Las apariciones pensaban que podían reclamar a Jeonghan como suyo, pero él se encargaría de demostrarles que estaban equivocados.
—Yo no le pertenezco a ustedes —le dijo el rubio al fantasma que flotaba delante suyo. Llevaba un blanco y vaporoso vestido, como una camisa usada. Se preguntó si era con lo que había muerto. Si era así, el chico se había quedado atrapado en una camiseta blanca y pantalones de pijama de algodón azul para toda la eternidad. Miró hacia abajo y vio el pantalón de pijama, ligeramente traslucido así como el resto de su cuerpo. Suspiró con pesadez—. Yo me pertenezco a mí mismo. Eso es todo.
—Pero tú eres uno de nosotros ahora —su cara acuosa brillaba con la luz suave del amanecer—. ¿No ves cuan mejor es esto?
De repente, Seungcheol se giró hacia Jisoo.
—Si él es un fantasma, ¿Hay forma de que nos podamos contactar?
—¡Estoy aquí! —los llamó Yoon, pero ellos no escuchaban.
—Yo no... —Hong parecía sin palabras—. Los vampiros aprendemos a evitar a las apariciones, no a hablar con ellos.
—¿Alguien podría saber? —preguntó el pelinegro. Sus ojos estaban desesperados—. ¿Hay alguna forma? ¿Alguna manera? Yo nunca he oído de alguna forma... Quizás no hay ninguna. Mierda, tiene que haber una —alzó la voz—. ¡Tiene que existir!
—Estoy pensando, ¿Bien? —Jisoo no se veía mucho más animado que Choi—. ¿Conoces a alguien de Adamās que pudiera saber?
—Un montón de gente —se quejó Seungcheol—. Ninguno de los cuales podría hablar con ellos de nuevo. Excepto, tal vez... —parecía considerarlo. Consideraba la posibilidad de volver a Adamās, aunque los cazadores tuvieran las órdenes de matarlo si lo veían. De cualquier forma, iba a intentarlo.
El mundo se disolvió en una niebla azul de nuevo y Jeonghan perdió todo sentido de un cuerpo humano. Aunque en cierto modo la sensación era liberadora, como volar en sueños, no le gustaba no tener un cuerpo. Los cuerpos te decían dónde estabas y lo que podías hacer. Mientras intentaba tirar de sí mismo, el espectro se acercó.
—Aprenderás a divertirte con el tiempo, pero necesitas acostumbrarte —dijo el fantasma.
—No me acostumbraré a esto, eso te lo seguro. Tenemos que discutir lo que me ha pasado.
—Entonces hablemos.
—No hablaré contigo mientras estemos flotando sin un cuerpo. Llévame a algún sitio en el que ambos podamos ser reales —exigió el rubio con el semblante serio.
—Bien, será de esta manera.
En un abrir y cerrar de ojos, la niebla desapareció. Ambos estaban en el ático de la casa de Mingyu. Se podían oler los libros viejos amontonados. Los listones de madera de la planta se veían claramente a través de sus pies traslúcidos. El espectro sonrió, y podría haber sido bastante bonita si no hubiera sido por las expresiones de su rostro. Su cabello era liso y largo. Tenía una barbilla estrecha, nariz afilada y ojos sabios. A Jeonghan le sorprendió darse cuenta de que probablemente era uno o dos años más joven que él. Bien había sido uno o dos años más joven que él cuando murió.
—¿Y bien?
—Soy Shin Danbi. Morí aquí hace casi noventa años. He estado en esta casa desde entonces. Te sentirás atraído por este lugar puesto que has muerto aquí y todo eso. Sin embargo, te digo ahora mismo que esta casa es mía. Dejé que te quedaras con tu novio en el sótano solo como favor a Mingyu, pero eso es todo. Las visitas no se quedan.
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Half Moon ➳ Seventeen
Fanfiction"Yoon Jeonghan ha abandonado Septendécim y se ha unido a Adamās, la organización mundial de cazadores de vampiros. Su nueva vida no es precisamente fácil: bajo la tutela de los cazadores, debe entrenarse con disciplina militar, cuidando que nadie d...