Capítulo XXII. ¿Explicación?

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Después de que le dijeran todas aquellas «verdades» a Akihiko, este decidió ir directamente a la casa de su muy próximo examigo.
Caminaba a paso apresurado y al fin llegó hasta su casa.
Tocó el timbre repetidas veces, hasta que el dueño de la misma se decidió por abrir.
Akihiko se sorprendió de verlo así: triste, con los ojos llorosos, rojos, hinchados y con unas ojeras terribles. Llevaba la ropa mal puesta, su cabello estaba desordenado y una abundante barba. Parecía que no se había bañado en días.
—¿Akihiko?—preguntó extrañado y levantó un poco la mirada.
—¿qué pasa contigo? ¿Por qué estás así de desarreglado?
—no es nada importante—respondió desviando la mirada.
—¿cómo demonios me dices que no es nada? Mírate, con esas fachas cualquiera pensaría que eres un vagabundo.
—no es importante—volvió a responder como si nada pasara.
—¿qué es lo que tienes?—preguntó ahora preocupado el peli plata.
—Misaki no me ama—balbuceó, dejando que las lágrimas invadieran sus ojos y agachó la mirada.
—¿cómo? Pero si tú…
—¿yo qué?—preguntó extrañado.
—ya veo qué es lo que pasa. Misaki me mintió. Él fue a hablar conmigo a mi casa, me dijo que ustedes dos no eran nada y que él no sentía nada por ti y estaba seguro de que tú tampoco sentías nada por él. Me afirmó que, de quien realmente estaba enamorado era yo—el castaño abrió los ojos enormemente. Eso le había dolido en lo más profundo de su corazón.
—eso quiere decir que… solamente me utilizó para poder acercarse a ti. Maldición, yo sí lo amaba—se lamentó el castaño y agachó de nuevo la mirada para poder seguir llorando.
Akihiko se sintió tan culpable al haber dudado de su mejor amigo, Kyo jamás sería capaz de hacerle algo tan horrible.
—discúlpame en serio. Lo que venía a hacer era reclamarte, Misaki me dijo que tú lo habías ayudado a planear todo esto para separarme de Masamune—se disculpó el peli plata.
—¿qué?—preguntó sorprendido.
—no pasa nada, ahora sé que tú también fuiste una víctima más de ese niño. Estoy seguro de que tú también lograrás encontrar alguien a quien amar y que seas correspondido, ya lo verás. Ahora, quiero que te arregles, no puedes estar así toda tu vida, ¿verdad? No debes dejar que esto te deprima. Eres un hombre valiente y fuerte, sé que vas a poder salir adelante después de esto—lo animó el peli plata.
—tienes razón. Soy alguien fuerte y no debo dejar que nadie me vea derrotado. Enseguida regreso—dicho esto, el castaño fue hacia el baño y después de una hora, salió completamente reluciente, bañado, peinado y perfectamente bien rasurado. Se veía tan apuesto y varonil, que parecía que desprendía brillos y luces alrededor de él.
—wow, wow, demasiado brillo para mis ojos. ¿Lo ves? Tienes que ser tú mismo siempre. No debes dejar que nada ni nadie te vea como yo te acabo de ver, nunca. ¿Prometido?
—prometido—respondió el castaño.
—¿qué te parece si salimos? Hace tanto tiempo que no salimos a beber. Debes platicarme qué ha pasado contigo en estos últimos días.
—me parece muy bien—ambos amigos sonrieron y salieron de la casa poco después.

Amor, y un poco de dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora