-¿Cuando será entonces? -preguntó.
-No lo se, pronto, pero aún no -dije. Dani me abrazó y me estremecí ante su tacto.
-Salgamos antes de que piensen mal, son unos malpensados todos -dijo Daniel. Acaricié su pelo y besé sus húmedos labios una vez más antes de salir.
-Yo primero, luego tú -dije. Abrimos la puerta y nos encontramos a Álvaro y Maddie comiéndose la boca, em, ¿contra la pared?
-¡Álvaro por dios! -exclamé- Que estáis en un sitio público
-Oye, a saber que estábais haciendo ahí dentro -contestó él y Dani le dio una colleja.
Empezaron a pegarse de broma, como unos niños pequeños. Nosotras llegamos a una mesa detrás de ellos dos, se habían puesto todos juntos. Saludé a los demás y me senté entre Leire y Daniel, hija de puta Maddie, lo había hecho aposta.
-¿Y bien? -nos miró David.
-¿Y bien? -pregunté confundida.
-No David, no hemos vuelto -contestó Dani por mí mirando su móvil.
-¿Por qué? -preguntó él.
-¿Te pregunto acaso por que no le comes la boca a Leire? -dije cabreada.
-¡Elena! -me regañó mi madre. Leire se levantó, cogió su bolso y caminó hasta cruzar al hotel.
-Elena, eres imbécil -dijo David.
-Eh a ella la respetas -saltó Daniel.
-No, si encima es culpa mía -me levanté de la mesa cabreada, cogí el móvil y corrí hasta llegar a un parque cercano.
Noté unos pasos y una respiración agitada.
-Estás aquí -me dijo él.
-Vete -sollocé.
-No, voy a estar aquí en las buenas y en las malas, te parezca a ti o no.
Daniel se acercó a mí, yo estaba sentada en el banco con las piernas encima, él tenía su brazo derecho detrás de mis hombros y su mano izquierda reposaba en su rodilla.
-No lo hagas por favor -dije.
-¿Por qué? -preguntó él.
-Porque me acostumbraré a que cada vez que algo esté gris tu abras mi cielo, a que me beses y cuando esta semana pase los dos volveremos a nuestros mundos...lejos del otro -dije. Me levanté y Dani suspiró, pasó su mano por su rostro y gruñó. Tiró de mi mano sentándome en sus rodillas.
-Te amo joder, te amo más que a nadie -dijo alterado y me besó. Su mano derecha estaba en mi mejilla y la izquierda en mi pierna, las mías fueron a su pelo.
Cuando nos separamos de ese romántico beso nos abrazamos. Empezamos a llorar.
-Escúchame -le dije. Alcé su cara con mis manos y quité sus lágriamas con mis dedos.
-¿Te acuerdas de aquel día en mi casa? ¿La despedida? Fue muy dura, no me hagas volver a pasar por eso -dije.
-Esto es tan injusto -dijo él.
-Te voy a pedir una última cosa -miré sus ojos.
-Lo que sea princesa -dijo él entrelazando nuestras manos.
-Bésame Daniel -él sonrió y atacó mis labios. Con ferocidad y salvajismo los deboró. Nos separamos y unimos nuestras frentes mientras cerraba los ojos. Me acerqué tímida y deposité un beso en sus labios.
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My Camp Auryn (Dani Fernández)
RandomLos sueños se pueden cumplir, y sí, puedes enamorarte de tu ídolo no como ídolo en sí, sino como persona. Él puede enamorarse de ti, ¿no te lo crees? ¡Deja que esta historia te lo demuestre en My Camp Auryn!