𝐎𝐔𝐑 𝐃𝐈𝐀𝐑𝐘 | ropa formal

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----- 𝐎𝐔𝐑 𝐃𝐈𝐀𝐑𝐘 -----
día diecinueve

—Es formal, Chip. Debes de ir conmigo, eres mi esposo.—Cruzó sus brazos, viendo al mexicano que no quería salir de la cama.—Tus hermanos irán también con los míos, no es excusa de que no habrá nadie que conozcas. Levántate, ahora.

—¿Es necesario ir, mi amor?

—Si.

—¿Por qué?

—Porque mi madre lo dice.

—... No me hables con ese tonito de voz, corazón, no te vengas a hacer el dominante, porque se que-

—Te he dicho que te levantes, ahora.—Se acercó a él, acorralando así al mexicano en la cama con sus brazos. Su mirada seria, penetrante decía todo. Ahora era ahora.

Chip se levantó de inmediato, yendo a bañarse. Freddy lo miró, sacando una sonrisa, era feliz sabiendo que todavía podía tener esa actitud dominante y fuerte, no la había perdido por ser el pasivo en la relación.

Él ya estaba listo como siempre. Solo espero sentado en la cama a qué el mexicano salga del baño para vestirse. Después de unos minutos, salió con la toalla alrededor de la cadera, podía ver el cabello mojado del mayor, más las gotas que resbalaban de su abdomen trabajado y marcado, de sus brazos fuertes llenos de tatuajes.

Al principio se quejó de que Chip se haya llenado los brazos de tatuajes de repente en un viaje a México, pero pronto descubrió que si le gustaba, mucho.

Se acercó, captando la atención del mayor quien le sonrió.
—¿Qué pasa, mi amor? ¡Freddy!

El menor le había bajado la toalla para poder verlo mejor. Se acercó más, besándolo en los labios, sus manitas delgadas sobre el abdomen del mexicano, acariciando suavemente. Chip había atrapado la toalla antes de que caiga, por lo que solo cubria su entrepierna con esta.

—Deja que me vista, wey, ¿No vamos a llegar tarde?—Preguntó, riendo entre el beso, Freddy se separó, lamiendo sus labios.—Uuh... ¿Mi amor?

—Faltan dos horas para irnos, no te preocupes.—Sonrió, comenzando a quitarse la corbata para tirarla por ahí.
Agarrando al mayor para besarlo en los labios una vez más.

Terminando, ahora ya ambos estaban en la reunión, Chip estaba junto con sus hermanos platicando de varias cosas, ellos también eran pareja de otros Fazbear que andaban ahí.

—Eh, no mames, pinche arañazo te dió tu vieja, wey.—David habló, viendo el cuello de su hermano mientras tenía el cigarro entre sus dedos. David era esposo de Golden desde hace tres años.

—Ugh, no me lo recuerdes. El wey es medio agresivo en eso, eso que no es el activo.—Habló, fumando también él. Estaban en una parte donde podían fumar libremente.—¿Qué? ¿Golden no te rasguña como pinche gato?

—¿Qué me va a rasguñar ese wey?—Se rió, sacando el humo. Sus otros hermanos lo vieron, no creían nada de eso. Golden era conocido por ser un Fazbears algo agresivo, dominante sobre todo.—Yo tengo a mi wey bien agarrado, cabrones, soy el que lo domina, yo tengo los huevos en esa rela-

—¡David Hernández!

David volteó.
—¿Qué pasa, diosito mi amorcito precioso hermoso de mi cielo?—Se acercó, fumando todavía, sonriendo.

Golden lo llamó molesto de que lo haya dejado solo para irse a fumar. Se acercó con asco, tratando de no hacer caso a todos los Hernández que andaban ahí fumando y platicando.
—Vamos, ahora. Te dije que no te alejes de mi y aún así lo hiciste.—Le agarró del brazo, llevandoselo.

Se veía que David era el que mandaba en la relación.
Chip suspiró cansando, revisando su teléfono, tenía un leve ardor en la espalda por los rasguños hechos hace unas horas. Estaba cansado también, iba a seguir fumando y hablando con sus hermanos, cuando llegó Freddy.

—Chip.

Volteó, viendo al menor quien parecía no terminarle de gustar que esté fumando. Por lo menos lo estaba haciendo fuera y no dentro del lugar.

—¿Si, corazón? Ven, no tengas miedo, ya terminé de fumar, ¿Necesitas algo?—Preguntó, acercándose a él. Freddy le agarró de la corbata que estaba ya deshecha, le abotonó la camisa bien y le hizo nuevamente la corbata para que esté presentable.

—Sabes que tienes que estar presentable, Chip. No sé porque no te gusta vestirte así, te ves muy guapo.—Le sonrió, dándole un beso en los labios, un beso pequeño. Aunque no le gustaba el sabor que tenía ahora sus labios, aún así lo besó.

Chip sonrió, dándole otro beso.
—Si tu lo dices, precioso, ¿Pero no te gusta que mis tatuajes se vean? Me has dicho que te gusta. Me lo dijiste incluso cuando estabas arriba de mi, angelito.—Le susurró en los labios.

Freddy rió suave, dándole un golpecito en el pecho.
—No hagas esto aquí, sabes que hay veces en las cuales no puedo soportar tenerte a mi lado... Sin pensar en otras cosas contigo.

—¿Ah, si?  ¿Qué clase de cosas, mi cielo?

—Si me llevas a casa te podría decir.

Chip no podía mucho con las lindas palabras que salían de la boca de su esposo.

𝐎𝐔𝐑 𝐃𝐈𝐀𝐑𝐘 | frechip ; treinta días, terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora