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Había pasado una semana desde que ella y Quil no supieron nada de Embry, también su hermano había preguntado por él pero no habían podido recibir respuesta

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Había pasado una semana desde que ella y Quil no supieron nada de Embry, también su hermano había preguntado por él pero no habían podido recibir respuesta.

Cira había ido a su casa acompañada y sola, ese día se había hartado nuevamente y tomo su cucaracha para comenzar a manejar a la casa de Embry. En todo el camino estaba pensando en que decirle una vez que lo tuviera enfrente, le iba a reclamar.

Al llegar solo apagó el carro y salió para a la puerta, comenzó a golpear la puerta de manera brusca, se sentía enojada, desde hace tiempo sus emociones variaban entre el enojo irracional y su alegría de siempre.

- ¿Cira? -pregunto Embry mirándola sorprendido de que estuviera ahí, estaba alegre pero a la vez decepcionado-. ¿Qué haces aquí?

Le habían contado las leyendas, todas y sobre la imprimación, el esperaba que Cira fuera su impronta pero no había pasado nada cuando la había visto a los ojos, no sintió aquello que le había explicado Sam. Y la morena solo quedó sorprendida, Jacob le había advertido pero no pensaba que hubiera cambiado tanto, ya no tenía su cabello largo y había crecido de golpe junto con una masa muscular mayor, a demás tenía el mismo tatuaje que ellos.

- Vine a verte a ti, quería hablar de lo que ha pasado contigo, de que han hecho contigo -le respondió, si quería saber por qué es que había visto a Embry estar con la pandilla de la Push, si no los soportaba.

- Nadie ha hecho nada conmigo Cira -le miro y luego negó-. No deberías estar aquí, les dije que se fueran por qué no los quería cerca.

Bufó molesta y comenzó a palmear el aire, buscando una forma de como su mejor amigo, el chico del cual estaba enamorada, solo había decidido alejarse de ellos, no lo aceptaría, al menos no hasta que diera una buena respuesta.

- Lo dijiste -volvio su atención a él-. Pero no me dijiste el por qué del asunto, ¿Creíste que lo aceptaría? Estás muy equivocado.

- Por favor Cira vete, soy peligroso para ti -suplicó, por lo que había visto en la mente de Sam, había visto como al perder el control había lastimado a Emily y no quería que llegara a pasar eso.

- Estás mal de la cabeza, tu nun...

- ¡Embry! -la voz de Sam los había interrumpido, la chica volteo a verlo-. Vámonos.

El chico le iba a hacer caso pero la mano de Cira le impidió alejarse de ella. Él la vio de manera inquieta, debía de ir con su alfa ya que no podía desobedecer.

- Cira, suéltame -le dijo con voz queda, quiso alejarse de su agarre pero ella lo apretó.

Ambos, Cira y Sam tenían una guerra de miradas silenciosas, a ninguno le gustaba que el otro estuviera ahí.

- ¡Lárgate Sam! -escupió con enojo y como si su cuerpo hubiera estado esperando eso comenzó a temblar.

Embry miraba a ambos y cuando la vio temblar se asustó, no quería que ella pasará por lo que él.

DON'T SAY NEVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora