15 | Él solo era un imbécil, y yo lo sabía

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— Eres un idiota... — Jungkook besó lentamente los labios del contrario, llenándose de alegría. Taehyung era tan hermoso a sus ojos...

— Soy tu idiota, soy tu perdedor, soy tu imbécil, soy todo, Tae, pero solo tuyo... — Besó nuevamente, despacio, sonriéndole a su muchacho entre los roces. Estaba feliz. No sólo por el hecho de tener el día libre, y sobretodo, de haber conseguido pocas cirugías para la semana... Él estaba feliz porque Taehyung estaba a su lado, porque Taehyung le acompañaba en esos momentos, porque ambos pasaban tiempo juntos.

Tomó una de las piernas del rubio y la corrió por encima de las suyas, enrollando los dos pares de extremidades inferiores por encima de su enorme cama. Ahora estaban en la casa que Jungkook y Baejung compartían.

— Deja de besarme, sabes perfectamente que estoy enojado contigo todavía porque me sacaste del trabajo, técnicamente, Jungkook. — Susurró el menor, mientras peinaba los rebeldes mechones de cabello que perdían rumbo en la cabeza del mayor. También, enrolló aún más sus piernas con las contrarias, pegando entonces, mucho más ambos cuerpos.
Jungkook ignoró su petición, su orden, y siguió besando lenta y castamente los dulces labios del menor.

Taehyung trataba de corresponder tímidamente a cada uno de aquellos besos, y mientras lo hacía, Jungkook sonreía internamente por lo dulce y tierno que se veía el rubio en aquella situación.

— Jeon, para ya... Sabes perfectamente que no puedes besarme cada vez que quieras. — Kim susurró sobre los belfos contrarios, mientras movía sus manos por la nuca de su novio. Jungkook solo sonrió.

— ¿Debería pedirte permiso, entonces?

Taehyung negó. Jungkook luego lo besó, tan suave, tan dulce, tan delicado. La mente de Taehyung voló lejos de su cuerpo y razonamiento, y le permitió imaginarse en dos distintas situaciones de la vida.
Siendo feliz con Jungkook.
Siendo infeliz sin Jungkook.

— No me beses, Jeon Jungkook, ya basta.

— ¿Seguro? Puedo robarte un beso, puedo robarte muchos besos. — Jeon picoteó velozmente los labios contrarios, Taehyung se sonrojó.

— Jungkookie...

Él simplemente lo besó nuevamente. Ignoró todas las antiguas advertencias, olvidó todo. Jungkook simplemente se hundió en aquel hermoso deseo que rellenada cada parte de su ser, cada vez que estaba cerca del hombre más hermoso que alguna vez tuvo la oportunidad de ver. Lamió el labio inferior, pero prefirió después no dejar que el beso se llenase de algún otro sentimiento, cuando lo único que quería, era demostrarle sin palabras al contrario cuanto lo quería.
Taehyung también quería lo mismo, hacerle saber de sus sentimientos a Jungkook.

— ¿Ahora? ¿Quieres que te bese, mi amor? — Soltó el pelinegro mientras dejaba los labios de Taehyung, permitiéndoles a ambos respirar por unos instantes. Taehyung se separó un poco del chico, y le miró a los ojos.
En sus ojos se reflejaba algo distinto.

Jungkook cayó en cuenta segundos después, con una sonrisa mucho más grande en su rostro. Acercando sus labios a los contrarios de una forma, un poquito más... Diferente.

Después de todo, el rubio y el pelinegro tenían mucho tiempo para ir a buscar a los niños a la escuela.

❤️

Jungkook y Taehyung habían salido para ir por los niños luego de comer algo en un restaurante coreano que quedaba de camino. El rubio confesó que algunas tardes comía allí, ya que se le hacía más fácil comer en ese sitio gracias a la cercanía que tenía tanto con la escuela de Jintan como con lo rápido que servían y le atendían.

El rubio había insistido en que lo dejase unas dos calles más atrás para buscar por separados a los niños y fingir que estaban encontrándose apenas, para luego salir todos juntos.
Jungkook simplemente no podía negarse a Taehyung, menos cuando gracias a eso había recibido una dosis extra de besos que le desestabilizó en todos los sentidos.

Condujo lo más lento que pudo para ir viendo al rubio y observando que no le pasase nada en el camino, que nadie le viera más de lo debido, que nadie le tocara de una manera sobrepasada. Las necesidades de cuidarlo habían crecido de manera exhorbitante en las últimas semanas en las que estuvieron saliendo, viéndose.
Él incluso ya tenía planeada la cita definitiva, solo porque quería estar lo más cerca de él que se le fuese posible.

Una vez en el lugar, se bajó del auto cuando el hombre de rubio platinado cruzaba la calle con cuidado junto a otras personas.

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— ¿Qué pasa con papá? — Jintan estaba en la sala de estar de Taehyung con un vaso lleno de zumo de manzana en sus manos, observando a Jungkook desde el sillón individual que había en el juego de sala que Taehyung había comprado recientemente.

Jungkook tenía una taza de té que Taehyung le había ofrecido antes de irse junto a Baejung a su habitación para cantar en karaoke. Los dos, Jungkook y Jintan, se opusieron a la idea por inconvenientes vocales y la niña y el doncel no se contuvieron y los dejaron solos para ellos dos poder cantar a todo pulmón.

— ¿...A qué te refieres? — Jungkook tomó un sorbo de la taza y el contenido casi cae en sus pantalones cuando un grito de Bae le hizo brincar en su puesto. Jintan también se asustó, derramando un poco de zumo en el tapete.

— Soy detallista, y esos pequeños detalles no pasan desapercibidos para mí. — Dijo el niño de 6 años, mientras colocaba el vasito de pasta de Ironman que su padre le había comprado en la mesita del centro y movía el sillón para ocultar la mancha del jugo. Cuando terminó, volvió a sentarse en la silla, dándole un sorbo al ya casi caliente zumo. — Miradas cómplices, conversaciones en voz baja, sonrisas tímidas... Mi papi nunca había sido así con alguien desde que el otro de mi padre nos abandonó por mi culpa. Tío Jinie y tía Emily no lo quieren ver ni en pintura, y aunque no lo conozca, tampoco quiero verlo.

— Sabes que tu padre y yo estamos saliendo. Él me dijo que sabías, así que no entiendo porque te sorprendes, Jintanie.

— Lo sé... Pero es distinto. Aún no son novios, ¿por qué no le has pedido que sea tu novio? ¿Te arrepentiste de salir con él y por eso no quieres acercarte de esa forma? Tal vez no sepas cómo alejarte y estás aquí bajo mi techo con una cara de hipocresía, estoy seguro.

— Deberías ser escritor, tu cabeza está llena de ideas disparatadas, campeón. — Jungkook le sonrió al niño, y él, le miró horrible por aquel mal chiste. El mayor aclaró su garganta con un poco de incomodidad.— Ok... Me gusta tu padre, y no le he pedido que sea mi novio porque quiero hacer algo especial para él. Quiero que sea un bello momento.

Jintan bajó la mirada, pensativo.

— ¿Ya se han besado?

— Si... — Comentó el pelinegro, con las orejas rojas. El castaño sonrió con picardía y se acomodó en el sillón, dispuesto a poner nervioso al pretendiente de su padre con una serie de preguntas incómodas.

Ya al final, sacó a relucir la más fuerte de todas. En su rostro no cabía la felicidad por haberle hecho eso al señor Jungkook, cuando a sus ojos, el mayor siempre fue más serio.

— ¿...Han creado bebés?

Esa fue la peor pregunta.

Jungkook tomó de un sorbo el contenido que sobraba de su té y se quemó la garganta y la lengua. El niño también terminó su jugo y jugó con su vasito de pasta con sus dedos.

Antes de que Jungkook pudiese responder, sonó el timbre, y ya que Jintan tenía prohibido abrir la puerta sin Taehyung cerca y el pelinegro era el mayor y el que más cercano estaba al lugar, se levantó hasta llegar y abrirla.

No esperaba llevarse tal sorpresa, mucho menos, ver a aquel sujeto en casa de su novio. Bueno, de su casi novio.

❤️

Aparecí luego de mucho tiempo, bebés.
Les traje este capítulo, jaja. Perdón si no es lo mejor del mundo ni lo que esperaban, corazones.

Ya salí de vacaciones, por lo que supongo que actualizaré cada que se me ocurra una idea y así.

Tengan una hermosa cuarentena, cuídense y comen correctamente, florecitas.
🥰

I love you | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora