Enséñame a quererte. {EDITANDO}

40. Enséñame a quererte.

Capítulo dedicado a todas y cada una de las lectoras de ésta novela: @MonceTp @ValeriaCarmona4 @piedra991D @UnaEn7Millones-Ali- @camimoran @Caralmer @ArelyVargas060914  @Rebecasalgado @MacheSanchernan @emilyigalvan @princess916 @diana_roncancio @andyinthesky @marlenEmi @grungluke, etc. etc.
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Siete de enero del año nuevo en donde empezaría a poner en marcha cada uno de los propósitos que me dispuse a cumplir, en donde en un par de horas estaría viajando lejos de mi hermosa ciudad de México.

Terminé de hacer mis maletas y lancé un suspiro de frustración sumada con el estrés, aunque en realidad es que todo esto me pone melancólica y nostálgica a la vez, voy a extrañar todo, las locuras, mis apariciones en casuales vídeos de mi hermano o de mi mejor amigo alejandro, quizá en los de luis y ryan donde hacían una que otra tontería "bizarra" pero con quien de verdad extrañaré grabar será con pepe y el pelón borracho de jux. Extrañaré a mi mejor amiga valeria, mi fiel confidente, ya que mis compañeros de universidad son únicamente eso, compañeros. Amigos pocos tengo y los demás sólo me hablan para poder conseguir fotos ó autógrafos de mi hermano ó los demás.

Hay "amigos" que creen que eres google, sólo te buscan, te usan, cuando necesitan algo. Dan pena, ni siquiera al título de amigos llegan los hijos de la chingada.

Pero el punto aquí es que me voy hoy, y tengo sólo un par de horas para disfrutar, mi avión sale a las ocho.

Mamá y papá llegaron al departamento con el fin de despedirse de mí y darme uno que otro consejo, que esperaban que me fuese bien, que cuando terminara mi carrera, ósea, cuando me recibiera, grabase y tomase fotos ya que veían muy lejos las probabilidades de poder viajar hasta allá para poder verme en vivo y directo, a no ser que entre a trabajar, haga mi ahorro y así les pueda pagar el viaje, incluyendo el de mi hermano.

Siendo honesta no pude evitar llorar, a ellos son de las pocas veces que les volví a ver o visitar después de haberme venido a vivir con yayo, y eso realmente me pone mal pero por desgracia todo cambia, ya todo es diferente, nada es igual. Uno tiene que hacer su vida.

Pasamos un buen rato charlando y en uno que otro momento reíamos a carcajadas, hasta que llegó el momento en el que tenían que irse, se despidieron de mí nuevamente y me dieron un fuerte abrazo.

-Dios te bendiga hija y suerte. -Fue lo último que ambos me dijeron antes de cruzar la puerta para irse.

Agradecí y prometí que haría el gran esfuerzo y sacrificio por lograr recibirme, aparte de que buscaría la manera de lograr obtener dinero para poder pagarles el viaje para que vayan a verme el día de la graduación, incluyendo a mi hermano, lo más obvio era que debía de buscar un trabajo que me brindase buenos frutos pero sin embargo, debía de ser uno de medio tiempo para cuando salga, irme a mi departamento para hacer las tareas de la universidad y entregarlas al día siguiente.

Terminé de arreglarme frente al espejo, me acomodé bien mi suéter negro de figuras raras, debajo de éste tenía una blusa del mismo tono, mis leggins, me puse mis botas, parecía que andaba de luto cuando en realidad no era así, tal vez era porque como me iba a ir, las cosas iban a cambiar y las personas que quiero con mi vida, estarán tristes, entonces andar así lo amerita.

Al finalizar mi maquillaje adecuado, rocié un poco de perfume, acto seguido todo lo utilizado tuve que meterlo en la maleta de nuevo, miré mi cuarto por un par de minutos, visualizando cada mínimo detalle, tantas cosas que pasé aquí en poco tiempo para que de la noche a la mañana ya no lo habite.

-Regreso antes de las seis, yayo. -Le dije seria.

-Está bien hermanita, sirve que los chicos y yo nos arreglamos, para cuando regreses estemos listos y nos vayamos al bull, para que veas mi presentación antes de irte. -Me dice no tan convencido.