RIVALIDAD ENTRE LIDERES

Capitulo 26: Unión

Todo estaba preparado, la música, las flores, la comida, la ceremonia, los invitados, el novio, pero lo más importante para que aquella boda se llevara a cabo estaba atrapada con dos estilistas que no dejaban de arreglar su cabello.

-Te digo que no, siempre usa peinados altos, ahora necesita uno de pelo suelto.- La mujer rubia se cruzo de brazos mientras sostenía un peine.

-Y yo te digo que el estilo de su vestido sugiere un moño alto.- El chico le arrebato el peine e igualmente se cruzo de brazos.

-Brutacio, Brutilda, no quiero presionarlos ni nada pero...- La mujer de cabello negro, ojos azules y vestido blanco jalo a ambos chicos por el cuello. –Si no terminan conmigo en diez minutos les juro que no volverán a ver la luz del sol nunca más.- Ambos chicos asintieron y se pusieron a trabajar.

Después de unos momentos la puerta se abrió revelando a un hombre mayor de tez morena y ojos azules.

-Mi pequeña, te vez hermosa.- La mujer solo sonrió antes de ponerse de pie, ya que los gemelos al fin habían terminado optando por un peinado de moño alto pero dejando dos mechones de cabello largo de cada lado que caían hacia enfrente, sin duda combinaba perfecto con el vestido de escote de corazón y corte sirena, a juego tenía una capa blanca que se sostenía en sus hombros con una decoración de flores bordadas.

-Gracias padre, pero será mejor que nos apresuremos, el debe estar muerto de los nervios.- El hombre asintió.

-Bueno no le hará nada mal esperar, que sufra un poco.- El ofreció su brazo y ella lo tomo mientras que con la otra mano agarraba un ramo de rosas azules y blancas.

-Creí que era "tu favorito"- La mujer sonrió traviesa.

-Ja, cualquiera deja de ser mi favorito si se mete con mi querida Kitty, hare que sufra o me dejo de llamar El Guante blanco.- Ambos rieron y caminaron hacia el lugar donde seria la ceremonia, seguidos del par de estilistas.

Las bodas ciertamente no eran su evento favorito y menos ahora que su acompañante no llegaba, maldijo la hora en que permitió que Satín y Seda se la llevaran para "ayudarla a arreglarse", miro su reloj notando que ya era tarde y la ceremonia empezaría en cualquier momento, miro hacia la entrada del lugar y observo como varios invitados comenzaban a ingresar, de repente un auto se paro enfrente y el de inmediato lo reconoció, Satín salió del lado del copiloto y fue a abrir la puerta trasera ignorándolo.

-Vaya ya era hora, aun no entiendo cómo demonios pueden tardarse tanto cuando dijeron que era algo sencillo y yo estoy aquí como idiota esperando que...- Las palabras murieron en su boca cuando la vio salir a ella.

Cabello suelto y ondulado, maquillaje ligero pero sin duda reconoció el brillo de sus mejillas, pero lo que lo dejo sin aliento fue aquel vestido color azul de tirantes, con un generoso escote y suelto de la parte de abajo, cuando creyó que lo había visto todo, noto la abertura en una de las piernas dándole así a un toque más coqueto. Inconscientemente se llevo una mano a la boca, probablemente para no babear o decir algo de lo que se arrepentiría, la voz de Seda la trajo a la realidad.

-Sentimos la demora, pero como vez, valió la pena.- Satín fue junto a su hermana y ambas se marcharon hacia la entrada, después de todo ellas fueron quienes diseñaron el vestido de novia y habían sido invitadas por eso y otros favores que le hicieron a la novia.

Ramón no podía dejar de ver a su tierno algodón de azúcar, que bien ahora no era nada tierno, más bien tenía un toque sexy que maldecía y agradecía internamente, retirando la mano de su boca se aclaro la garganta para hablar.

-No te vez tan mal.- Ella le sonrió y el sintió que podía derretirse.

-Bueno tu sin duda te vez bien muchachón.- Poppy lo miro de arriba abajo notando cada detalle de su traje negro al igual que su camisa y con corbata azul. El estudio de la chica lo tomo por sorpresa y para salir de aquella situación hizo lo que mejor sabía hacer.