*19*

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Al día siguiente la foto de Meliodas junto a Elizabeth y Melissa apareció en todos los periódicos locales.

*El soltero más codiciado de Nueva York por fin ah sido cazado*

Pues bien Meliodas era muy buscado y solicitado por muchas mujeres por su dinero y posición en la sociedad, pero nadie duraba más de una noche con el.
Ahora una chica pueblerina de Gran Bretaña lo había logrado conquistar.

La fecha de la boda se decidió.

-Si, me caso en un mes-

Declaraba Meliodas a la prensa que lo borbadeaba con miles de preguntas.

El contestó tranquilo cada pregunta.

Al terminar de dirigió a su carro para ir a buscar a su hija, al llegar la pequeña estaba en la entrada junto a Merlín

-¿Todo bien?-

Preguntó al bajar del carro y acercarse a su hija.

-Si, Melissa me contaba que te casarás.-

Contestó Merlín seria.

-Si, en un mes, Elizabeth es la mujer de mi vida y quiero estar con ella el resto de mis días.-

Merlín le sonrió.

-Me alegra que por fin sientes cabeza y quieras formar una familia bella y unida. Elizabeth es muy linda y amable, estoy segura que serán felices.-

Meliodas notaba su sinceridad.

-Gracias Merlín, bueno ¿Nos vamos ya Melissa?-

La pequeña tomó su mano y asintió con la cabeza.

Se despidieron de Merlín y subieron al auto.

Entraban a su casa, pero Leslie y Elizabeth no estaban ahí, al rubio le extraño un poco, porque no avisaron su saldrían, pero supuso que estaban en su cuarto, estaba por subir las escaleras cuando Leslie bajó.

-¿Cómo les fue?-

Preguntaba con su sonrisa amable típica de ella.

-Bien abuelita Leslie, ¿Y mi tía Elizabeth?-

-Esta en su habitación, se siente mal.-

Meliodas se preocupó de inmediato y subió las escaleras rápido, llegó a la habitación y entro

Elizabeth estaba acostada en la cama, tapada con las sábanas rosadas.

Se acercó lentamente a ella y acarició sus cabellos, estaba durmiendo plácidamente, si se sentía mal era normal que prefiera descansar.

No quiso despertarla y salió silenciosamente de ahí.

Melissa estaba por entrar cuando el salió. Pero le dijo que era mejor dejarla descansar un rato.

Almorzaron sin ella, se sentía extraña la mesa sin la presencia de la ojiazul.

Al terminar Leslie lavo los platos y Meliodas acompaño a Melissa a su cuarto, la ayudo con sus tareas y al terminar ella se puso a leer y Meliodas fue a ver a Elizabeth.

Entró al cuarto y ella estaba sentada al borde de la cama, se puso de pie y quiso caminar hacia el baño, pero solo al tercer paso ella tambaleó y estuvo por caer al piso, pero su rubio fue más rápido que ella.

-¿Estás bien?-

Preguntó preocupado.

Ella lo miró y solo asintió.

-Te llevaré al médico, esto no es normal.-

Elizabeth quiso negarse pero antes de que pueda decir algo Meliodas la cargo en brazos y salió con ella de la habitación, se encontró con Leslie en el camino y le explicó las cosas, Melissa quiso ir con ellos, así que todos subieron al carro de Meliodas.

Elizabeth no mencionó nada, tenía muchos mareos y la cabeza le dolía demasiado.

Llegaron pronto al hospital donde Ban trabajaba, él nuevamente cargo a su mujer en brazos y caminó hasta urgencias.

La atendieron de inmediato.

Su pulso, presión, todo.

Pero al parecer todo estaba bien, le saco un poco de sangre y le mando a analizar.

Ellos esperaban pacientes mientras platicaban un poco, Ban regreso a los minutos con ellos con las hojas de los resultados.

-¿Que tiene Elizabeth? Dime.-

Se notaba preocupado y ansioso, Elizabeth le tomo la mano.

-Tranquilo, ya nos dirá Ban.-

Apretó más fuerte su mano y sonrió, miro a Ban nuevamente mientras seguía su mirada en las hojas

-No es malo, pero si debe cuidarse un poco.-

-¿Que tengo?-

Preguntó ahora Elizabeth.

Ban los miro.

-Estas embarazada.-

Elizabeth llevo ambas manos a su boca y miro a Meliodas quien la miro al mismo tiempo también.

Soltó unas lágrimas y cayó desmayada sobre la cama.

-¿Estás seguro?-

Preguntó el rubio, mientras veía a su mujer en la cama acostada.

-Si, aquí dice que la hormona gornadotropina está muy elevada lo que sucede cuando una mujer está embarazada, tendrá al rededor de tres o dos semanas.-


¿Un bebé?

No sé lo esperaban,pero en el fondo queria gritar de felicidad, un hijo de la mujer que ama y la que sería su esposa.

No tardó en despertar, el seguía a su lado tomando su mano.

Elizabeth lloro sobre su hombro

-No llores amor, está bien, seguiremos con nuestros planes de boda, te amo y me haces el hombre más feliz del mundo.-

Ella seguía llorando sin cesar sobre su hombro, también lo amaba, pero sinceramente el bebé le cayó de sorpresa.

Cuando se calmó, Ban les dijo los cuidados que debería tener les entregó la receta de su ácido fólico y otras vitaminas.

Con la receta en mano salieron del consultorio, Leslie y Melissa los esperaban en la sala de espera

Apenas los vieron asomarse corrieron hacia ellos

-¿Que tienes tia?-

Preguntaba la pequeña preocupada.

Elizabeth se inclinó a su altura y la abrazo

-Nada malo cariño, solo que tendrás un hermanito o hermanita.-

Melissa miro a su papá, el asintió feliz y abrazo muy fuerte a Elizabeth.

-¡Si! ¡Siempre quise ser la hermana mayor!-

Con una alegría inmensa se abrazaron los cuatro grabando así una bella escena familiar.

Soltero, ¿Y con hija?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora