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¡Solo quiero saber por qué estuvo aquí, Michael! – La cara rojiza de Gerard, al igual que ciertos cabellos que caían de su cabeza hasta su cuello, indicaba que estaba enfadado, enfadado y decepcionado de su hermano menor. Aunque estaba siendo un poco exagerado, creando una escena, notoriamente, de celos frente a su hermano menor. Con Frank allí.

Sí, antes de que Frank siquiera pudiera caminar 15 pasos, lejos de la casa de los Way, Gerard lo había obligado a regresar a su casa, y Frank no tuvo opción alguna.

Michael trataba de calmar la situación, pero solo balbuceaba y se movía inquieto. Frank tenía una cara de vergüenza y miedo increíblemente notoria.

Y Donna... Bueno, Donna no tenía porque meterse en eso, le pareció toda una telenovela, escuchaba desde el salón, porque hasta ahí se escuchaban los gritos de Gerard.

Como si tuvieras una novia y tú hermano se acuesta con ella. ¡Oh no! – Dijo con diversión en su voz, mientras comía frutillas de un plato con tranquilidad. Aunque no le causaba tanta gracia que podía haber pasado así, y de esa forma, Gerard saldría lastimado, y Donna no admitiria a Frank jamás en su casa.

Se supone que eres mi hermano, hermano. ¿Lo entiendes? ¡No puedes-...! – Se acercaba a Michael a medida que decía sus palabras y este lo interrumpió.

¿No puedes qué?, no hemos hecho nada del otro maldito mundo! Cierra tu boca antes de que lo avergüences más!– Michael también torno su rostro un tanto rojizo, pero no tanto como el de Gerard. Al final de su oración había apuntado a Frank, y este por instinto se hizo hacia atrás.

¡¿Entonces por qué no me explicas que mierda hacia mí... Mí...!?– Relamió sus labios sin saber qué decir, aún no hablaba con Frank sobre ese asunto, ¿qué eran?, estaba generando una escena por nada.

No eres su novio, cariño. Eres todo un celoso por algo que no es tuyo.– Donna dijo automáticamente al escuchar a Gerard.

¿Por qué no me explican que hacían juntos, y solos en esta casa?– El rojo de la cara de Gerard iba desapareciendo, se cruzó de brazos y miró a ambos, primero a Frank, y luego a Michael. Estos intercambiaron una mirada, y tragaron saliva al mismo tiempo.

Uhm... Bueno... Nosotros... Nosotros...– Habló el castaño, por primera vez desde que lo habían traído de vuelta a esa casa. Balbuceo y no supo que decir, se suponía que una excusa. Pero ninguna llegó a su mente, ninguna creíble. Y tampoco era una muy buena opción mentirle a Gerard.

–Estaba aquí porque quería besarlo, y lo hicimos.– Interrumpió a Frank antes que pudiera articular otra palabra, puesto que vio que su boca se abría, Michael lo había dicho y Frank lo miró queriendo asesinarlo por no dejarlo decirle de forma discreta.

Gerard se quedó callado, seguía con sus brazos cruzados y una expresión, ahora, de tristeza y decepción, hacia ambos. Una lágrima se deslizó por su mejilla derecha.

Frank se intentó acercar, y Gerard se alejó, saliendo de la habitación de Michael, y yendo a la suya, con un portazo, Donna, Michael y Frank se sobresaltaron y entendieron la situación. El castaño, con tristeza y un dolor en el pecho, miró a Michael y lo miró con desprecio.

Genial, ahora la relación que tenía con él, se fue a la mierda. Por tú maldita culpa. ¿Sabes cuánto costó que se acercara a mi y poder besarlo? Para qué ahora vengas y-...– Michael lo interrumpió con un beso en sus labios, que estaba seguro que era el último, pero lo disfruto, por supuesto. Frank lo empujó de inmediato, se limpio sus labios con una de sus manos y se fue de aquella habitación.

Miró la puerta de la habitación de Gerard, y sintió un fuerte dolor en el pecho. Tenía que explicarle, tenía que explicarle que a él no le gustaba Michael y jamás lo besaría de forma voluntaria, le gustaba él y solo él.

Sin embargo sintió que apenas entrará, Gerard sabría que era él, y lo echaría, lo mandaría a la mismísima mierda, y toda relación con él se cortaría. Sin dejar que le explicara nada...

No podía dejar las cosas así, así que entró en la habitación de manera rápida. Y cerró de la misma forma, con pestillo.

Gerard reaccionó lento, y al sentarse en la cama, para irle y reclamarle que se fuera de una vez. Frank ya tenía su rostro entre sus manos, y lo besaba, mientras secaba sus lágrimas, que seguían corriendo desde sus ojos, con sus pulgares.

Y aunque el pelirrojo quería resistirse, su cuerpo no hizo lo que pidió y correspondió casi de inmediato el beso. Lo que, obviamente, sorprendió a Frank.

Me...– Gerard se despegó un poco del beso, Frank temió que lo apartará de golpe, por lo que lo besó de nuevo.–Me tienes que explicar qué sucedió.– Luego de unos segundos, Gerard se separó y agarró los hombros de Frank, para que no volviera a besarlo.

Yo... Nosotros... Sí, él me besó.– Frank asintió lentamente cuando dijo eso. Gerard suspiró, perdiendo sus esperanzas de que Michael hubiera mentido.–Pe-... Pero, tienes que saber que a mi no me gusta él. Yo... Yo.. A mi me gustas tú, y... Y, cuando me besó, lo juro, lo empuje.– Frank se preocupó cuando Gerard se alejó, y agarraba su rostro de manera que se veía desesperado y llorando.

El castaño trató de agarrarle los brazos, el primer intento fue en vano, sin embargo en el segundo lo consiguió. Y lo abrazo con todas su fuerzas, aunque su cabeza quedó en el hombro de Gerard, al ser más bajo, y no de forma que la cabeza del contrario quedara en el pecho de él, como le hubiera gustado a Frank.

Tienes que saberlo, Gerard. Te amo, te amo, demasiado, lo juro. Te amo, Gerard Way. Y jamás te dejaría, y no quiero que me dejes porque Michael me besó, aunque a mi no me haya gustado y no me gustó jamás. Pero... Pero si tú quieres dejarme, yo... Yo... No puedo hacer nada contra eso.– Gerard lo abrazaba fuertemente, y Frank consiguió que lo mirara mientras decía todas esas palabras. Gerard tenía pequeños rastros de lágrimas en sus mejillas, y Frank comenzaba a llorar, al terminar su oración. Le lastimaba el solo pensar que Gerard lo dejaría, pero si así quería él, Frank no podía hacer nada, lo respetaba y lo respetaría.

Gerard se acercó, y lo besó de golpe, algunas lágrimas se juntaron, por el choque que habían hecho el uno con el otro. Frank sentía que era un beso de despedida, pero eso no hizo que no lo besara de forma fugaz. Y hacer que ambos sintieran magia, a su alrededor, y fuegos artificiales, en sus estómagos.

Entre besos, Gerard le pidió disculpas por haberlo malinterpretado. Le creía, por supuesto que le creía, tenía el sentimiento de que decía la verdad. Y lo seguiría, seguiría ese sentimiento, por más que Frank estuviera mintiendo.

¡Gee! | FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora