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Entonces... ¿Ahora tienes que hacer una parte de la cosa esa de Artes?– Frank asintió, mientras tomaba de su jugo de naranja.

¿No que necesitabas ayuda de él? Está haciendo que tú hagas el trabajo, la mitad, eso no es ayudarte.– Añadió el afro a lo que había dicho el rubio, burlón. Frank negó algo nervioso, poniéndose erguido en su asiento y mirando a Raymond.

Bueno.. Digo.. Osea..– Comenzó a balbucear el menor, mientras miraba a Gerard de lejos, el cual lo sorprendió viéndolo y le dedico una sonrisa con un gesto de su mano como saludo.

Frank desvío la mirada, pensando que ahora lo tomará como maleducado, pero no quiso que viera lo sonrojado que estaba en ese momento.

Raymond volteo, viendo a Gerard, quien también saludo a éste, el afro le devolvió el saludo y se quedó dado vuelta unos momentos más, viendo la espalda de Michael. El rubio a su lado le dio un golpe en el brazo y eso hizo que volviera a como estaba.

¿Y bien? Vamos, Frank, te conocemos bastante bien para que saber que la ayuda que tú quieres no es en Artes.– Robert hablo, mirándolo pícaramente mientras sostenía su sandwich.

Frank soltó un chillido y quiso tirar del cabello de su amigo, sin embargo no lo hizo, porque eso haría un escándalo y que todos lo vieran.

¡No seas asqueroso, Bryar!– El rubio dio una risita mientras mordía su sandwich.

Bien que te gustaría.– Mascullo con la boca llena.

Frank volvió a mirar a dónde estaba Gerard, quién ahora estaba mirando a Frank, se sonrojo de inmediato y rasco su nuca, agachando su cabeza para hacerlo.

Es algo obvio. ¿No creen?– Dijo Raymond de un momento a otro, haciendo que Frank lo mirara con el ceño fruncido, sin saber a qué se refería.

Vaamos. Se quedó hablando contigo hasta las 5 AM, y dijiste que juraste haber escuchado un 'Te quiero, nos vemos mañana', Frank.–

4 AM, Raymond. Y sé lo que dije, pero quizás solo fue otro de mis sueños.– Mordió su labio el avellana ahora mirando al techo de la cafetería.

Raymond rodó los ojos y se golpeó la frente, al igual que Robert, no pudieron evitarlo. Era todo tan obvio que en cualquier momento golpearian a Frank por ser un idiota y no darse cuenta de que Gerard también gustaba de él, de la misma forma y quizás la misma cantidad de amor que Frank lo amaba.

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¿Crees que le guste?– Gerard exclamó de un momento a otro, mirando a el menor de lejos, quien miraba hacia el techo.

¿Lero? No.– Respondió su hermano menor, comiendo de su sandwich, con su mirada pérdida.

Es Iero, Michael. I-e-r-o. ¿Cuántas veces debo decírtelo?– Suspiro Gerard mientras volvia a su dibujo.

De todas formas. No, no lo creo, Gee.–

Qué gran apoyo, Mikey.– Frunció el ceño mirando a su hermano, y de vez en cuando a Frank.

Después de unos minutos mordió su labio inferior y volvió a mirar a su hermano, quien se había colocado de espaldas y miraba en dirección a Raymond y Robert.

¿De verdad crees eso Michael? Vamos, habla en serio. Por favor.–

De verdad lo creo, Gerard. No.– Volvió a repetir su respuesta Michael, mientras negaba con su cabeza.

¡Gee! | FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora