Capitulo 12: Elevador

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Eso no había sido buena idea, no la acción sino el lugar, el escritorio resulto ser muy duro pero en este punto ya no prestaba atención a ese detalle, solo se permitía perderse en el placer que estaba sintiendo, lo que había empezado como una declaración de guerra termino en otra cosa, ella solo podía morder su labio inferior mientras disfrutaba aquella sensación, tanto su saco como su camisa e incluso su sostén se habían perdido en algún lugar del cuarto, se encontraba recostada en aquel escritorio de madera con las piernas abiertas recibiendo con gusto a cierto invitado, las manos de él se posaban con firmeza en sus caderas mientras ella se arqueaba y extendía sus brazos los cuales colgaban del otro lado del mueble al igual que su cabeza, razón por lo que todo lo que veía estaba al revés, lo que le encantaba mas era como él la llamaba por su nombre, aquel sonido que salía de su boca y la forma de decirlo la estaban volviendo loca, pero poco a poco su voz comenzó a distorsionarse y ya no era la varonil y coqueta de Ramón, alzo su cabeza y el ya no estaba, se sentó en el escritorio y miro a su alrededor, eso ya no era la oficina era su cuarto, de pronto escucho unos golpes en su puerta y la voz de su amiga llamándola, despertó, ahí lo entendió, de nuevo había soñado con él, se tapo la cara con frustración mientras Suki le hablaba del otro lado de la puerta.

-Si no te apresuras llegaras tarde chica- Ante la palabra "tarde" reacciono y se puso de pie para comenzar a arreglarse, después de todo ahora tenía que ayudar a Gia en la empresa.

-Ya voy mamá.- La chica contesto de forma alegre mientras iniciaba su día.

El joven movía su pie impacientemente mientras trataba de concentrarse en los papeles que tenía enfrente, pero no podía estar concentrado, ese día había llegado más temprano de lo usual a la empresa, hasta su abuela se había sorprendido porque la visito antes de lo usual, el motivo de si incapacidad de concentrarse tenia nombre, rostro y un buen cuerpo, se llevo ambas manos a su cara para cubrirla mientras trataba de no pensar en lo que lo tenía desconcertado, después de que Arroyin entrara y los viera en esa posición comprometedora ambos se separaron algo avergonzados y ella se marcho del lugar sin decir nada, pero ese no era el problema, no, el verdadero problema surgió esa noche cuando se fue a dormir, de nuevo había soñado con ella pero no de una manera tierna y romántica, más bien era todo lujuria y pasión, no podía sacar de su cabeza la escena de ella arrinconándolo en la pared, acercándose a su rostro para besarlo, sentir el contacto de sus senos contra su pecho, aun con la sopa encima podía sentir que eran suaves, pero la cosa no había terminado así, eso solo había sido el principio, después la cosa se puso más candente pues ella se había sentado en el suelo y se saco sus bragas para después sostenerla con uno de sus dedos y darle vueltas mientras abría las piernas y le hacia la invitación para entrar y el como el idiota que era acepto sin importarle nada, la tomo de las muñecas y la puso de pie para después pegarla a la pared mientras subía su falda y acariciaba sus piernas, después abrió el acierre de sus pantalones para entrar en ella, una de sus manos se coló debajo de su camisa y estrujo uno de sus montes mientras ella gemía para él, después fue directo a su cuello no para besarlo sino para morderlo, al mismo tiempo que esa chica de cabello rosa enredaba sus piernas en sus caderas, pero el sueño termino cuando las puertas del elevador se abrieron, lo que le molestaba no era el hecho de haber soñado con ella, sino que lo había soñado que lo hacían en uno de los elevadores de la empresa, como se suponía que viera con normalidad aquello si tan solo estar adentro le traían recuerdos de su sueño, sacudió la cabeza para poder alejar aquel recuerdo pero nada funcionaba, se puso de pie y miro por la ventana, parecía que el universo estaba en su contra por que justamente la escena que encontró fue a la causante de sus molestias, observo como ella entraba a la empresa, inconscientemente dejo escapar un suspiro, pues ahí estaba ella igual de hermosa que siempre, con su cabello rosa en una coleta y esa flor azul adornando su peinado, ahora vestía un traje rosa de saco y falda y su camisa blanca, desde esa altura no podía verlo pero juraría que traía puesto ese maquillaje de brillo en sus mejillas, al ver su reflejo en el vidrio de la ventana reacciono, estaba sonriendo, se tapo la boca con una de sus manos y sus ojos se mostraban alarmados, ni el mismo creía que estaba así por culpa de ella, ahora estaba más que convencido de que era una bruja que llego para arruinar su vida, aunque muy en el fondo sentía que era más como un hada perdida que el tenia que guiar. Se alejo de ahí y volvió a su escritorio para tratar de continuar con su trabajo.

RIVALIDAD ENTRE LIDERESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora