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Cuando llegaron a casa de Bella le sonrió

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Cuando llegaron a casa de Bella le sonrió.

- Iré yo a casa, así que no te preocupes -le dijo la loba, al ver un leve movimiento en la ventana sonrió ya que sabía que era Charlie-. Dile que no era el Cullen.

Se lo comento de manera divertida. Se sacó la chaqueta y la acomodo en su brazo izquierdo.

- Por cierto, mañana mandaré a Embry por ti, no te quiero sola mientras no sepamos donde esta la pelirroja -dijo y volteo al bosque por unos minutos-. Yo iré a hablar con los Cullen.

- ¿No quieres que vaya contigo? -le preguntó la castaña.

- No, te prefiero con los lobos, la vampira no se animara a ir tras ti si estas en nuestras tierras -volteó a verla la loba-. Nos vemos después.

Comenzó a caminar de manera tranquila al bosque, para luego esconderse de la vista de Bella y así comenzar a sacarse la ropa para entrar en fase.

Corrió en cuatro patas a su casa con su ropa en el hocico, sintió a Embry y a Paul haciendo guardia, bloqueo su mente para no llamarlos, no quería hablar con ellos en esos momentos. Al estar a punto de llegar paro en seco al ver cómo Paul estaba frente a ella.

«¿Es en serio lo que dijo Sam?» la miro con esos ojos de lobo, podía notar confusión en él.

«Ya no soy parte de la manada Paul, no puedo serlo» le habló de manera tranquila.

«Pero Cira, posiblemente solo sea una confusión» se negaba a creer que quien comenzaba a ser su amiga fuera pareja de un chupa sangre.

«Es posible» dejó abierto el vínculo, dejando que vea todo lo que pasó desde que vio a Edward, también le mostró hasta que estaban frente a los reyes, ocultando su próxima transformación. «No voy a pedir disculpas por lo que pasó, cuando llegues a encontrar a tu impronta lo entenderás».

Ambos se miraron a los ojos unos momentos, creando un silencio que fue roto por el lobo.

«Estas loca» le dijo y sacudió su cabeza. «Si es lo que quieres y lo que te hace feliz, no soy nadie para prohibirlo, solo que dile que si te llega a lastimar voy a tener que despedazarlo».

Caminaron en silencio, Cira estaba agradecida con él por no haberla tachado como Sam, le dió un leve empujón, ambos comenzaron una pequeña riña.

«Hasta aquí te dejo Cira, debo de volver a la ronda» le dijo para darse la vuelta y salir de ahí.

Vió por donde se fue su amigo y luego a su hogar, encontrando a su padre en el porche. Se concentro y sintió como su cuerpo comenzó a cambiar, se levantó y comenzó a ponerse su ropa. Conforme se iba acercando podría ver a su papá con rostro serio, mordió su labio al saber lo que debía esperar.

- ¿Por qué has llegado hasta esta hora? -le habló de manera sería.

- Estaba con Isabella -dijo aunque al ver su mirada "No te creo" soltó un suspiro-. Fuimos con los Cullen, también tendré que ir mañana para hablar con ellos de lo que está pasando.

DON'T SAY NEVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora