Sumidero

24.

no la hay
no hay salida.

hacia delante,
una huida,
detrás, tan solo,
ilusión perdida.
a ambos lados,
aturdidas,
voces claman
arrepentidas:
estas sogas,
ceñidas,
autoimpuestas,
retenidas,
sí, evitables,
siempre reconstruidas,
avanzar no permiten,
dejan tierra ardida.

conciencia inestable,
antiguo vestigio,
de eterno litigio
que retorna inagotable.

¿pero cómo progresar?
pues no existe frío,
que pudiera separar,
tormenta, vacío,
que llegue a refrenar,
el agua en el estío,
aquel de nunca acabar,
que supone en este crío,
poder tu rostro contemplar.

y cuando de nuevo se aleja,
sinuoso, indolente río,
quedando la sed sin saciar,
alzando al cielo su queja,
paloma pendiente de envío,
el cielo se vuelve a nublar.

no la hay
no hay salida.

hacia delante,
una huida,
detrás, sonríe,
cara conocida.