Dylan colocó su equipaje en la montura, se impulsó con el estribo, y se sentó de forma erguida en la silla de montar. Le dio unas monedas al mozo que había preparado al caballo, y con un golpe de talón en su costado y cogiendo las riendas con fuerza, se marchó a galope. Su caballo era un purasangre color bayo, con su crin y cola blancos, y aunque no era el más rápido, sí que tenía buena resistencia, que era lo que Dylan prefería en esos momentos.
Antes de ponerse en camino para cruzar el valle de Leia, decidió dar un pequeño desvío para ir a la ciudad. Los aldeanos le abrieron paso cuando vieron al caballo, a paso rápido, intentando no ser atropellados, aunque Dylan empezó a ir al paso cuando se adentró en ésta.
La capa ondeaba con la insignia de la familia noble de Tirsell y los menos favorecidos se acercaron con las manos en forma de cuenco pidiendo, utilizando a los niños para dar lástima, pero Dylan no despegó los ojos de sus cosas, sobre todo en esa zona, ya que sólo intentaban distraerle para robarle. Cuando vio a un chiquillo, de no más de doce años, acercarse peligrosamente a su bolsa con ojos determinados, apoyó la mano en el pomo de la espada, haciéndosela ver, lo que lo hizo alejarse.
Para cuando por fin llegó a su destino, recorriendo las encharcadas calles de adoquines hasta que escuchó a los hombres en las tabernas, Dylan encontró a Stacy, una de las chicas de siempre a las puertas del burdel, fumando algo. Dylan supuso que shaydd, ya que era bastante popular en esos momentos.
—Stacy —la llamó, ya que no parecía haberle visto, y eso que no era que pasase demasiado desapercibido. Ella parecía aturdida, pero lo miró.
—Pero si es el rubito —Le echó una buena mirada y dijo—. Y qué elegante va.
Para ella, ir elegante era sinónimo de vestir sin agujeros en la ropa. Pero sí que era cierto que la tela de la capa era bastante buena, y que su armadura se veía demasiado brillante comparado a las calles. La verdad era que no parecía que perteneciera a ese lugar.
—¿Me haces un favor? —Le preguntó. Ella rió encogiéndose de hombros, pidiéndole algo a cambio. Dylan sacó de manera disimulada unas cuantas monedas y se las enseñó, haciendo que suspirase.
—¿Qué va a querer el marqués? —Dylan decidió no corregirla, porque ni siquiera sabía quién era Dylan realmente, probablemente no supiera ni su nombre.
—Llama a Patricia —dijo decidiendo que en su estado actual no era de fiar.
—Pero se va a cabrear conmigo si la despierto —le contestó poniendo un puchero mientras le daba otra calada profunda al shaydd.
—Dile que es Dylan quien la llama —Ella resopló y se adentró en el burdel. Dylan sabía que podría haber entrado él, pero se exponía a que le robasen todo, desde el dinero hasta las herraduras del purasangre.
El sol apenas estaba saliendo, ya que era temprano. Dylan se crujió el cuello, estirando mientras las esperaba. La verdad era que no había necesitado salir tan pronto, pero como ni siquiera había pegado ojo, le había dado igual.
Las luces estaban encendidas, y los hombres empezaban a salir del burdel, aquellos que no lo habían hecho la noche anterior, y que probablemente se hubiesen gastado todo su salario en alcohol y sexo barato.
Esos hombres estaban malditos, y era porque se acostumbraban a ello. Sus familias no tenían para comer, sus recién nacidos morían porque sus madres no podían amamantarlos, y sus esposas estaban demasiado cansadas y tristes al final del día como para poner de su parte en lo que se suponía que es un acto de dos, así que recurrían a prostitutas. Y era así como se formaba un ciclo.
También habría alguno que haya venido por ellos, escondido en un matrimonio insatisfecho, haciendo a su mujer lamentable, que aún así era mejor a que lo colgaran por desviado. Era como los llamaban, tanto a ellos como a ellas. Era otra manera de deshacerse de la población indeseable.
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Una deuda de sangre (La corte de los desterrados #2)
FantasySaga "Crónicas de los desterrados" Libro 2. Tras los acontecimientos en "El grimorio robado", el equipo se ha separado. Taissa, Rob y Alyssa están en Buntland, la tierra natal de ellas dos, y Dylan, Dani y Chris se han quedado en Cryum. Además, la...