O1 | Tu odio nunca hizo a nadie menos gay

10.9K 817 164
                                    

Jungkook bajó de su auto dando un salto. Ese día en especial se sentía contento.
Su pequeña le había regalado un hermoso dibujo de ambos en la mañana, le habían llamado para informarle que no tenía cirugías programadas para ese día, había comido mucho helado después de un largo tiempo y compró varios juguetes junto con algo de ropa para su hermosa niña.

Estaba realmente feliz, y no creía que nada ni nadie podría arruinarle aquello. Pensaba ir con su pequeña al cine por un rato, luego ir a comer unas deliciosas hamburguesas e ir a pasear por las enormes calles de Seúl. Tal vez ir a ver las luces que adornaban el río Han...

Saludó cortésmente a las madres que le miraban desde aproximadamente seis metros de distancia, todas cuatro con sus niños revoltosos agarrados de sus manos, queriendo estos irse ya a casa.

— ¡Buenas tardes, linda! — La asistente de la puerta, que se encargaba de entregar a los niños a sus padres vió al mayor con un brillo hermoso en sus castaños ojos. Era lesbiana y no tenía ningún tipo de crush en él, pero le admiraba demasiado. Había salido adelante con una pequeña hija luego de la muerte de su esposa, y había declarado públicamente que era bisexual, sin importar qué.

Vivían en una sociedad que estaba llena de donceles, hombres que podían tener hijos de otros hombres, pero la población más antigua, y por desgracia, la más grande, odiaba con locura ver a un muchacho en la calle con una panza grande... Dos hombres tomados de la mano como una pareja normal...

Lo mismo pasaba con las lesbianas... No era bien visto que dos mujeres se tocaran así, que se besaran. Ella era una de las tantas pobres que aún vivían reprimidas de sus sentimientos, con miedo a sufrir algún tipo de acoso o burla, solo por ser quién era.

— Hola, señor Jeon. — Le sonrió, suspirando... Llamó con cuidado a Baejung una vez le dió la espalda a él. Jungkook miró su larga cabellera color miel y se preguntó si era un color natural. Sus ojos oscuros y brillantes hacían un contraste muy lindo en la joven de cabello claro, haciéndola ver más tierna y linda de lo que era.

Suspiró, sintiéndose más feliz cuando vió a su pequeña correr a tropezones para llegar hasta él y darle un abrazo.

La pequeña saltó sobre la punta de sus pies y llegó hasta las manos de su papi, que le tomó de la cintura y le dió vueltas por los aires, contento de verla finalmente luego de tanto tiempo. Bueno... Luego de unas 5 horas.

Al bajarla, luego de darle un pequeño beso en su mejilla, agarró la manita de su hija con una mano y con la otra tomó la lonchera y la mochila de la pelinegra.

— Que tengas una hermosa tarde, Jieun.

— ¡Adiós, unnie! — Gritó Bae, saltando para alcanzar la velocidad de su padre. La muchacha, de tal vez unos 20 años, les sonrió a ambos que le daban la espalda y aunque no pudo decirles lo mismo ya que se encontraban lejos, deseó en lo más profundo de su corazón que ambos tuviesen una tarde maravillosa, al igual que todos los días.

❤️

— Bien, ¿qué quieres hacer ahora, princesa?

Baejung saltó en el regazo de su padre mientras trataba de tomar entre sus manitos el arete largo que colgaba de su oreja. Cuando se cansó de intentarlo, simplemente tomó entre sus manos el celular del azabache y lo encendió para empezar a tomarse muchas fotos.

— Podemos ir a ver a las medusas, papi. — El zoológico. El lugar que más amaba su pequeña. No había pensado en eso antes, aún cuando sabía que su hija adoraba ir allí todos los días que pudiese, sin aburrirse de ver a los mismos animales en los mismos lugares.
Ellos aún no viajaban mucho, ya que la pequeña estaba muy chica para estar viajando, pero Jungkook pensaba en esperar dos años, a que su hija tuviese 6, para finalmente ir a visitar los zoológicos de ciudades aledañas, con el fin de que ella conozca, y pueda ver más.

I love you | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora