Seis meses después…
El tiempo no se detiene, sigue su curso imparable, tan rápido cuando eres feliz, lento y tortuoso para los que, como yo, viven recordando.
Sabía que Gale trataría de seguirme, por eso no volví a la vieja casita de papá. Si quería desaparecer debía hacerlo bien. Aún me quedaba en el mundo un familiar. Alguien que nunca conocí porque mi padre no hablaba de él. El abuelo. Él había abandonado a mi padre de pequeño, por eso jamás lo buscó. Vivía en un remoto pueblito, en Oregón.
Los primeros días aquí pensé que no podría soportarlo, pero mal que bien, he ido mejorando. Todavía me duele mucho pensar en Peeta pero poco a poco vuelvo a ser la Katniss de antes. Esas heridas demoran en cerrar, tal vez nunca se curen completamente.
Ahora tenía trabajo, una nueva vida, algunos amigos y la compañía del abuelo Haymitch quien no me recibió con los brazos abiertos pero dejó que me quedara con él. Es bastante esquivo y tan callado pero pesar de eso puedo sentir que ya me quiere.
— ¡Katniss! Teléfono— gritó desde el recibidor.
— ¿Quién es Haymitch?— pregunté, él no quería que le llamara abuelo.
—Es Boggs— bajé los escalones rápidamente. Era mi jefe, el concejal del distrito. Y también mi amigo. Fue el único que contrató mis servicios sin ponerme en una planilla electrónica. Algo le conté de mi pasado y él me ayudó a esquivar el sistema.
—Hola Boggs ¿Qué pasa?— yo estaba a cargo de la propaganda y publicidad de las obras que se construían.
—Katniss, tienes que venir, debemos colocar algunos carteles y la gente no sabe dónde se verían más vistosos— pidió
—Salgo para allá en este instante— tomé mi chaqueta y las llaves de mi vieja camioneta. Fue el regalo de Haymitch en mi cumpleaños. Pero para las cortas distancias del lugar, estaba bien. –¡Haymitch, regreso en la tarde!— le grité y me apuré en llegar antes que la constructora no me deje sitio para colocar los carteles.
En el camino llamé a Paylor, era una estudiante de diseño que me ayudaba.
—Ey Katniss, ya casi llego, Boggs también me llamó— su voz parecía la de un policía. A pesar que estaba a mi cargo en el trabajo, me intimidaba su presencia.
—¿Llevas las fotos que tomamos ayer?— le hice recordar.
—Desde luego jefa— soltó una carcajada parecida a la de un niño y colgó.
Me sentía tan bien ahora. Hace cinco meses me llevé el susto de mi vida. Me di cuenta que el periodo se me había suspendido. Sufrí mucho pensando que podía estar embarazada. ¿Cómo podría traer al mundo a un bebé sola? No sería justo, todos los niños merecen venir a un hogar que los espera, con un papá y una mamá. Afortunadamente el examen de sangre me indicó que tenía una anemia severa. Me dieron un régimen alimenticio con más carbohidratos y me recuperé. Haymitch insistía en que comiera bien, decía que estaba muy delgada.
Era fácil vivir con el abuelo. Él estaba jubilado, se dedicaba a repartir la correspondencia en el pueblo, a pescar y a mirar la televisión. Sé que antes era bebedor pero se rehabilitó hace algunos años. No me preguntó de qué huía, sólo me aceptó sin cuestionarme. Eso era bueno, así no me preguntaba nada que no le pudiera responder y no quería más mentiras en mi vida.
Llegué presurosa a la obra. Bajé y me encontré a todos los trabajadores sentados y la construcción detenida. Boggs se acercó a mí.
—Llevamos dos horas tratando de entender dónde poner tus carteles— me dijo sonriendo. Era bastante guapo y soltero. Y por alguna extraña razón, eso no me atraía. Creo que a alguien con un corazón roto, como el mío, poco le interesa volverse a enamorar. Y no era el miedo a que me vuelvan a lastimar. Era porque no podía volver a ilusionarme, egoístamente deseaba guardar mi pena y regodearme en ella. Era masoquista pero no lo podía evitar.
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CONSERJE MELLARK -Terminado-
FanfictionMayores de 18 años Contenido sexual explícito Katniss es una señora frustrada sexualmente, casada con Gale Hawthorne, un hombre guapísimo pero impotente. ¿Qué pasará cuando se mude a un condominio y conozca al guapo conserje? Adaptación de mi fanfic...