Capítulo 8

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Capítulo 8

Pov's Dan

La calle completamente sola, carros estacionados a la orilla de la misma, solo las luces de los faros iluminan las penumbras de la noche. El aire fresco entra por mi ventana dándome un poco de tranquilidad, lidiar con esta tormenta me hace creer que en poco tiempo no podré seguir navegando. Son 3 años, 3 puñeros años. Donde cada puto día duele más y más la herida, donde cada día que pasa los recuerdos arden como cada trago de licor que pase por mi garganta en los momentos en los que bebo para olvidar cuando sé que es una gran mentira porque solo me daño más de lo que ya estoy.

No soporto mi cabeza. Creo que en cualquier momento mi cerebro explotará. Odio cuando me siento así. Me odio cuando no controlo la cantidad de alcohol y después este empieza a hacer su desgraciado efecto en mí. Siento como cada punzada en mi cabeza se hace más fuerte. Y creo marearme.

Volteo a ver hacia la sala, me recuesto de la pared y dejó salir todo el aire de mis pulmones. Nunca creí que esto pasaría. No creí que lograría ser tan sincero con ella, pero es totalmente imposible no verla como mi tranquilidad y a la vez mi caos total. Es la mezcla más loca que llegó a mi vida y que no quiero dejar de sentir.

Ahí está ella, dormida se ve aún más hermosa, sus labios parecen los de una bebé, rosa claro, pequeños pero a la vez carnosos. Me provoca besarla, y no cuantas veces van repitiéndome que quiero besarla, saborear esos labios que he contemplado por mucho tiempo, esos labios que me provocan cariaciarlos con los míos, esos jodidos labios tan ardientes. No sé cómo carajo no la bese hace unas horas...

¡Estabas borracho idiota!

Sin duda Tyler tiene razón, soy un imbécil cuando estoy borracho. Pero... Ella se molestó cuando no lo hice, volvió a ignorarme como lo hace cuando la logro molestar. Y logro que se moleste muy seguido por ser tan pedante con ella. Aún me cuesta creer que es verdaderamente ella la que está dormida en el mueble de mi apartamento...

- Hoy vas a olvidar todo. Toda la porquería que nos ha dado la vida hijo.

Un gran bar lleno de luces artificiales que hacen el ambiente más oscuro, droga, alcohol, hombres borracho en su mayoría mayores de 35 años, mujeres con trajes muy cortos iban y venían con las bandejas en sus manos para entregar los tragos a los clientes. Mi padre me llevo a uno de los lugares que más odio en mi vida.

- No quiero estar aquí.

- ¡Por favor Dan! ¡No pareces hijo mío! ¡Olvida a Anna en las faldas de otra mujer!

- ¡No necesito cogerme a una puta para dejar todo en el pasado! - dije entre dientes mientras sentía como mi odio corría por mi cuerpo.

- No seas tonto, relájate tomando algo, si no quieres sexo, no tengas sexo.

Nos sentamos en una mesa mientras él espera ansioso que nos atiendan, yo solo puedo verlo con odio, con asco, su esposa está muerta, y él sólo pensaba en follarse a una prostituta. ¡Mi madre está muerta! ¿Cómo carajos puede ser tan miserable?

Una mujer llega y se sienta en sus piernas para tomar su orden, veo como mi padre toca sus senos, sus piernas, y la furia recorre por mis venas, me levantó bruscamente y salgo de ese maldito lugar...

Los recuerdos son la peor tortura que puede existir, cuando son los dueños de todo el dolor que llevamos como carga, los recuerdos solo son tu peor enemigo.

¿Ganas o Pierdes? [Vol.1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora