio eran basura.

Gabriel se levantó de su sillón y decidió estirarse un poco. Pasar horas sentado y revisando informes era parte de su trabajo para dirigir como jefe a su empresa, así como lo era también el de crear diseños fantásticos que alzarían más su fama, Gabriel encontraba algo agotador su trabajo y en otras ocasiones se encontraba maravillado. Por desgracia hoy era uno de esos días en los que lo primero (agotador) era la opción más sobresaliente.

Lanzó un suspiro y hecho un vistazo a la hora que era. Como era de esperarse ya era mas de medio día, por lo que su hijo Adrien dentro de poco no tardaría en llegar. Una vez que su conversación terminará, tenía planeado almorzar tranquilamente ya más con calma. Después de todo, estaba seguro que su almuerzo sería más ameno luego de una buena charla con su hijo.

Aunque si su esposa se llegara a enterar de que almorzaria un poco mas tarde, probablemente lo regañaría a más no poder.

''¡Si no cuidas bien tu salud, puedes olvidarte de tu beso de buenas noches!''

Gabriel Agreste sonrió y se contuvo de reir al recordar las palabras que frecuentemente usa su esposa. Aunque no rio, esa sonrisa que ahora estaba en su rostro era algo que solo estaba acostumbrado a relucir siempre que tuviera que ver solo con Emilie, la mujer que amaba.

Por desgracia la sonrisa le duro
muy poco, su teléfono sonó interrumpiendo su momento nostálgico y no tuvo más opción que responder la llamada, más aún después de leer el nombre del individuo que lo llamaba.

—Andre Burgoa no esperaba tu llamada tan temprano. Dime ¿A que se debe tu repentina llamada?.

Gabriel hablo con una voz monótona y calmada, algo que lo caracterizaba totalmente, pero aunque su voz sonará calmada y fluida lo suficiente para generar una charla tranquila, lo único que recibió de parte de Andre Burgoa. Fue un silencio abrumador. Esto hizo que terminará frunciendo el ceño, Gabriel conocía a Andre Burgoa desde su etapa universitaria, así que si algo había aprendido de el. Era que su repentino silencio.

¡¿Casados por Accidente?! [♡Adrinette♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora