Una duda, una es, una que me mantiene despierto más de lo que debería. Una que acecha, inamovible, impasible, aguardando hasta que mi guardia vuelve a estar baja. ¿Una solo?
Y es simple, una pregunta recurrente. ¿Cuándo aprenderé?
Cuándo aprenderé a separar preocupaciones, a que lo que me afecta en un ámbito no se extienda como virus a todo el resto. Cuándo aprenderé a no permitir que los nimios enfados condicionen actos y respuestas, envenenando lo demás. Cuándo aprenderé a ver que las preocupaciones de los demás no siempre tienen que ver conmigo, humano egocentrismo. Cuándo aprenderé a atravesar la niebla que turba mi mirada para centrarme en las preocupaciones de las personas que más me importan. Cuándo aprenderé a dejar de tomar la solución fácil cada vez que las cosas tornan serías. Cuándo aprenderé que ser parte de la solución de aquello que preocupa a quienes amo puede ser el camino para calmar mis propias aguas. Cuándo aprenderé a controlar mi temperamento, que ahora parece desbocado.
Por favor, dime, aunque lastime. ¿Cuándo aprenderé?

ESTÁS LEYENDO
Sumidero
AléatoireDonde va lo que tiene que salir Donde se escribe aquello que se debió decir