Enséñame a quererte. {EDITANDO}

20. Aléjate de él, zorra.

           

Maratón 2/5.

____.

Lunes por la mañana, chingada madre, de nuevo a la misma rutina de siempre y pronto había exámenes. Con pesadez caminé al baño para darme una buena ducha de agua tibia y así no ir con más sueño del que ya tengo, a la universidad. Más tarde me vestí: una blusa de tirantes azul, leggins negros, un suéter del mismo color y unas vans azules, aretes de un tono plateado, ésta vez eran cortos ya que a menudo usaba largos, me hice una cola de caballo para luego cepillarme los dientes, terminando ordené mi cuarto, tomé mis cosas y salí. Valeria estaba lista esperándome en la sala.

—¿Ya?— Pregunta seria.

—Vámonos.— Contesto.

Se puso de pie y tomó su mochila, ambas salimos del departamento sin decir nada, tomamos el elevador, sólo eran unos minutos, entonces dice:

—Ayer pasé un poco la noche en vela.

—¿Y...?— La miro.

—Luego de hablar con Alex, entré a twitter y adivina qué.

—Vale, ya he dicho miles de veces que no soy adivina.

—Uy, qué carácter.— Roda los ojos.

—Lo siento, ya dime. ¿Qué se supone que debo de adivinar?

—Bueno... Pepe parecía estar raro que puso unos tuits que quizá tengan que ver contigo.

—¿Tú crees?

—Míralo por ti misma.— Me dice saliendo junto conmigo del elevador.

—Luego, ahorita se nos está haciendo tarde para llegar a la universidad.

—Pues no entramos a la primera clase y ya.

—Estás demente si crees que voy a faltar a una clase con tal de ver unos tuits.

—____...

—Los veré pero en clase, punto.

—Agh, ok.

Buscamos la camioneta y al encontrarla subimos, la encendí y como alma que lleva el diablo arranqué. Encendí la radio como de costumbre para no ir con el silencio de compañía y aparte porque me servía para pensar. Al llegar a la universidad, lo primero que hice fue estacionarme para luego bajar, Valeria y yo nos adentramos y como siempre las putas miradas de todos encima de mí ¿y ahora por qué?

Entonces encontré la respuesta: Denisse. Agh por el amor de Dios ¿qué pinches quiere ahora?

—Tranquila, no vengo a fastidiarte, lo sé, es un milagro.— Suspira.

—Ve al grano Denisse.— Enarco una ceja.

—Lo que te dije alguna vez, aléjate de Pepe.

—¿Y qué si no?

—Aléjate de él, zorra, y créeme que tu cara seguirá igual.

—Que Pepe sea tu novio, no es motivo de venir y decirme en la cara frente a toda la puta universidad, que me aleje de él.

—¿Crees que no me entero de todo o qué? Me lo apendejas siendo que él es mío.

—Como ya lo he dicho millones de veces, Pepe y yo sólo somos amigos, no creo que eso deba afectarte.

—Pero claro que me afecta— Dice entre risas—, se junta con una roñosa y la verdad no quiero que se contagie.

—Qué exagerada eres.