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.—Bien, esto va a ser difícil –dijo la chica en cuanto Leo salió del laboratorio, los demás científicos la miraron interrogantes.
—¿De qué hablas?
—Hay que despertarla.
Todos la miraron horrizados.
—¿Estás loca? La ultima vez casi nos mata –dijo el chico más próximo a la plancha.
—Aún me duele el trasero de la patada que me dio hace dos semanas que la revivimos –dijo otro sobándose la zona con una mueca de dolor.
—Es increíble que aún conserve esa fuerza y esa velocidad –dijo una chica rubia.
—Ella era inmune al virus y al ser mordida adoptó las características propias de su tipo de sangre en contacto con el virus.
—Eso es increíble no cómo nuestra vacuna.
—Nuestra vacuna retrasa los efectos unos cuantos meses, si llegamos a morir de un modo u otro terminaremos convirtiéndonos en zombies.
—Ya ¿Y los mareos y las nauseas son normales? –resopló otra chica con fastidio.
—De hecho si, pero ese otro asunto. Traiganla a la cámara.
—Si, Nohemí.
Los seis laboratoristas llevaron el cuerpo de la mujer en la plancha hacia una especie de cámara Gessel donde había una computador y unos cables. Había sido muy duro retrasar el proceso de putrefacción del cuerpo, pero al final lo consiguieron. La habían limpiado, le habían curado la herida del pecho y la conservaban como si fuese un trofeo.
Nohemí Wiliams era una científica obsesionada con el tema del Bloqueo Mental, había intentado desarrollarlo en su juventud, pero no tenía los medios necesarios, no hasta que conoció a Asher Abney, que a cambio de su lealtad, le proporcionó todo el instrumento medico y tecnológico necesario para llevarlo a cabo.
Estaba nerviosa, debía admitirlo, Morgan Rogers no era precisamente una persona vulnerable. Le colocó los aparatos en la cabeza y sus manos comenzaron a temblar.
¿Y si no funcionaba? ¿Y si Morgan lograba soltarse y los mataba a todos ahí?
Sacudió su cabeza, no debía pensar en ello.
Mientras los laboratoristas ataban de manos, pies, piernas, brazos y abdomen a Morgan, Nohemí la observó. Tenía el cabello bastante largo, la piel pálida y estaba muy delgada, vestía un simple camisón largo de color blanco. Tomó una profunda respiración.
—Bien, voy a despertarla ahora.
Morgan tenía el sedante inyectado en el cuello que neutralizaba todo su cuerpo. La chica extrajo con suma lentitud y precaución el sedante, pero en cuanto éste estuvo fuera, abrió los ojos de golpe. Nohemí se apartó rápidamente de su campo de visión. Morgan comenzó a hacer fuerza, las correas rechinaban, pareciera que iban a romperse en cualquier momento. Todos los jóvenes estaban aterrados y conservaban su distancia.
—¡Sultenme! –su voz ronca y rasposa los hizo temblar.
—Lo siento, no lo haremos –Morgan miró a Nohenmí.
La mirada de Morgan de pronto hipnotizó a la científica, le transmitía su enojo y confusión. De pronto se imagino a una pantera apunto de atacarla tragó duro y desvío la mirada, caminó hacia la computadora y empezó a teclear algo.
—Te juro por mi vida, Nohemí, que cuando salga de aquí te voy a matar –la mujer se tensó y por supuesto que le creyó. Si algo le había enseñado la vida es que nunca debes subestimar al que está atado porque por alguna buena razón es que está atado –¡Voy a matarte, Nohemí Williams!
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V-77 |#2| TERMINADA
Science-FictionKaleb y sus nuevos amigos se verán distanciados dentro de la Fortaleza de la Casa Blanca tras haber cumplido la reciente misión, tendrán que aprender a sobrevivir sin esas personas que perdieron. Sin embargo, algunos secretos dentro de la Fortaleza...