¡Gee! | Frerard

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–Entonces... ¿Paso toda una maldita hora y tú lo único que hiciste fue mirarlo como un idiota?– Mencionaba el rubio mientras comía de su colación, o como a él le gustaba llamarle 'almuerzo 2.0'

–Uh... ¿Sí? ¿Qué otra cosa...? Oh, mierda, cierto!– Cayó en la realidad el menor, dejando su colación en la mesa y corriendo hacía donde estaban los casilleros, y donde Gerard estaba muy tranquilo guardando las cosas de Artes, junto a su cuaderno de dibujo y muchos lápices en un estuche.

–¡Gerard!– Gritó Frank en cuanto vio que este se alejaba a paso lento, se enfado al ver como no se volteaba, como si no lo hubieran llamado.

–¡Gerard, maldita sea!– Maldicio, para luego agarrar uno de sus hombros y tirarlo hacia atrás, el pelirrojo le miró con cara de miedo, cuando se dio cuenta de que era aquel chico con el cual debía de hacer la tarea de Artes, suspiró de alivio.

–Lo-Lo siento, ¿me llamabas?– Volvió a mirar a los labios del contrario, como había hecho en la clase, fijamente. Lo que incomodó a Frank y habló rápido.

–Necesito tu ayuda en Artes, ¿me ayudas?– Gerard, sin poder descifrar muy bien de lo que hablaba simplemente asintió lentamente. A lo que Frank le dedicó una sonrisa sincera y dio un largo suspiro de alivio.

–¡Gracias!, te juro que no sé cómo, pero reprobaré si no me ayudas.– El contrario tan solo asintió una vez más, esta vez entendiendo de lo que hablaba, se comenzó a alejar de la misma forma que había hecho antes.

–¿Gee?– Lo llamó, sin embargo el otro siguió andando, Frank soltó una risita y negó lentamente, para luego volver con sus amigos.

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–Entonces, ¿cuentas con él para que apruebes?– El menor asintió mientras comía su sandwich vegetariano, el cual le hacía su madre siempre, y quedaba divino.

El afro lo miró incrédulo, junto al rubio.

–No me miren así, estoy seguro que me ayudara.–

–Frankie, no es sólo eso. Tú estás aprobando Artes, ¿de qué mierda hablas cuando dices que reprobaras?– El rubio asintió frenéticamente y señaló al afro, dándole la completa razón.

–No es cierto, con suerte tengo un 5.–

–Y una mierda. Tienes un 10 perfecto. Ahora deja de mentir.– Sus amigos lo miraron de forma algo enfadada, a ninguno de los tres les gustaba las mentiras, y cuando alguien les mentía, no volvían a ser amigos si es que lo eran.

–Oigan. ¿Ese no es el hermano de Gerard?, ¿el rubio teñido que casi abandona la escuela?– Mencionó nervioso apuntando hacia un lugar cualquiera, aunque en verdad ahí estaba Mikey, el hermano menor de Gerard, junto a él, comiendo y hablando.

Y es que todos sabían que Robert Bryar y Raymond Toro estaban perdidamente enamorados de Michael Way, menos este mismo, que nada más los veía como un baterista malgastado y rudo, y un guitarrista afro que no pudo alcanzar sus sueños de banda.

–No es teñido, bueno, sí lo es, pero le queda muy-... – Y cuando Robert dejó de decir eso y volteo su mirada, Frank ya no estaba allí. El afro le dio una palmada en la nuca, algo así parecido a un golpe, por dejarlo ir por Michael, lo cual fue devuelto con una mirada de amor y odio de Robert.