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6:30 AM

Frank... Frank... ¡Frank!– El director de la escuela lo despertó a gritos, al ver como estaba dormido en la sala de espera hacia la enfermería.

El castaño se asustó por supuesto y pegó un salto al escuchar el grito del director.

No puedes estar aquí. Son las 6:30, ¿fuiste a casa ayer?– Frank lo miró y negó, lo que hizo suspirar al director.

Estuve esperando a Gerard... ¿Lo ha visto?– El director negó frunciendo un poco el ceño.

No, pero probablemente está en su casa desayunando. Así que ve tú también, no tendras una falta si llegas tarde, pero vete ya.– Frank asintió y le agradeció al director, se levantó y arreglo sus ropas, preguntándose donde estaban Robert, Raymond, Michael y Gerard, y porque no lo habían despertado si lo vieron dormido.

Debía de ir a casa a bañarse y a desayunar, pero no fue precisamente lo que hizo.

[💦]

Un suspiro salió de los labios del pelirrojo, mientras le agradecía al director y salía de la enfermería, viendo cómo Frank se alejaba a pasos lentos.

Sabía que lo había estado esperando bastante tiempo, sus amigos se fueron y pensaron que Gerard cuando estuviera bien lo despertaría y se iría con él. En cambio, si Gerard salía como si nada y no escuchaba lo que decía Frank, probablemente las preguntas se lanzarian como las gotas de lluvia.

Al salir de la enfermería vio a su hermano menor parado con los brazos cruzados y mirada de desaprobación.

Odio esa mirada. – Mencionó algo nervioso el mayor de los Way.

Y yo odio que le estés haciendo eso a Frank.– Gerard lo miró confuso, algo celado por dentro, pero confuso más que nada. Michael le mostró un cuaderno suyo, con las mismas palabras que dijo escritas.

No lo merece, lo sé. Pero... Solo dame tiempo, Mikey, le diré.– Michael rodó los ojos y se acercó a él, escribiendo de nuevo.

¿Cuándo? ¿En un año? ¿Cuándo Frank ya se gradue?–

Michael. Basta, yo le diré cuando esté listo.–

Gerard comenzó a ignorar a Michael, y le favorecía el ser sordo en ese momento. Comenzó a caminar a la salida, y pudo ver cómo Frank estaba en la salida, sentado en la acera, soltando un suspiro.

Frank!– El pelirrojo pudo escuchar el resonar de algo, lo que le indicó, según su instinto, que alguien había gritado. Y eso hizo que se se diera la vuelta, mirara con una mirada asesina a su hermano y saliera corriendo a la otra salida de la escuela.

Al llegar a la otra salida, dio un suspiro de cansancio, y miró al frente, encontrándose con Robert y Raymond. Podía sentir la presión, y veía los labios moverse de ambos, Raymond hizo callar a Robert, y este solo se cruzó de brazos.

Gerard se alejo lentamente y sentía como la respiración se le aceleraba, las manos le sudaban y no podía ver claramente.

Michael lo agarro por la espalda, antes de que cayera hacia atrás. Frank se acercó para ayudarlo al igual que Raymond y Robert.

¿Estás bien?– Frank se dirigió a Gerard, con su mirada preocupada.

Mikey suspiró, y Gerard lo miró, preguntándose si era el momento de la verdad, ya que no podía escuchar lo que dijo.

Estoy bien.. – Dijo el pelirrojo por instinto, levantándose de los brazos de Mikey.

¿Vas a explicar por qué saliste corriendo? – El pelirrojo se sentó en el piso y Michael le tiró un cuaderno con las mismas palabras que dijo hace segundos.

Gerard miró el cuaderno con pánico, invento una excusa rápida en su mente y se levantó, dándole el cuaderno a su hermano menor y viendo las miradas confusas de Frank, Raymond y Robert.

Recordé algo que olvidé en la sala de artes, y como la salida estaba cerca vine.– La sala de artes estaba cerca de esa salida, por lo que tenía sentido. Michael lo miró y soltó un suspiro, guardando el cuaderno en su mochila y dándole una negra a Frank.

Oh, gracias Mikey.– El avellana le sonrió, agarrando su mochila y colocándosela. Mikey le devolvió la sonrisa, lo que hizo que Raymond y Robert miraran a Frank con cierto enfado y cierta confusión, este solo les dio una mirada de nerviosismo, sin saber qué hacer o decir.

Nosotros tenemos que irnos... Nos vemos.– Gerard agarró a Michael del brazo, yéndose con él, sin importarle que su mochila aún estaba en su sala de la mañana.

Frank los miró confuso, siguió con la mirada a los hermanos hasta que se hicieron pequeños y no pudo verlos más.

¿Qué fue eso?– Raymond y Robert hablaron a la vez, Frank sólo alzó los hombros.

No lo sé..

¡Gee! | FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora