Capítulo 3

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Capítulo 3

Desde que tengo memoria siempre me he reprochado que soy muy tímida, pienso mucho como afectarían mis actos a los demás y no a mí, no debería de ser así pero cada vez que intento cambiar algo de esa actitud no lo logro, la única que siempre me hacía ver que verdaderamente valía la pena era mi madre. Cierro mis ojos con fuerza, no quiero recordar, no quiero que mi mente se llene ahora de recuerdos como lo es el recuerdo de mi madre. Termino de observar mi atuendo y salgo de mi habitación, no quiero ir a casa de ese chico, no creo que Sam tenga razón con respecto a su conducta, en su casa debe de ser peor que fuera de ella, en su espacio podrá tratarme como se le antoje, y lo peor que me duele admitir es que no tengo fuerza de voluntad para impedir que me trate como él quiera. Pero... No permitiré nada que sea inaceptable.

-Se te nota el ánimo querida amiga. – Sam no me ayuda mucho, ella también se aprovecha de mi defecto cuando le conviene y eso aunque ella lo niegue yo lo sé perfectamente.

-No quiero ir, recuérdame porque tengo que ir. – tomo mi bolso con mi iPhone y mi iPad mas mi cuaderno, espero que él tenga algún material para facilitar nuestro trabajo, en la preparatoria amaba hacerle a todos mis trabajos carpetas decoradas, a medida que fui creciendo las decoraba de una forma más madura y profesional y a los profesores les encantaba, no sé si en la universidad sea igual, y si ese viejo "sabelotodo" aceptará un trabajo como el que tengo en mente.

-Porque necesitas hacer el trabajo para aprobar la materia de ese viejo. – Sam me recuerda porque tengo que ir a la casa de Baker.

-Me voy, mientras más rápido me vaya, más rápido regreso. – la veo asistir con la cabeza sin despegar la vista del teléfono. – Tu conversación con la persona con que estás hablando debe de estar muy interesante.

-Hablo con Tyler. – no entiendo como puede ser tan confiaba y conseguir amigos a la primera. Salgo del apartamento y cierro la puerta detrás de mí.

Camino en dirección al ascensor para subir al piso de arriba, recordar mi primer día en la universidad sería algo que no le diría a cualquiera, creo que ni se los contaría a mis futuros sobrinos por parte de Sam. También recordar la manera en cómo me trato Baker solo por tropezar con su bolso es algo que sacare de mi disco duro llamado cerebro.

No tengo esperanzas de que él amargado y engreído de Dan Baker me trate con más amabilidad o respeto, pero tengo que hacer lo que sea necesario para que me respete, no me puede tratar como un objeto sin valor ni sentimientos. Las puertas del ascensor se abren y salgo de este.

Necesito pensar bien, todavía estoy a tiempo de arrepentirme, camino por el pasillo lleno de puertas con distintos números en ellas, me detengo enfrente de la puerta con el número de la dirección y suelto un suspiro con pesadez. Ok Maddie hazle saber que no te puede tratar como un objeto, hazle ver que eres una mujer que merece respeto y mucho más por ser una desconocida.

O mejor no toques la puerta y vete a tu apartamento y después dividimos el trabajo y problema resulto.

Sí, mi conciencia tiene buenas ideas, me decido a irme cuando antes de que me encamine en dirección al ascensor, mi cuerpo tropieza con alguien nada visible por su cercanía a mí, haciendo que empiece a caer al suelo. Una mano me toma con fuerza de la muñeca y evita mi caída.

-Amas estar en el suelo ¿cierto? – la voz de la persona que menos quería ver era lo audible, así que mi mirada se fijó en la de él, sin saber que decirle. Él me sonríe maliciosamente y me suelta causando que caiga sentada en el suelo. – Deberías casarte con el suelo por lo visto se aman.

¿Ganas o Pierdes? [Vol.1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora