Capítulo 26: ¿Complejo de Héroe Superado?

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Si había algo que admirara aún más en Harry, era que nunca podía remar contra su propia voluntad, contra su propio instinto, por más que lo intentara. Ver como había logrado resistirse a la maldición imperius en nuestro cuarto año lo había dejado claro. Nadie le diría lo que debía hacer, nunca. Si había vencido a Riddle había sido porque su instinto se lo pedía, porque era necesario para salvar a sus amigos, porque se convenció de que podría, y si no, al menos lo habría intentado. Así era el Harry que conocía.

Por eso, Harry también decidía con quién estar. Y ahora estaba conmigo, teniendo la charla más habitual que podíamos tener dentro de los muros de Hogwarts. Me sorprendía de lo amenas y cotidianas que se habían vuelto, al menos hasta que alguien nos interrumpía.

- ¡Eso fue una barbarie, Ronald Weasley! – escuché a Hermione gritar al otro lado del pasillo.

Al fijar la mirada, encuentro una riña de gritos y reproches entre Hermione y Ronald, cada uno acompañado por un grupo de leones también discutiendo entre ellos, vaya a saber cuál era el motivo. Ginevra replicaba desde el bando de Granger, y otros más a los cuales no reconocí.

Miré a Harry esperando a que fuera al rescate de sus amigos como siempre hacía, no era nada nuevo esa clase de interrupciones, especialmente cuando se trataba de Ronald y Hermione que parecían amarse a los gritos, no podía entenderlos, o quizás sí. Yo mismo era partidario de mi falta de control cuando intentaba mostrar un poco de amabilidad por el otro, siempre terminaba insultándolo o ironizando alguna broma como respuesta, era fastidioso hasta para mí. Nunca se me daba ese tipo de demostraciones, después de todo, tener a un padre partidario de la sangre, de las reglas y de los castigos no dejaba mucho tiempo para abrazos.

Pero Harry seguía de brazos cruzados, apoyado contra el muro bajo el mural del ventanal que dejaba ver hacia los invernaderos del colegio, como si nada, mirando al suelo donde había tenido la mirada fija desde hace rato. Si no fuera porque seguía de pie, hubiese pensado que estaba dormido.

- ¿Qué? – pregunta al fin cuando levanta su cabeza para mirarme preocupado al no seguir dando mi opinión sobre el equipo de quidditch del que estábamos hablando o, más bien, dándole a conocer a Harry.

- ¿No vas a ir? – pregunté desviando la mirada hacia donde estaba la trifurca campal. Harry los veía también.

- ¿Para qué? – replica con otra pregunta, frunciendo el ceño confundido, no sabiendo lo que esperaba que hiciera.

- Pues son tus amigos

- Lo son, pero estoy contigo ahora – dice sin más, alzando su ceja, demasiado sugestivo, el maldito si sabía jugar sucio. No pude evitar tensarme y Harry sonríe ladinamente al darse cuenta – No te gusta cuando soy muy directo ¿eh? – se burla sin disimular su risita. Pues sí, era la primera vez que me prefería antes que a sus amigos. Era algo nuevo y claro que me gustaba. Verme nervioso por eso era completamente normal siendo quien soy.

- Tsk – gruñí intentando esconder mi vergüenza, acomodando mi cabello hacia atrás, aunque ni falta hacía, hasta yo sabía que lo hacía cuando me ponía nervioso.

- Sígueme contando de ese equipo. ¿Cómo se llamaba? – dice volviendo a enfocar su vista en la baldosa de piedra entre sus pies para no incomodarme más.

Esa era otra característica que tenía Harry, a pesar de hacer sus bromas o insinuaciones, siempre me daba el espacio justo para evitar que me fuera enojado de allí y lo dejara solo. Nunca se lo agradecía, ni se lo mencionaba, solo le seguía el juego pues también quería quedarme a su lado lo más que podía.

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