1O | Contando los días

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Cuando Jungkook llegó, sintió su corazón latir de aquella extraña forma. Taehyung estaba allí, sonriéndole, y para él eso era más que suficiente para sacarle una sonrisa.
Era tan precioso a sus ojos, que no entendía como las inseguridades podían rodearle de tal forma.

La burbuja que ambos habían creado al verse se vió reventada por la realidad, volviendo entonces juntos a lo que era un ambiente familiar, con sus dos pequeños jalando sus brazos, queriendo llamar la atención de ambos. Más Jintan, que brincaba para que su padre le mirara a él, solo a él.

— Tanie, ¿qué pasa, cariño?

— ¿Podemos irnos? Ya no quiero estar aquí.

Taehyung le miró con ojos confundidos mientras se arrodillaba en el piso y se colocaba casi a la altura del niñito. Los ojitos de Jintan brillaban, pero era un brillo extraño.
Esos no eran los inocentes y hermosos ojitos de su hijo que él amaba ver todos los días. Los ojitos que le daban la fuerza de salir adelante.

— Mi amor, pero si hace un rato querías que viniera Jungkookie para estar los cuatro juntos.

— Yo no quiero. Era Bae quién quería, yo no.

La niña abrió la boca angustiada estando en los brazos de su padre. El pelinegro frunció el ceño mientras observaba al menor, quien cruzaba los brazos en su pecho.

— Kim Jintan, no seas grosero. — Taehyung estiró su mano y tomó entre sus manos el cabello de su hijo. Le peinó hacia atrás con cuidado, mirándolo con ojos firmes, enojado.

— No estoy diciendo nada que sea grosero. Quiero irme a casa, no puedes obligarme a estar con este sujeto. Tú tampoco deberías estar con él, yo soy tu hijo, soy más importante.

Esa fue la copa de rebosó el vaso. Jungkook abrió la boca sorprendido por la actitud del pequeño niño, al igual que Taehyung.
Jintan giró sobre sus talones y caminó rumbo a la salida del acuario subterráneo.

— Lamento mucho eso, Jungkook. Supongo que estaremos hablando por celular... — En la última oración, su rostro de forma inconsciente miró el suelo, tal vez recordando el hecho de que saldría con él.— Fue un día muy especial, pequeña. Mañana tú y Jintanie podrán jugar en el jardín.

Taehyung miró a Jungkook una última vez y le lanzó un beso a la pequeña Bae. Se levantó con rapidez y corrió detrás del niño, esperando que el castañito respondiera todas y cada una de sus preguntas.

❤️

— Responde, Jintan. No me hagas castigarte.

— ¿Qué quieres que te responda? No soy tonto, papá. Sé que tanto tú como ese hombre están empezando a gustarse. No quiero que las cosas sean así, soy tu hijo.

Taehyung tomó su taza y bebió un sorbo del té caliente.
Jintan también tenía un vasito al frente suyo, lleno de jugo de manzana.

— Si no fueses tonto, sabrías que yo puedo enamorarme de quien mi corazón quiera, Kim. — Contestó Taehyung, casi escupiendo la respuesta. Estaba increíblemente enojado, por primera vez con su hijo.

Sus antiguas discusiones siempre habían sido así como esa, de ambos dialogando hasta llegar a un acuerdo, pero el tema central de esta "pelea" le tenía demasiado frustrado.

— Jungkook no ha demostrado en ningún momento ser malo ni contigo ni conmigo. Es un buen hombre, y es padre de Bae... Podrías ver a la nena más seguido, por lo que no deberías quejarte tanto.

I love you | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora