08

670 95 87
                                    

—¡Oh, por dios! —gritó Connie pataleando sobre la cama. —¡Siente algo por ti! —le picó la mejilla al gordo que se encontraba soltando suaves y casi silenciosos sollozos mientras comía una rebanada de pastel. Connie le quitó el plato y lo dejó encima de la mesa de luz. —Bien, nene, invítala a salir —ordenó. Él bajó la mirada, sintiendo las lágrimas caer. —Steven —llamó ella, levantando su mentón y limpiando los rastros de lágrimas con sus pulgares. —¡Invítala a salir! —repitió. —Se está mojando por ti.

—Piensa que ambos somos novios —ella rodó los ojos.

—Le diré que fue una broma —habló con burla.

—¡No quiero que te metas! —ella lo soltó y se cruzó de brazos, seria.

—Steven, ya estoy metida —habló con obviedad. —Mira: ella es una bruja, puedes ser su novio o olvidarla, en vez de sentarte y comer torta —sonrió con gracia. —Vamos, Steven, no llores —él se limpió las lágrimas con su campera y suspiró.

—Bien —miró su celular de reojo. —¿Crees que...——

—¡Iugh! ¡No! No le mandes una foto de tu——habló riendo, pero fue interrumpida por Steven.

—¡No! ¡Nunca haría eso! —habló sonrojándose. —Me refería a llamarla —Connie volvió a reír.

—Debes arreglar las cosas de frente —él miró a otro lado —aunque se ponga más cretina así. —Agarró el hombro de su mejor amigo —yo estaré apoyándote. ¡Ya sé! O podemos darle celos.

—¿Celos?

—Ella cree que ambos somos novios, actuemos como tal frente a ella —se encogió de hombros.

—No lo sé —habló inseguro. —¿Eso no es mentir?

—¿Sientes algo por ella? —él mordió su labio inferior, en silencio. —Exacto, estás mintiendo de cualquier forma —sonrió. —Solo que en una arruinarás su reputación —se inclinó a él.

—¿Y en la otra? —ella movió su mano, restándole importancia y se encogió de hombros.

—Quizás también, solo si hace un espectáculo de celos —soltó varias carcajadas. —¡Me lo imagino! Sería grandioso —cerró los ojos con alegría. —Su cara.

—Mejor hablaré con ella —Connie soltó un bufido.

—Me había emocionado.

—¡No está bien mentir! —la señaló en forma de reclamo.

—¡Espera! ¿Qué le vas a decir? —él miró al techo con inocencia y se encogió de hombros. Ella gateó a él con una sonrisa pícara. —Me haría heterosexual por esa sonrisa. Pero es una lástima que ya seas de alguien —bromeó.

—Eres horrible, Connie —ambos volvieron a reír.

...

Ella soltó un bufido, mirándose en el espejo. Picó sus mejillas aplanando los labios.

—¿No crees que soy muy cachetuda? —preguntó Spinel hacia la rubia que se acomodaba su pelo corto.

—Spinel —la pelirroja rodó los ojos.

—Ya entendí —se soltó el rostro y se lavó la cara.

—Así que... ¿Steven? —la rubia miró a la pelirroja y se le acercó, agarrándola de la cadera, pícara.

—¡No! —chilló, separándose sonrojada. —Ni loca con ese...——

—No pongas excusas —habló con cuidado Volley, parpadeando con su único ojo. —Te conozco, te vuelve loca~.

—¡No digas eso! —se sonrojó. Estaban en el cuarto de las trillizas.

—Se te ve en los ojos el cómo admiras que no se preocupe de su físico —habló con suavidad la de pelo azul.

—Los gordos son los mejores —suspiró la rubia. El trío miró a la rubia expectantes. —¿Qué?

—No le vayas a robar al novio a Spinel —habló la rosada.

—¡Deja de decir eso, traidora! —le gritó riendo. La puerta fue abierta por una mujer de cabello corto crema.

—Bien, niñas, a dormir —ordenó la de piel pálida mayor. —Mañana deben madrugar, ¡no acepto excusas! —varias se miraron entre sí y se acostaron. —Spinel —la pelirroja miró a Perla. —Te vigilo con mi cuñado —la pelirroja se coloreó y soltó un chillido.

—¡Maldita sean! —soltaron varias carcajadas y Perla apagó la luz, yéndose.

—¿Vas a admitirlo? —susurró Volley.

—No... —sonrió y cerró los ojos —... Aún.

Fat | Stevnel [Human Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora