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【𝐋𝐚 𝐦𝐮𝐣𝐞𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐠𝐮𝐚𝐝𝐚𝐧̃𝐚】
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Los miembros de la orden de los leones carmesí solo miraban a su nueva amenaza, preparándose para pelear y esperar que diera el primer golpe sin embargo solo camino hacia el vice capitán que estaba consciente y atrapado con la magia del ex capitán Fuegoleon.
-Es una lastima, los humanos te vencieron y es patético.-Su voz sonaba con algo de sarcasmo y acariciaba la cabeza de su compañero para darle un golpe en la cabeza.
-¡Carly-san, por favor despierte!.-El grito de Leopold resonó por todo el lugar mientras veía a la castaña, en los años que llevaba de conocerla se había hecho como una segunda hermana mayor.
-¿Son sordos? ¿Cuántas veces les voy a decir que mi nombre es Carol?.-Chasqueo la lengua y analizó el campo.-Va, qué mas da si me dicen de esa manera.
-¡Prepárense!.-Gritó uno mientras todos se ponían en posición.
-¡Alto!.-Se detuvieron y observaron a su capitán que les hizo la señal de que no hicieran nada.
-Bueno humanos creo que es hora de que me diviertan, debo estar oxidada.
La presión de su magia se extendió para todos los que estaban ahí. La mayoría salió volando y otros más trataron de defenderse pero era demasiado rápida, la castaña se acercaba a cada uno para atacar, antes de ir por el más joven de los Vermillion esquivo el fuego que iba sobre ella. Fuegoleon envió cada uno de sus ataques para poder atraparla y dejarla inconsciente, no quería pelear con ella a pesar de que ahora era su "enemiga".
Uno de sus ataques estuvo a punto de tocarla pero Carol actuó rápido y sacó una llave que se convirtió en una guadaña color negro y el fuego fue absorbido por dicha arma.
-Imposible, es similar a la anti-magia de Asta ¿Es la magia de Carly o de la otra persona?.-Leo estaba sorprendido por el arma que portaba, sentía una gran cantidad de magia alrededor de él.
-Eso estuvo cerca.-Pasó su brazo alrededor de su frente mientras fingía limpiarse el sudor.-Ya veo, este antiguo cuerpo puede almacenar el arma sagrada en una pequeña llave, los humanos han evolucionado ¡Impresionante!.-Gritaba con felicidad como si fuera lo más sorprendente de mundo miró a Fuegoleon y solo sonrió para irse de ahí a divertirse.
-¡Ve hermano!.-Leopold miraba la dirección donde se iba alejando la castaña.
-Nos encargamos nosotros ahora, no se preocupe.
-¡Vaya por ella capitán!.
-Se los agradezco mucho.-Se retiró de ahí mientras iba por la castaña para que no atentara contra la vida de todos los habitantes.
