34. Halloween.

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____.

La dieron de alta como había dicho, al día siguiente y la verdad es que de ahí en adelante no tenerla en la universidad a mi lado para andar de comunicativas en los alrededores, se sentía raro, me hacía mucha falta, creo que esto que sucedió es para que comprenda como se va a sentir cuando yo me vaya por dos años a Nueva York a terminar la carrera gracias a una beca que me brindaron y... al entrar a una academia de baile.

Jamás me imaginé que algún día me enviarían un correo de tal ciudad con la finalidad de darme una ayuda para estudiar allá y recibirme con honores. Jamás...

Pero ese no es el punto, el punto aquí es que creen que yéndome yo me voy a olvidar de todos y eso no es así, me mantendré al contacto de todos, inclusive de Pepe que espero tome de una manera entendible la noticia, lo digo porque él ha estado muy apegado a mí y quizá al decírselo, se ponga mal.

Ya veré luego...

La universidad sin Valeria, es aburrida, neta, los compañeros de mi salón lo único que hacen es andar de pinches castrosos y ni quien carajos los pare. Parecen infantiles pero los hijos de puta como me hacen reír con sus niñerías, aun así ¡son castrosos los cabrones!

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Con el paso de las semanas, Valeria regresó mucho mejor a la universidad, justificó faltas e incluso entregó trabajos atrasados ya que no había asistido porque requería de reposo porque así lo había indicado el doctor. ¿Sus padres se enteraron? ¡Claro! Hasta les puedo asegurar que casi les da un mini infarto por ello pero agradecieron tanto a Dios porque no le pasó nada mucho más grave que pudo tal vez haber acabado con su vida.

Y cambiando el tema ¡ya llegó el día de Halloween! ¡Kemosión!, tengo preparado mi disfraz para esta noche, lo mejor es que habrá fiesta de disfraces en bull, todos iremos, se va a poner chingón.

Ah, por cierto, Yayo y yo hablamos para dejar en claro lo que haría y terminó por comprenderme, me pidió disculpas por haberse enojado, lo mismo hice yo por haberle contestado y esas cosas, así que terminamos reconciliados, la verdad es que no me quisiera pasar toda la vida sin hablarle a mi hermano, sentiría muy horrible.

Fui al centro comercial con Valeria a comprar algunos dulces para darles a los niños antes de irnos al bull a celebrar, luego andarían quejándose que nosotros somos muy tacaños y que jamás pisen ahí porque no damos dulces, que no los queremos, etc. etc., por mi hermano estaría increíble y excelente pero para mí no, me da ternura ver a unos cuantos pequeños con sus disfraces.

Los que tienen mi edad y la de mi hermano, pues... son pasables, otros no... otros, neta ¿qué pedo?

Nos topamos con varios de los fans del equipo de mi hermano y nos pidieron amablemente una foto, ambas accedimos sin compromiso, ¿acaso era algo malo? No lo creo, después nos dirigimos más adentro del centro comercial para llegar a la tienda de dulces, haríamos una compra grande.

Luego nos dirigimos a una tienda de ropa y zapatos, había tantos conjuntos hermosos, me los quería llevar todos, incluyendo los tacones y sandalias pero tristemente no se iba a poder, carajo.

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Pepe.

De nuevo en el Distrito Federal, que emocionante, sólo regresé para la fiesta de Halloween que se llevará a cabo en el bull, no mamen zorras, las fiestas ahí se ponen súper vergas que hasta quieres que no se acaben y más porque puedes ligar con quien quieras —favor de mover ambas cejas de arriba hacia abajo aquí, gracias—, pero yo no haré eso porque sé que irá ____ y bueno, aprovecharé.

Enséñame a quererte. {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora