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Melissa y Elizabeth llegaban por fin a Nueva York.

El viaje había sido de dos días, prácticamente un fin de semana, Elizabeth había decidido viajar en autobús por seguridad, los aviones le daban miedo y para ser sinceros ella no había viajado en ninguno

Siempre de la mano de su sobrina miraban a sus alrededores, Nueva York era inmenso y fácilmente podías perderte ahí.

Pero ahora su duda era ¿Cómo encontrar a Meliodas en tan grande ciudad?

Se sentaron en un parque, mientras ella pensaba como buscarlo, Melissa vio un periódico en un puesto de revistas, se acercó curiosa y una foto llamo su atención.

-¡Tía Elizabeth!-

Elizabeth se puso de pie y llego junto a ella.

-¿Qué ocurre? ¿Quieres un cuento?-

Preguntaba al verla de pie junto a aquel puesto.

-Mira esa foto de ahí.-

Apunto la niña a una revista.

Elizabeth sorprendida la tomó en manos y sus ojos se iluminaron

-¡Es él! ¡Debe ser nuestro día de suerte!-

Pagó la revista sin dudar y junto a la pequeña regresaron a su banca.

La portada mostraba al rubio de ojos esmeraldas con un buen traje elegante, debajo de él decía nombre y lo ocurrido en su recién fiesta.

-Asi que tiene una empresa. Jones Inc. bueno al menos sabemos a donde ir.-

Le dijo Elizabeth a la pequeña.

Melissa asintió feliz.

Creyeron que tardarían días en encontrarlo, pero al parecer el destino estaba de su lado.

Era medio día apenas, así que abordaron un taxi y le pidieron llevarlas hacia aquella empresa.

Al llegar ambas estaban maravilladas, era grande y muy lujosa.

Elizabeth siempre de la mano miro a Melissa.

-¿Lista?-

La pequeña la miró Feliz.

-¡Si!-
Respondió entusiasmada

Caminaron de la mano hasta la entrada, las puertas se abrieron y continuaron caminando, todo era muy brillante, teléfonos y tecnologías al rededor de todo.

Elizabeth vio a la rubia de ojos miel sentada en una mesa, pudo leer  "Recepción".

Se acercó y saludó amable.

-Buenas Tardes, disculpe señorita ¿Me podía decir dónde está el señor Jones?-

Elaine miro a Elizabeth y luego a la pequeña, se llevó una gran sorpresa. La niña tenía mucho parecido con Meliodas, miro de nuevo a Elizabeth.

-Si, puedo preguntarle si puede recibirlas.-

Contestó de igual manera amable.

Alzó el teléfono y llamo.

-Meliodas hay alguien que quiere verte. ¿La dejo subir?-

Meliodas al otro lado del teléfono estaba un poco desconcertado, Elaine siempre le decía jefe o señor Jones, pero ahora le llamaba por su nombre.
¿Qué ocurría?

-¿Todo bien Elaine? Si deja que suba, no estoy ocupado.-

Elaine colgó el teléfono.

Soltero, ¿Y con hija?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora