Capítulo 3: Squib

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Si había logrado mantener mi fachada frente a mis amigos, fue justo hasta ese momento en el que aparecí a las tres de la mañana en la chimenea de su casa apenas recibí el chivatazo. Hermione y Ronald estaban tan asustados al verme que ni se preocuparon por si mojaba toda su sala de cómo el agua escurría de mis ropas.

Había estado en una misión no muy lejos de Londres, mágicamente hablando, ya que estaba en Dalbeattie, una ciudad de Escocia. Perseguía un grupo de traficantes que venían siendo rastreados desde Rusia por mi equipo de Aurores. En ese preciso momento, estábamos en el bosque, en plena tormenta, un diluvio siendo franco.

- ¡Jefe! – me llaman a mi espalda, pero, sin detener mi paso, volteo para ver por sobre mi hombro a uno de los cadetes que me acompañaban – Correspondencia urgente del jefe de Aurores del ministerio inglés, Ronald Weasley – eso no eran buenas noticias pensé para mis adentros mientras tomaba el pergamino para leerlo.

- ¿Es grave, jefe? – me pregunta otro de mi equipo al verme inmóvil de pronto.

- Shalavi quedas a cargo. Debo ir a Londres de inmediato – dije sin más antes de desaparecerme de allí junto al cadete cuando lo tomo del brazo.

Confiaba en mi equipo luego de trabajar tres años juntos. Sin dudas ni demoras, sin preocuparme de mis pertenencias tampoco, uso la chimenea del departamento donde nos alojábamos, no sin dejarle concisas indicaciones al cadete antes de que las llamas me rodearan.

- ¿¡Quién fue!? ¿¡Quién los atacó!? – exclamé con brusquedad apenas el nudo de mi garganta me lo permitió.

- Harry... - intenta calmarme Hermione, no tenía ninguna duda de que me veía alterado, porque así me sentía.

- ¡Necesito saberlo! – replico alzando la voz nuevamente sin recordar que mi ahijada estaba en el piso de arriba durmiendo, la cual despierta entre llanto. Los tres volteamos a ver hacia las escaleras instintivamente.

Hermione y Ronald intercambian miradas entre ellos y luego conmigo.

- Thorfinn Rowle – suelta por fin Ronald – Llevamos una semana buscándolo...

- Yo lo encontraré – dije interrumpiéndolo al instante, segundos después me desaparecí en la chimenea de vuelta a Escocia para regresar junto a mi equipo al cabo de unas horas y unir fuerzas con Ronald y su cuadrilla, la cual ya esperaba en el ministerio dispuestos a cooperar pacíficamente.

Nos tomó otra semana encontrarlos escondidos en uno de los poblados del noreste de Londres, escondidos en una casa muggle deshabitada en ese momento. Ronald se encargó de manejar el grupo de asalto luego de que el mío los rastreara. Rowle estaba junto a otros tres carroñeros.

"Estamos en alerta buscando un grupo de mortifagos y necesitamos rastreadores. Todo Londres está sitiado luego del ataque que propinaron a la familia Malfoy. Contáctame de inmediato.       Ronald Weasley"

Jamás podre olvidarme de esas palabras. Me llevé un susto de muerte esa noche. Recién pude preguntar sobre lo sucedido cuando los tuvieron dentro de Azkaban.

Astoria Malfoy y su hijo habían sido atacados en Edale, un pueblo en el distrito de Derbyshire Peak, al norte de Inglaterra. Draco no estaba con ellos, y nadie sabía con exactitud que hacían en ese lugar. Pero ambos estaban tan graves que, a pesar de llevar dos semanas en el hospital, no había novedades de ellos. Si sabían a quién buscar fue gracias a Astoria, que resistió abrazada a su hijo para dar aviso al primero que los socorriera, que fue el caso de un granjero muggle.

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