Capítulo I. Tratando de hacer lo correcto

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—¿crees que sea buena idea que hagamos esto?—preguntó Yokozawa Takafumi a su novio, Kirishima Zen. Ambos mantenían una relación secreta desde hace 3 años. Kirishima tenía una hermosa niña de 10 años y Yokozawa le tenía muchísimo cariño a la pequeña. No deseaba lastimarla en absoluto. Agregándole, que hace pocas semanas Yokozawa se había enterado que estaba encinta y tenía exactamente 1 mes de gestación.
Ambos acordaron que le darían la noticia de su relación a la niña y, dependiendo de su reacción le dirían sobre el embarazo de Takafumi.
—estoy muy seguro de lo que vamos a hacer. No te preocupes más, mi niña lo entenderá todo a la perfección, además, le agradará mucho la idea de tener un hermanito.
—¿y si mejor…?
—nada de dejarlo para otro día, se lo diremos hoy y punto. Ya te dije que mi pequeña te aceptará, ella te adora.
—y yo también a ella, por eso no quiero que nada malo le pase. No quiero ser yo el causante de su dolor—hablo Takafumi un poco asustado.
—deja de decir tonterías. Tranquilízate, Hiyo llegará pronto—limpió las lágrimas del rostro de su novio y le dio un beso en la mejilla. Takafumi logró calmarse hasta cierto punto.
Ambos se quedaron callados un momento, hasta que escucharon que la puerta principal era abierta, seguida de un: «¡ya estoy en casa!». La pequeña se quitó los zapatos y caminó hacia la sala, donde se encontraban ambos hombres.
—¡ya estoy en casa, papá, oniichan!—exclamó la pequeña y corrió para abrazarlos. Takafumi sentía que en cualquier momento se iba a desmayar.
—qué bueno que ya estás aquí, mi niña. Toma asiento, Yokozawa y yo tenemos algo importante que decirte—hablo Zen. La niña obedeció a su papá y tomo asiento justo frente a ellos.
—¿qué es, papá?—preguntó la pequeña, curiosa.
—¿te gustaría tener una nueva mamá?
—¿mamá? Papá, ya habíamos hablado de eso, yo no quiero a ninguna mujer en esta casa. Yo solamente quiero estar contigo, con oniichan y Sorata—respondió la niña con el ceño fruncido, muy parecida a Takafumi.
—¿y qué piensas de Takafumi?—tanto el mencionado como la niña lo miraron confundidos.
—me gustaría que él fuera mi mamá—murmuró, muy, muy bajito y con la cabeza gacha.
—¿en serio piensas eso, Hiyo?—le preguntó Takafumi. La niña lo miró un poco temerosa.
—l-lo siento, lo dije sin pensar, yo…
—me alegra tanto que pienses eso. Estaba muy asustado al pensar que me rechazarías o me odiarías, pero veo que no—inevitablemente, unas lágrimas comenzaron a salir de sus hermosos ojos azules.
—¿eso qué quiere decir, oniichan? ¿Mi papá y tú son novios?
—así es, somos pareja desde 3 años. Perdónanos por no habértelo dicho antes, pero temíamos que nos rechazaras o nos odiaras—intervino el castaño.
—no los odio, jamás lo haría. Yo los quiero a los dos y me da mucho gusto que podamos ser una familia—expresó la pequeña castaña con entusiasmo.
—también hay algo más que debemos decirte. Tiene que ver con agrandar nuestra familia—hablo Zen.
—¿agrandar la familia? ¿A qué te refieres, papá?
—acércate, corazón—le indicó Takafumi y estiro su mano para que la pequeña la tomara. Esta obedeció y se acercó al peli azul para tomar su mano, este tomó su manita y la colocó sobre su vientre.
—mira, hermosa. Aquí en mi vientre está creciendo tu hermanito o hermanita—la niña lo miraba incrédula. ¿Cómo era aquello posible?
—¿en serio, oniichan? ¿Estás esperando un bebé? Pero ¿cómo es posible? Los hombres no pueden embarazarse.
—algunos fuimos bendecidos con el milagro de dar vida. Pronto tendremos una hermosa familia. Dime, pequeña, ¿me aceptas?—preguntó Takafumi con temor de ser rechazado al revelarle la noticia de su embarazo a la niña. No recibió respuesta y en su lugar, sólo sintió como los pequeños brazos de la niña lo rodeaban y abrazaban por la cintura.
—claro que te acepto, tú eres mi mamá—expresó la niña con lágrimas en los ojos.
—y tú eres mi hija—Takafumi también dejó escapar las lágrimas y se arrodilló para estar a la altura de la pequeña.
Kirishima, que estaba un poco apartado, decidió unírseles y abrazó a ambos.
—tengo una hermosa familia, la cual me encargaré de cuidar por siempre…

Amor, y un poco de dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora