33 | Ya eres dueño de mi mundo

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— Jungkookie... — Taehyung se había levantado a vomitar otra vez a eso de las 10 de la mañana, lo suficientemente agotado como para querer dormirse otra vez en aquella fría y enorme cama. Preparó el desayuno, o intentó, y llamó a su novio un poco más tarde para que ambos pudiesen comer juntos.

El pelinegro gruñó, adormilado.

— ¿Sucede algo? — Su voz ronca y cansada llenó los oídos de Taehyung y le hizo estremecerse. El cuerpo del menor se puso rígido en un santiamén.
Al no obtener respuesta, uno de los dos ojitos negros de Jungkook se abrió y observó el rostro sonrojado de su novio. Una sonrisa coqueta salió de sus labios. — ¿Estás bien?

— Hice el desayuno, Kookie. P-Pensé que hoy podríamos salir con los niños en la tarde a algún sitio.

— Lo que quieras, príncipe. — Atrajo el cuerpo del castaño hasta el suyo, besando el cabello del menor un montón de veces mientras le acomodaba sobre su pecho.

Había querido disculparse por su comportamiento horas atrás, pero no encontraba las palabras adecuadas para decir lo que quería. También quería que el castaño fuese el primero en hacerlo...

Digamos que le empezaba a parecer cansado tener que ser él siempre quien buscaba al menor y no al revés. Esperaría, porque después de todo, él siempre tenía que esperarlo.

Agachó un poco la cabeza y le regaló un pequeño beso a su novio en la barbilla, dando la vuelta en la cama para dejar el pequeño cuerpo del doncel debajo del suyo.

— ¿Quieres...? — Taehyung se sorprendió. No recordaba mucho de las horas anteriores pero sabía que no habían tenido una muy buena charla antes de ir a la cama.

¿Acaso Jungkook quería hacer el amor con él aún después de lo que sea que haya pasado antes? Negó con la cabeza y quiso eliminar los pensamientos asfixiantes que le traspasaban el cerebro y le gritaban que ambos estaban jodiendo cada vez más su propia relación.

El sexo no lo arreglaba todo.

Ambos estaban echando a perder su noviazgo, lo sabía. No era como antes, y era en mayor parte por su culpa.
Esa era otra de las razones por las cuáles se sentía tan culpable después de todo el tiempo que habían pasado juntos. Creía que su comportamiento había encadenado esa serie de episodios entre los dos que estaba convirtiendo todo en algo monótono y poco atractivo.

Jungkook negó, regalándole otro beso pequeño en la comisura de los labios para finalmente levantarse al baño y usar el retrete. Él también tenía su debate mental, así que prefería estar un poco más alejado.

Quería que Taehyung pensara en todo, él también quería pensar. Sobretodo en esa maldita voz subconsciente que le decía que Taehyung en realidad no lo amaba, y que todo lo que estaba haciendo para mantener estable la relación era una pérdida de tiempo.

❤️

Los niños corrían de un lado a otro en el espacio que Taehyung había apartado para ellos en una pequeña parte de su sala de estar. Baejung y Jintan estaban deseosos de verse desde hacía bastante tiempo y estaban felices de pasar un rato juntos como familia en casa, luego de haber dado un paseo por el parque.

Jungkook y Taehyung se quedaron en la cocina con la ilusión de poder escoger lo que iban a comer los 4 esa noche.

— Jo, tengo tanta hambre que podría comerme un rinoceronte completo. — Gimió el castaño, estirando una de sus manos para abrir el refrigerador y observar lo que sea que haya para preparar y que sea rápido. Jungkook observó cada uno de sus movimientos, concentrado en sus labios y en el lindo rostro del menor. — ¿Qué quieres comer? ¿Hacemos algo de pasta o encargamos una pizza de salami y pimentón donde te gustan? Podemos pedirla con borde de queso.

I love you | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora