-¿M-Masamune?-me pregunta incrédulo y se acerca a mí.
-h-hola-le respondo con nerviosismo y agacho un poco mi mirada.
-¿cómo es que estás aquí? ¡Ah! Ya entiendo. La dirección no era para Takafumi, era para ti-me mira con... ¿Molestia? ¿Está enojado conmigo?
-lo siento-agaché más mi mirada y unas pocas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.
-¿por qué te disculpas?-se acercó a mí y tomó mi cara con sus dos manos para que yo pudiera verlo a los ojos.
-por decirte que terminábamos. Creía que lo mejor para ti era que, encontraras a otra persona con lo que pudieras formar una familia. Pero... Me di cuenta de que te amo mucho... Bueno, siempre lo he hecho. A lo que me refiero es que, me sentía muy solo sin tu presencia. Pero no me atrevia a decirte que volvieras porque fui yo quien te dijo que no me buscaras más. Bueno, no estuve del todo solo, ya que Takafumi siempre estuvo conmigo y me cuidó. O mejor dicho, nos cuidó-dije con una sonrisa dulce y rodee mi vientre con mis brazos.
-espera, espera. Ve más despacio. ¿Qué quieres decir con, «nos cuidó»? ¿A quiénes?-me pregunta mi amor con una mirada de confusión.
-quiero decir que, nos cuido a mí y a nuestro bebé-dije con una enorme sonrisa y mis lágrimas no tardaron en aparecer. Akihiko se quedó estático y con la boca abierta.
-¿estás hablando en serio? ¿De verdad tendremos un bebé?-rodeó con sus brazos mi cintura y me cargó.
-¿estás feliz?-le pregunté con ilusión.
-claro que estoy feliz. ¡Tendremos un bebé!-exclamó con mucha alegría y comenzó a darme unas cuantas vueltas.
-Akihiko... E-espera... Me estoy mareando-comencé a sentir que todo a mi alrededor me daba vueltas y tuve que cerrar mis ojos.
-perdón-se disculpó mi amor y me volvio a dejar en el suelo, pero sin dejar de abrazar mi cintura-. ¿Cuándo pasó?
-pues... Desde hace un mes me he sentido mal. Me siento cansado o tengo náuseas matutinas. Takafumi me compró una prueba de embarazo y salió positiva.
-entonces, ¿no es oficial?-cambió su semblante a uno triste. Me hizo a mí entristecerme también-. No, no quiero que te pongas triste-tomó mi cara entre sus manos y acarició mis mejillas-. Pero no me gustaría que tú te ilusionaras en vano.
-no quiero tampoco hacerme ilusiones. Mañana iré mejor con el doctor para que me revise. ¿Me quieres acompañar?
-¡claro que sí!-exclamó con alegría.
-oye... ¿Quién era el chico con el que estabas hablando hace poco?-hablé con un poco de... ¿Celos?
-¿quién? ¡Ah! Él es...
-¿y por qué te besó en la mejilla?-sentía que los celos me estaban consumiendo.
-tranquilo. Él es un chico que conocí cuando me fui del departamento donde vivíamos juntos. Me topé con él justo cuando me iba, casi chocamos porque yo iba distraído y él estaba cargando unas cajas, por lo que, no podía ver por dónde estaba caminando, así que, una de las cajas se cayó y yo lo ayudé a levantar sus cosas y a llevarlas a su departamento. Después de que lo ayude, él me besó en la mejilla y esperaba que pudiéramos vernos pronto-sentí que la sangre me hervía.
-¿te gusta?-le pregunté dolido.
-claro que no me gusta. Él es solamente un amigo. Ya le dije que no quiero tener nada con él que no sea amistad. Además, le gusta mi amigo. Justo ahora iban a encontrarse. No te preocupes, solamente estoy enamorado de ti y siempre lo estaré-me dijo en un tono de seducción y se acercó a mí para abrazarme por la cintura y pegar sus labios a mi cuello.
-ahhhh-gemí sin poder contenerme. Necesito tanto estar a su lado. Quiero estar con él y que me ame, así como yo lo amo. Se acerca lentamente a mis labios y los roza ligeramente, me mira lujurioso y yo termino de acortar la distancia entre los dos, juntando sus labios con los míos. Es un beso dulce y lleno de amor; refleja la falta que nos hacemos mutuamente, el amor que sentimos es lo más importante para mí y no deseo separarme de su lado, quiero estar entre sus brazos y que no me deje ir nunca.
-por favor, quedate conmigo-susurre cuando nuestros labios se separaron y lo mire a los ojos.
-me quedaré contigo, y con nuestro bebé-me respondió tiernamente y me acarició el vientre. Yo le sonreí y escondí mi cara en su pecho. Me siento tan bien estando a su lado, me siento protegido y si estoy con él, nada malo me va a pasar, ni a mí, ni a mi bebé. Mejor dicho, nuestro bebé.
De un momento a otro siento que Usagi me toma entre sus brazos y me carga, yo me sorprendo, pero al final sólo enredo un poco mis piernas en su cintura y lo abrazo por el cuello.
-¿qué piensas hacer, pervertido?-le pregunté.
-no te lo diré. Será hasta que entremos a la casa y veas-me responde con una sonrisa. Yo simplemente me dejo hacer y dejo que me cargue hasta dentro de la casa.
Entramos a la casa y nos dirigimos hacia la habitación de Usagi. No me siento muy cómodo estando ahí, es la casa de su amigo, ¿qué va a decir si nos ve?
-espera, A-Akihiko. ¿Qué estás haciendo?-le pregunté con nerviosismo después de que me dejó sobre el colchón y el se colocó encima de mí. Comenzó a besar mi cuello y a dejar todo tipo de marcas en este. Es un pervertido.
-¿no es obvio? Hace un mes que no hacemos el amor. No me digas que no quieres-dijo con un semblante tranquilo, pero podía notarse que estaba excitado. Yo simplemente desvíe mi mirada, sonrojado.
-haz lo que quieras-murmure con seriedad y me cruce de brazos. Usagi dejó escapar una pequeña risilla y enseguida se acercó a mí para comenzar a despojarme de todas esas prendas que él consideraba estorbosas; primero me dejó desnudo de cintura para arriba y con sus manos comenzó a jugar con mis pezones, los lamió y los mordió ligeramente, no pude evitar dejar salir un suspiro.
-ahhh... D-detente... Esto... N-no está bien-traté de alejarlo de mi cuerpo cuando bajó un poco más para empezar a quitarme los pantalones.
-¿por qué?-me preguntó con una mirada inocente.
-estamos en la casa de tu amigo. ¿Qué va a decir si nos encuentra?-pregunté con miedo.
-tranquilo. Él no vendrá, está con el chico que te platiqué, ambos se llevan bien y se gustan. Quién sabe qué estén haciendo en estos momentos-dijo con una sonrisa lujuriosa y volvió a pegarse a mi cuello.
Comenzó a dejar un camino de besos desde mi cuello y siguió bajando hasta el pecho, de ahí, continuó descendiendo hasta que llegó a mi abdomen, ahí se detuvo un momento y lo miró detenidamente.
-¿qué pasa?-le pregunté, preocupado.
-nada. Solamente estoy pensando en cuando este hermoso bebé comience a crecer y tu pancita también crezca-dijo con ilusión y unas pocas lágrimas amenazaban son salir de sus ojos.
-ven-le indique y le hice señas para que se acercara a mí. Él me obedeció y se acercó, hasta que nos quedamos viendo frente a frente-. Te amo-lo abracé y le susurre esas palabras al oído.
-yo también te amo, con todo mi corazón. Jamás dejará de ser así y siempre me quedaré a tu lado. Hasta que tú me digas que ya no me amas más.
-tonto. Eso jamás pasará. Estoy seguro de estos sentimientos. Sé que nunca cambiarán y quiero pasar el resto de mi vida contigo-murmure, sintiendo mis mejillas arder y escondí un poco mi cara en su hombro.
-eso me parece perfecto-volvió a usar su tono lujurioso y logró que yo me recostara de nuevo en el colchón. Se posicionó encima de mí y volvió a repetir el proceso; me besó el cuello de una forma muy dulce y angelical, continuó bajando, hasta que llegó hasta mi miembro, lo tomó con sus dos manos y lo apretó cuidadosamente, no lo hizo para lastimarme, sino para hacer que me excitara más, cosa que logró.
-ahhhh... A-Akihiko... E-espera... Y-yo-comencé a perder el control, sentía que en cualquier momento dejaría salir algún sonido vergonzoso.
-¿qué pasa? ¿Acaso no quieres?-me preguntó. Puedo sentir que su voz está algo cambiada, la noto un poco más grave, debe ser porque está excitado el muy pervertido.
-n-no es eso... Ahhh-traté de contener mis gemidos, pero fue prácticamente imposible cuando sin avisarme, Akihiko introdujo todo mi miembro en su boca, lamió la punta con su lengua mientras acariciaba la base con sus manos-. ¡Ahh! ¡Nngh! ¡A-Akihiko!-exclame, preso completamente del placer. Me entregue de lleno al deseo y a la lujuria y mi mente se quedó en blanco. Usagi lo hacía tan bien. Movía sus labios y sus manos de una manera que, lograba que no pudiera pensar claramente, mis sentidos se agudizaban, mi respiración era entrecortada y mi corazón estaba a mil por hora, cada vez que Akihiko me tocaba de esa manera, me hacía tan feliz.
-mmgh... Me... Me vengo-murmure, sintiendo un leve hormigueo recorrer cada centímetro de mi cuerpo, un espasmo, una corriente eléctrica en toda mi columna vertebral y descargué todo mi semen en su boca.
-l-lo siento-lo miré avergonzado y me tapé la boca con las manos.
-mmm, delicioso-se lamio los labios de una manera muy descarada y después se mordió el labio inferior. Definitivamente es un pervertido.
-¡no hagas eso, pervertido!-le reclamé y me avergonce todavía más.
-no lo haré-me miró con burla y se acercó para acomodarse en mis piernas.
-no creas que no sé que, te estás burlando de mí-lo miré serio y desvie mi mirada.
-mi amor, no me estoy burlando de ti. Jamás haría algo como eso-y seguía con sus bromas. Si continua, definitivamente, lo mataré.
-di lo que quieras-evité mirarlo a los ojos me tapé la cara con las manos.
-vamos. No te enojes-murmuró con voz arrepentida. No pienso caer en sus juegos. Miro a través de los huecos que hay entre los dedos de mis manos y puedo darme cuenta de que, está triste.
-¿Akihiko?-le pregunté preocupado y me reincorpore un poco para poder acercarme a él. Inmediatamente quita su cara triste y vuelve a esbozar su sonrisa cínica y se abalanza encima de mí-. Así que... ¿Me estabas tratando de manipular?-le pregunte serio mientras él tomaba mis manos y las aprisionaba contra el colchón.
-ya sabes que a mí no me van ese tipo de cosas. Vamos, no te enojes por todo y por nada. Ahora, continuemos con lo que estábamos haciendo, ¿qué era? ¡Ah, sí!-me miró con malicia y soltó mis manos para alejarse y quedar nuevamente entre mis piernas. Las separó un poco y deslizó un dedo tímidamente hasta llegar a mi entrada, la cual presionó, pero sin penetrarla.
-ahhh... Mmgh... E-espera...
Mi respiración se aceleraba y mi corazón amenazaba con salirse de mi pecho. Akihiko llevó ese mismo dedo y además, el dedo medio a su boca y los lamió lascivamente, los volvió a colocar en mi entrada, primero fue el índice; el cual introdujo lentamente, comenzó a hacer círculos para que se dilatara. Me siento extraño, hace un mes que, no me hacía el amor. No me duele, más bien, me excita más de lo normal.
-¿por qué tan serio? ¿Te duele?-me pregunta Akihiko con preocupación. Yo solamente niego con mi cabeza. Inmediatamente, mete el dedo medio y también lo mueve en círculos.
-vamos. Ya metelo-le suplico con ansiedad. No sé por qué me siento tan ansioso. Quiero que Akihiko me penetre y me haga suyo.
-¿estás seguro? No quiero hacerte daño.
-estoy bien. Si es contigo, siempre estaré bien-le respondí con una sonrisa dulce. Él me mira tiernamente y se acomoda mejor entre mis piernas. Colocó la punta de su erecto pene en mi entrada y la rozó ligeramente. Inmediatamente, comenzó a penetrarme lentamente.
-ahhh... Mmgh...
Me siento más sensible de lo normal. Todos mis sentidos están más activos. Siento como su pene se abre paso entre mis paredes, me duele al principio, pero poco a poco comienzo a acostumbrarme, hasta que siento que ya está todo dentro.
-¿duele?-me pregunta mi amor mirándome a los ojos fijamente. Me estremece su mirada y yo desvíe la mía, sonrojado.
-n-no, no duele...Y-ya puedes moverte-no necesitó que se lo dijera dos veces para comenzar a moverse como un desquiciado. Se movía desenfrenadamente, como si alguien lo estuviera persiguiendo y quisiera huir.
-¿se siente bien?-me preguntó lujurioso mientras acariciaba mis caderas para subir lentamente por mis muslos ya que, tenía mis piernas enroscadas en su cintura para que las embestidas fueran más profundas.
-s-sí... M-más... ¡Más rápido!-exclame cuando las embestidas eran a un ritmo desenfrenado. No podía parar de gemir y gritar de placer. Estoy con el hombre que amo y estamos a punto de tener un bebé. Mi vida es maravillosa. ¿Qué más puedo pedir?
-ahhhhh-suspiró Akihiko apoyando sus brazos sobre el colchón y tensando los mismos debido al esfuerzo. Se acercó a mi rostro, no pude evitarlo y tome el suyo con mis manos.
-eres el mejor-le susurre y acerque un poco mis labios a los suyos. Él esbozó una sonrisa y rompió la distancia que había entre nuestros labios y me besó de una forma muy pasional y desenfrenada. Yo, rápidamente enrolle su cuello con mis brazos y profundice aún más ese beso. Mientras él continuaba embistiendome con fiereza.
-me... Me vengo-anuncie cuando volvi a sentir una pequeña corriente eléctrica recorrer toda mi espina dorsal y, después de un leve espasmo, me corrí en medio de ambos. Usagi continuó con unas cuantas embestidas, hasta que sentí que, se había venido dentro de mí, se sentia caliente, lo que me ocasionó un ligero escalofrío. Usagi salió de mi interior cuidadosamente y se dejó caer a mi lado. Yo, inmediatamente me acerqué a él y lo abracé por la cintura mientras depositaba mi cabeza sobre su pecho.
-Amor-le hable mientras acariciaba su abdomen con mis dedos. Todo de su cuerpo me fascina.
-¿sí?
-¿tú crees que seré una buena madre?-le pregunté con preocupación.
-claro que lo serás. Serás la mejor madre que haya conocido nunca-exclamó con mucha seguridad. Me sonroje ante su cumplido.
-te amo-levante un poco mi rostro y me tope con sus hermosos ojos púrpuras, me quedé hipnotizado cuando los vi-. Me gustan tus ojos. Espero que nuestro bebé saque tus ojos-le sonreí, él correspondió mi gesto y los dos nos dimos un beso dulce en los labios-. Luego, no sabes lo que pasó antes de que llegara aquí-cuando nos separamos, tenía toda la intención de contarle lo que pasó cuando me enteré de que estaba embarazado.
-¿qué pasó?-se preocupó por un momento-. Te perdiste-hizo una sonrisa burlona. Yo simplemente me cruce de brazos.
-no, no me perdí. Lo que pasa es que, te dije que hace casi un mes que llevaba sintiéndome mal. Pensé que era por estrés o algo parecido. Nunca me pasó por la cabeza que esto estaría pasando. Entonces, Takafumi me dijo que, a lo mejor estaba encinta, le dije que eso era imposible. E, hicimos una apuesta-eso último lo dije un poco avergonzado, ya que, yo perdí.
-¿qué apostaron?-preguntó con curiosidad.
-apostamos que, si yo ganaba él le diría a Zen que estaba esperando otro bebé y, si él ganaba, le pondría el nombre a nuestro bebé. Creo que ya sabes quien perdió. Tendremos que aceptar que Takafumi le ponga el nombre a nuestro bebé. ¿Está bien?-pregunte un poco preocupado por cómo reaccionaria.
-claro que está bien. Sé que nuestro amigo sabrá elegir un hermoso nombre para nuestro bebé. Pero, no quiero que te pongas triste si mañana nos dicen que es una falsa alarma. No te desesperes, ¿sí?-levantó un poco mi cabeza con sus dedos y me hizo mirarlo a los ojos.
-lo sé. Si tú estás conmigo. Todo estará bien-le respondí con una sonrisa y me acurruque en su pecho. El sueño comenzaba a invadirme y poco a poco, comencé a cerrar mis ojos.
-te amo-fue lo último que escuché antes de dejarme envolver por los brazos de Morfeo.
***
A la mañana siguiente, ambos chicos pudieron cita con el doctor que atendía a Takano Masamune, para así saber si realmente estaba esperando un bebé.
-buenos días. ¿En qué puedo ayudarlos?-preguntó amablemente la recepcionista.
-buenos días, señorita. Ayer pedí una cita con el Dr. Nash. Me dijo que viniera hoy-habló el menor de los dos con mucho nerviosismo.
-oh, sí. El doctor me aviso. Permitanme ir a decirle que ya estan aquí-respondio con una sonrisa y se levantó de su lugar para ir hacia el consultorio.
-tengo miedo. Y si... ¿Es una falsa alarma?-hablo en azabache con temor. Akihiko, que estaba a su lado, pasó su brazo alrededor de su hombro y lo abrazó cariñosamente.
-tranquilo. Todo está bien. Yo voy a estar contigo-le dijo con una sonrisa tierna, logrando así, tranquilizar a su inquieto novio-. Por cierto. Hay algo que quiero hablar contigo más al rato-cambio su cara completamente a una más seria.
-e-está bien-susurró volviendo a ponerse nervioso. ¿Qué era lo que quería hablar con él? ¿Era algo malo?
-adelante. Pueden pasar-habló el doctor y los dos chicos se levantaron de sus asientos para poder entrar al consultorio. Agradecieron a la joven y cerraron la puerta tras de sí-. Buenos días a los dos-saludo el doctor con amabilidad y les extendió la mano en forma de saludo.
-buenos días-saludaron ambos chicos y se sentaron cada uno en una silla frente al escritorio.
-¿qué es lo que los trae por aquí?
-bueno. Hace casi un mes llevo sintiéndome mal. Tengo náuseas por las mañanas, me mareo o me siento cansado. ¿Qué cree que pueda ser?
-bueno. Por los síntomas que acabas de describirme. Lo más probable es que, estés embarazado-ambos chicos se emocionaron y se tomaron de la mano.
-pero antes que nada. Debemos estar seguros. Mandaré a que te hagan exámenes, los resultados pueden tardar aproximadamente una hora, ¿está bien?
-sí. Esperaremos-respondio Takano ansioso.
-perfecto. Entonces, Takano acompáñame-dijo el doctor.
-¿adonde se lo llevan?-preguntó Akihiko.
-a que le hagan las pruebas. En un momento te lo regreso-habló el doctor y este salió por la puerta junto con el azabache.
***
-ya pasó casi una hora y aún no nos dicen nada. Estoy ansioso por saber-quién decía esas palabras era Takano, quien no podía quedarse quieto, se sentaba, se levantaba, se mordía las uñas. Hacía de todo para poder calmar sus nervios.
-tranquilizate. Me estás poniendo nervioso a mí también-habló su novio.
-Takano Masamune-lo llamaron desde el consultorio. Este, al escuchar su nombre se levantó como un resorte y casi corrió hacia allá.
-¿ya están mis resultados?-preguntó ansioso. No sabía por cuánto tiempo podría lidiar con esa angustia.
-están justo aquí-muestra en sus manos un sobre de color blanco-. ¿Están preparados?-pregunta el doctor haciendo que ambos chicos se les saliera el corazón del pecho.
-sí-dijo Takano, sintiendo que en cualquier momento se desmayaria.
-muy bien. Veamos...
El doctor abrió el sobre y de este sacó una hoja, la cual comenzó a leer muy atentamente.
-¿qué ocurre, doctor?-preguntó Takano. Inmediatamente después el doctor los miró con una gran y resplandeciente sonrisa.
-felicitaciones. Tienes un mes y medio de embarazo.
Takano sintió que su corazón estaba a punto de explotar e inmediatamente abrazó al hombre que tenía a su lado.
-vamos a tener un bebé-le susurró su amado, abrazandolo cariñosamente de la cintura y junto un poco sus frentes.
-te amo-le respondió con una gran alegría invadiendo todo su ser.
-de nuevo muchas felicidades. Ahora, te voy a dar todas las indicaciones que debes seguir para que ese hermoso bebé crezca sano, ¿de acuerdo?
Dicho esto, ambos hombres pusieron atención a todas las indicaciones y después, se despidieron del doctor.
Salieron tranquilamente del consultorio y se dispusieron a regresar a su departamento. Más tarde le darían la noticia a todo el mundo.
-no puedo creer que al fin podremos ser papás-dijo el menor de los dos con ilusión mientras iba tomado de la mano de su novio.
-yo también me siento muy feliz. Oye, no creas que me olvide de nuestra platica-cambio su semblante nuevamente.
-¿d-de qué se trata?-preguntó Takano con nerviosismo.
-ya no quiero que seas mi novio-dijo esas palabras con una mirada fría.
-¿q-qué?-preguntó dolido e inmediatamente las lágrimas se hicieron presentes.
-lo que escuchaste. Ya no quiero que seamos novios-volvio a decir con la mirada seria. Takano trataba de encontrar alguna señal de que todo fuera una broma, pero no podía encontrar ninguna. ¿Hablaba en serio?
-p-pero... Tú y yo... N-nuestro bebé-no encontraba las palabras correctas para poder expresarse. Toda la felicidad que había sentido minutos atrás, se vio opacada por aquella noticia.
-toma esto-le entregó una pequeña cajita muy bien envuelta en papel dorado y un gran moño como adorno-. Ahora, date la vuelta y abrela-el menor no entendía nada. Pero obedeció y se dio la vuelta para despues abrir la cajita. La abrió y de esta sacó una nota la cual empezó a leer.
«eres demasiado ingenuo si creiste todas esas palabras. ¿En serio pensaste que, te dejaría ir tan fácilmente cuando toda mi felicidad es estar a tu lado? Llevamos tantos años siendo novios. Tantos, que me sería imposible estar un minuto sin ti a mi lado. Eres una persona muy valiosa, especial y agradezco poder compartir mi vida contigo. Ahora, con nuestro bebé en camino; es lo único que nos hacia falta para que nuestra vida sea perfecta. Estoy muy seguro de lo que quiero y es a ti. Este es el último regalo que te doy como novios, porque a partir de ahora quiero que seas mi esposo. Deseo con todo mi corazón, que podamos crear más recuerdos juntos, salir tomados de la mano y gritar a todo mundo lo afortunado que soy de tener a alguien tan maravilloso como lo eres tú. Te amo con toda mi alma y mi corazón.»
Cuando terminó de leer la nota, miro lo que había dentro de la caja y se dio cuenta de que había una caja roja en el fondo, la sacó y la abrió. Dentro de dicha cajita había un hermoso anillo. Se dio la vuelta y miro a su novio arrodillado frente a él.
-¿aceptas ser mi esposo?-preguntó con nerviosismo.
-¡eres un tonto! ¡Claro que acepto!-exclamó con los ojos llenos de lágrimas y extendió su mano derecha para que su ahora prometido le colocara el anillo en el dedo anular.
-te amo-le susurró Akihiko al oído y tomó su rostro con sus dos manos para acariciar sus mejillas.
-y-yo también te amo. Nunca vuelvas a hacer algo como eso. Por un momento me la creí-le reclamó limpiandose las pocas lágrimas que quedaban en sus ojos y después le pellizco la mejilla.
-lo siento-se disculpó con una sonrisilla y acercó sus labios lentamente hasta los de su amado.
-está bien. Sólo te perdono porque me caes bien-sonrió.
-gracias.
-debemos decirles a todos que, estamos esperando un bebé y además, vamos a casarnos. ¡Qué emoción!-exclamó el azabache con mucha alegría.
-¿cuándo te gustaría que fuera la boda?
-no lo sé, me gustaría casarme en invierno. Me gusta el frío.
-¿quieres que nos casemos en invierno?
-sí. ¿No te agrada la idea?-preguntó bajando la mirada.
-claro que me gusta la idea. Si tú quieres, podemos comenzar con los preparativos, ¿está bien?
-¡sí!-exclamó con alegría y abrazó al hombre que tenía enfrente.
-por un momento creí que mi vida se acabaría cuando Akihiko me dijo que, quería que ya no fuéramos novios. Ahora sé que, su amor es verdadero, bueno eso siempre lo he sabido. Ambos fuimos hechos el uno para el otro y estoy seguro de que no quiero estar con otro hombre que no sea él. Quiero estar con él y ser feliz junto a nuestro bebé que está creciendo en mi vientre.
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Amor, y un poco de dolor
Romance¿Estarías dispuesto a sufrir uno de los peores dolores de tu vida, con tal de ver a un ser querido ser feliz? ¿Qué pasaría si en lugar de beneficiarlo, lo perjudicas? ¿Cuál crees que sea el dolor más fuerte para una persona? ¿Ver a su ser querido e...