𝐎𝐔𝐑 𝐃𝐈𝐀𝐑𝐘 | frechip ; treinta días, terminada.

𝐎𝐔𝐑 𝐃𝐈𝐀𝐑𝐘 | abrazos y cariño

----- 𝐎𝐔𝐑 𝐃𝐈𝐀𝐑𝐘 -----
día diecisiete

Chip acostado en el pecho de su esposo, durmiendo un poco después de haber llegado de un viaje de México a Francia, fueron siete horas de viaje, con obvias razones estaba cansado. Freddy estaba hablando por teléfono con su madre acerca de algunas cosas de trabajo, mientras que también le acariciaba el cabello al mexicano, pasando su mano ahí entre sus castaños cabellos, mirándolo a veces, sonriendo por lo lindo que era durmiendo sobre él.

A pesar de que Chip era más alto que él, se acostaba en su pecho, colocándose entre sus piernas para también abrazarlo. Freddy gustaba de eso, ya que cuando se despierta, le daba besitos en su pecho, besitos que le hacen sonrojar y reír por lo lindo que son.

—Oui, Chip va bien, il vient de rentrer chez lui, il était au Mexique pendant deux semaines. Tu n'as pas à t'inquiéter pour moi non plus, tu sais qu'il est nécessaire pour lui d'aller voir sa famille.
« Sí, Chip está bien, acaba de volver a casa, estuvo quince días en México. Tampoco tienes que preocuparte por mí, sabes que es necesario que vaya a ver a su familia. »

Chip se despertó poco después, aunque todavía cansado, pero con ganas de darle abrazos. Rodeo el cuerpo del menor entre sus grandes brazos, sonriendo, abrazándolo ahora, llenando su carita a besitos. Freddy reía suave, escuchando lo que su madre decía.

—Oh ? Désolé, c'est juste que Chip est debout, tu veux lui parler ?
« ¿Oh? Lo siento, es que Chip está levantado, ¿quieres hablar con él? »

La mujer aceptó. Quería hablar con el esposo de su hijo, hacía mucho que no escuchaba nada saliendo de él.

—Mi mamá quiere hablar contigo.—Freddy habló a Chip quien seguía pegado a su mejilla, besándolo. El mexicano lo miró, sin muchas ganas de eso.—Por favor, tal vez es importante.

—Bien. Dame, mi amor.—Le agarró el teléfono.—¿Si? ¿Pasa algo malo?—Preguntó a la mujer la cual solo negó, diciendo que no había nada de malo, que solo quería hablar con él.

—No pasa nada, solo quería hablar contigo de algunas cosas que necesito que hagas. Sabes que Freddy en los últimas semanas ha sido amenazado por algunas personas, ¿Verdad?

Chip suspiró con eso, claro que sabía de toda la situación. Le molestaba tanto que traten de hacerle tal daño a Freddy por algo que no fue su culpa, más bien fueron los otros empresarios que cometieron un error con las cuentas, echándole la culpa al Fazbear de aquello, aunque había evidencias de que no era así, amenazaron a Freddy de muerte incluso.

—Si, si, claro que lo sé, ¿Por qué?

—Necesito que te lleves a Freddy a México contigo mañana temprano. Yo voy a comprar los boletos y los dejaré en su casa por la noche.

Chip miró al menor quien había salido de la cama para ir a cambiarse de ropa a una más cómoda y calientita, estaba haciendo frío y él solo usaba la camisa de su esposo, así que se puso sus pantaloncitos calientitos y todo lo demás. El mexicano sonrió al verlo, era tan adorable el como se miraba al espejo de su gran armario, como daba vueltitas para ver cómo le quedaba la camisa de grande, era una ternura.

—¿Has entendido lo que tienes que hacer, Chip? Mañana temprano van a salir a México, lo vas a tener ahí unos meses contigo, no lo dejes solo, por favor.

—Si, señora. No sé preocupe, Freddy va a estar bien conmigo, yo se lo cuide como siempre. Si, si, adiós.

Colgó la llamada cuando la madre de Freddy se despidió. Dejó el teléfono en la cama, acercándose al armario donde estaba Freddy. Su armario en si era una habitación completa llena de ropa, accesorios y todo, repleto de ropa bien ordenada, mayormente de Freddy, al igual que los espejos que ocupaban toda una pared.

—¿Mi amor?

—¿Mmh?

Freddy se volteó, sonriéndole. Chip le agarró de sus manitas, acariciando estas. Lo miraba a sus hermosos ojos, le preocupaba mucho.

—Tu mamá me dijo que... Que mañana te lleve a México conmigo, por lo que está ocurriendo, las amenazas que te dieron, tu madre se va a hacer cargo junto con tus hermanos mayores para terminar y encerrar a las personas que te amenazaron.

Freddy se quedó callado unos segundos, mirando hacia abajo ahora, se había olvidado de esos de alguna forma. Le daba miedo otra ves al pensarlo, pero solo asintió.
—E-esta b... Bien, ¿Mi mamá va a comprar los boletos para que vayamos?

—Si, los debe de enviar en la noche, así que haz tus cositas, mi corazón, nos vamos temprano. Nos vamos a quedar unos días en casa de mi mamá, ¿Está bien?

Asintió una vez más.
Freddy se sentía apenado de todo eso, pero así era vivir como él, como su familia y todo el apellido Fazbear, era complicado.

—¿Dónde vivías tu en México?—Preguntó el menor, sacando una maleta para comenzar a empacar sus cositas, mucha ropa por supuesto.

—En Sinaloa, ahí está toda mi familia... Estaba, solo mi mamá sigue ahí.—Respondió, agachándose para ayudar a Freddy con eso. Lo miró, se veía asustado, preocupado.—Ven, mi amor, se que tienes miedo.

Freddy lo miró, en su mirada se lo notaba el miedo. Comenzó a sollozar poco después, gateando hacia el mexicano, hasta ser cargado en brazos, abrazado y besado en todos lados de su carita. Freddy temblaba también, tenía mucho miedo.

—Ya, ya va a pasar todo, mi lindo principe. Verás que tú mamá va a solucionarlo, luego vamos a regresar, vas a estar bien conmigo, corazón, yo te voy a cuidar y proteger como siempre hago.

Freddy sonrió con eso, abrazándolo también. Se acurrucó ahí, calmado después de unos minutos más, sin pensarlo, se había quedado hasta dormido. Chip no se esperaba eso, pero solo sonrió, dejándolo en la cama para que duerma, tal vez el miedo junto con el estrés de la situación le hicieron dormir.

Debía de cuidar de Freddy.