13 | No hay nadie que pueda juzgarme

4.1K 500 272
                                    

La charla que el pelinegro había planeado para tener en el trayecto a casa se desvaneció cuando Taehyung se acostó junto a la puerta para dormir un poco más por el cansancio. Jungkook en el fondo lo entendía, y agradecía también... Taehyung se veía radiantemente hermoso a la hora de dormir.

Una vez llegaron a Seúl a eso de las 6 de la mañana y Taehyung ya había despertado, comieron un poco de la comida que se habían llevado del hotel mientras se dirigían a casa del menor en un silencio que era realmente cómodo.

— Ha sido una noche y una cita increíble, Jungkook. Me ha encantando verte... Supongo que estaremos comunicados por mensajes.

— Si... — El mayor observó como Taehyung salía luego de dedicarle una sonrisa, por lo que no pudo evitar salir rápidamente después de apagar el auto para seguirle. — ¡Taehyung!

— ¿Si...? — Antes de que pudiese decir algo más, Jungkook le besó con un sentimiento extraño dentro de su pecho, algo aparte de su corazón acelerado...
Taehyung esperó varios segundos, para luego corresponder el beso, pasando sus manos por la nuca del mayor, tratando de conseguir más, de besarle más, fascinado por lo deliciosa que se sentía la sensación.

Los labios de Jungkook eran suaves, muy suaves, y tenían un ligero sabor a fresas y a chocolate, y aún cuando él no era fan del chocolate, sintió que se convertía en un sabor único y especial que estaba dispuesto a probar en cada momento de su vida.
Jugó con los cabellos de la nuca del pelinegro, y le atrajo muchísimo más hacia aquel beso, sin quitar la misma suavidad y delicadeza con la que lo hacían. Era un beso hermoso, realmente hermoso.

Y de eso quedaron de testigos los pocos transeúntes que pasaban por allí en la mañana, y la señora del apartamento que quedaba cerca del suyo.

Jungkook tomó entre sus manos la pequeña cintura del menor y la apretó cuando sintió que ya era momento de parar. No se acordaban, ninguno de los dos, de que se encontraban en la calle, frente a casi todo el mundo... Sólo eran ellos, sólo eran Jungkook y Taehyung, sólo ellos, nadie más. No les importaban los demás, ni lo que tuviesen que decir al respecto.

Taehyung profundizó el beso, llevándose consigo un jadeo del mayor, quien comenzaba a desesperarse por los movimientos bruscos que daba su corazón. El pelinegro los ignoró y pegó el cuerpo del más bajito contra su cuerpo, mucho más que antes. El rubio, mientras tanto comenzaba a jugar con los cabellos negritos del chico, sin importarle si le despeinaba o no, solo con la intención de seguir aquella danza.

Mantuvieron juntos el ritmo, lejos de ser algo erótico y lleno de lujuria. Este era un beso inocente, puro... Un beso que confirmaría muchas cosas en los corazones de ambos hombres, sobre todo de Taehyung.

Taehyung se separó del mayor luego de un rato, notando sus labios inflados, pasados de color rojo, más hermosos y brillantes que nunca.
Él hizo eso, ¿verdad? Estaba orgulloso de haberlo hecho.

Jungkook, antes de separarse, susurró sobre sus labios un pequeño "Déjame vivir en tus ojos y permíteme ver las estrellas que tienes en ellos toda la eternidad, por favor. Te haré la persona más feliz del universo, mi vida. Lo juro, Taehyung, lo juro."

Taehyung sonrió sonrojado, y antes de que pudiese volver a juntar sus labios nuevamente, su hermano le llamó al móvil, obligándolo a separarse de él. Cuando ambos se alejaron, una ventisca mañanera los cubrió a ambos, dándole escalofríos a Taehyung.

¿Hacía frío? ¿Acaso el estar en aquella situación con Jungkook le había permitido el sentir una cálida e indescriptible sensación al punto de no llegar a sentir los cambios de ambiente?

Jungkook le sonrió al muchacho un poco antes de despedirse con su mano, dando pasos hacia atrás, hacia su auto. Mientras se alejaba arreglaba un poco su cabello, que se encontraba desordenado, con una hermosa risa burbujeante.

I love you | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora