21. Exámenes.

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Maratón 3/5.

____.

Tan sólo escuché el timbre para poder salir e irnos directo a nuestras casas, me puse de pie enseguida junto con Valeria para salir velozmente, tenía que ir a recoger a mi hermano al aeropuerto ya que habíamos quedado en eso la noche anterior.

Conduje hasta el aeropuerto a una velocidad ni tan rápida ni tan lenta, era pasable, Valeria quiso asustarse pero le dije que se tranquilizara ya que no era para tanto. Al llegar, estacioné la camioneta y bajé junto a ella, nos adentramos y para ser honesta el lugar estaba llenísimo. Y como era de esperarse, no veíamos a mi hermano y sus amigos por ninguna parte.

—Joder Yayo.— Murmuré.

Valeria y yo caminamos por todo el aeropuerto hasta llegar al umbral, fue ahí en donde recién vi a mi hermano junto a Strecci, Jux, Pepe, Luis y Ryan, venían muy sonrientes. Al parecer Guadalajara les hizo bien.

—¡Alejandro!— Exclamó Valeria con mucho entusiasmo y corrió hasta él para recibirlo con un abrazo.

—¡Valeria!— Sonrió.

Acto seguido la cargó y dio unas cuantas vueltas para luego darle un beso corto en los labios, qué lindo. Saludé a todos, a mi hermano le di un fuerte abrazo, ya me hacía falta, luego miré a Pepe quien estaba serio, no sabía si abrazarlo entusiasmada al decir su nombre o simplemente saludarlo, carajo.

—¿Y qué? ¿Pepe no merece abrazo?— Pregunta serio.

—Te extrañé.— Me limité a decirle.

Lo abracé fuerte y con mucho entusiasmo.

—Yo también, ____.

—Después de esta bonita escena romántica ¿nos vamos?— Interrumpe Yayo sonriente.

—C-Claro.— Digo.

Dejé de abrazar a Pepe para enseguida irme junto a mi hermano a su lado, lo ayudé con su equipaje y caminamos hasta la salida, le señalé el lugar en el cual estaba estacionada la camioneta y enseguida nos dirigimos hacia ella. Todos subieron, Yayo conduciría e incluso dejaría a Ryan, Jux y Pepe en sus departamentos.

En el camino íbamos cantando como locos gracias a la radio y sus canciones maravillosas, después hicimos unas cuantas bromas de las cuales terminamos riendo a carcajadas.

—No se me olvida lo que me hiciste en Guadalajara, Strappy.— Soltó Pepe de repente.

Le miré desconcertada al igual que Valeria, mientras los demás reían.

—¿Qué te hizo?— Pregunté.

—El hijo de puta me despertó con una cubeta de agua fría, ya le dije al cabrón que me las va a pagar.— Contesta.

—Qué rudo.— Puse los ojos en blanco.

—Wey, no iba a perder mi vuelo por culpa de éste pendejo.— Espeta Strecci.

—Ajá ¿y? ese no es motivo para despertarlo de tal manera.

—Aparte de que Jux no me dejó dormir por sus putos ronquidos.— Frunció el ceño.

—Ponte tapones cabrón.— Exclama Jux.

—Tú ponte algo en la boca, pinche pelón.— Rió.

—Vete a la verga wey.

—¿Me acompañas?

—Ve tú solo.

—Ya dense un beso.— Sonrío.

Enséñame a quererte. {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora