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*¡Nota!:- nosé si sea de algun anime la pequeña de la foto, pero me imagino así a la pequeña Melissa*

Después de la clausura escolar justo a 4 meses de la muerte de su madre, se encontraba guardando su ropa en una maleta rosada, junto a su tía viajarían a Nueva York para encontrar a su padre. Estaba emocionada y un poco nerviosa.

Su autobús saldría muy temprano en la mañana.

Terminó por fin su maleta y se fue a la cama.

Al día siguiente estaba despierta desde muy temprano, se cambió y tomó su maletín, llegó a la cocina y su tía ya estaba ahí terminando de preparar unos sándwiches, los metió en una bolsa y tomó su maletín.

-¿Lista?-
Preguntó con su típica voz amable.

La pequeña sonrió y asintió.

-Lista tía Elizabeth.-

Se tomaron las manos y salieron juntas de la casa, cerraron bien y caminaron rumbo a la estación.

*Nueva York*

Meliodas Jones era nuevamente el centro de atención de la ciudad, estaba dando una super fiesta por motivo del lanzamiento de su nuevo modelo móvil, su madre y hermanito menor estaban junto a él.

La prensa le tomaba miles de fotos en todos los ángulos que podían.

El solo se limitaba a sonreír.

La fiesta como todas las que proporcionaba fueron un éxito.

La madre de Meliodas una señora elegante de cabellera rubia y ojos esmeralda, veía orgullosa a su hijo, era todo un hombre de negocios, y el soltero más codiciado según una revista llamada People, que hablaba de las personas con más negocios y fortuna en Nueva York.

Le gustaba que su hijo tuviera tanto éxito, lo único que le desagradaba era el que tomara mucho alcohol.

Zeldris se acercó a ella, su hijo menor del mismo color de ojos que Meliodas, cabellera negra peinada hacia atrás, vestía un traje elegante color azul marino.

-Gelda y yo nos vamos ya madre. ¿Vas con nosotros o te quedas?-

Preguntó mientras daba un último sorbo a su bebida.

-Si, creo que es mejor irnos, Meliodas ya comienza a beber más y más.-

Zeldris miro hacia su hermano mayor, tenía una copa en la mano y varias chicas a su alrededor, suspiró de fastidio, siempre era lo mismo con él.

Junto a su madre se acercaron a él, haciendo espacio entre todos los presentes.

-Cariño nos vamos ya. Cuídate de regreso a casa.-

Le hablo su madre cuando estaba ya cerca de el.

Meliodas la miro y vio a Zeldris.

-Esta bien madre, gracias por venir.-

Respondió feliz.

-Sabes que siempre estaré a tu lado hijo mío.-

Se acercó a darle un abrazo quitando de inmediato a todas esas chicas oportunistas que lo endulzaban por su dinero.

Meliodas como siempre aceptaba gustoso cada abrazo de su bella madre.

Se despidió de zeldris, y su madre y él salieron juntos de aquel local.

La fiesta continuó, meliodas pronto se ahogo en el alcohol y como era su costumbre se llevó a una chica a una habitación de hotel.

Una belleza singular. Cabellera negra ondulada, ojos miel, cuerpo de medidas perfectas.

Soltero, ¿Y con hija?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora