Half Moon ➳ Seventeen

«Capítulo 3»

En tan solo minutos, los cazadores ya tenían apiladas sus armas en viejas camionetas, camiones y automóviles. Seungcheol y Jeonghan se aseguraron de entrar primero en la furgoneta que el primer mencionado iba a conducir. Tanto Seungkwan como Seokmin, Hansol y Chan ocuparon los asientos traseros con el resto de la furgoneta llena de cosas.

—¿A dónde vamos, de cualquier forma? —preguntó Seokmin por encima de la radio.

El mayor de ellos se giró en la furgoneta.

—¿Has estado alguna vez en Tokio?

—Estas bromeando, ¿Verdad? —volvió a cuestionar, pero nadie estaba bromeando. Choi miró a su pareja confundido, como si no pudiera entender por qué el menor pensaba que era algo extraño.

—Llevamos todas las armas de Adamās porque vamos a atacar vampiros. En una ciudad tan grande como esa, la gente no... Ya sabes... ¿Lo nota? —explicó el castaño.

—No —habló Hansol—. Creo que nunca han estado en Tokio antes.

Seungkwan se echó a reír cuando el americano golpeó el salpicadero en sincronía con la canción que sonaba en la radio.

—Les va a encantar —prometió Chan—. Mi hermano solía llevarme allá al menos una vez al año. En la ciudad hay galerías increíbles y su arte es tan extraño que no puedo creer que nadie haya soñado con hacerlo.

—No vamos a tener mucho tiempo para pasarlo en museos —recalcó el mayor de todos.

Los golpes de Boo fallaron por un momento, pero tan pronto como el coro volvió a empezar, golpeó tan duro el tablero como siempre.

—Todavía me parece raro —le dijo Jeonghan a su novio—. ¿Cómo se supone que podamos encontrar un sitio allí?

—Tenemos amigos en Tokio. Es el hogar de la mayor célula de Adamās del mundo y tenemos una red de apoyo muy amplio.

—En otras palabras —Hansol habló por encima de la música—. Estos chicos son bien enrollados.

—¿Qué? ¿Viven ellos en áticos? —preguntó Seokmin en un tono de burla.

—No —respondió Choi—. Ya comprobarás su arsenal. Creo que hay algunos ejércitos que no tienen el poder de armamentos que la célula de la ciudad de Tokio tiene.

—¿Cómo es que la célula de Tokio es tan grande? —cuestionó Jeonghan. A pesar de la gravedad de su situación, podía sentir su pulso aumentando con cada kilometro que recorrían—. ¿Y por qué les gusta tanto?

—Porque Tokio es una ciudad que tiene un serio problema con los vampiros —el mayor parecía sombrío—. Los vampiros llegaron allí en el 1600. Están arraigados en el área de poder masivo porque tienen mayor influencia. La célula de Adamās necesita todos los recursos que puedan llegar a poner contra ellos. Esta fue la primera célula en el nuevo mundo o al menos, eso es lo que dicen.

Yoon pensó en los vampiros de la antigua época, y luego Jisoo y Charity llegaron a su mente, pues ellos habían estado con vida en ese entonces. Cuando el primer mencionado le contó cómo había crecido, pensó que sonaba como una edad insondable, misteriosa e impresionante. Era extraño pensar que Adamās fuera tan antigua también.

Seungkwan debió de haber estado pensando lo mismo, porque preguntó:

—¿Entonces en ese año se fundó Adamās? ¿En serio en 1600?

Hansol se rió de él.

—Inténtalo con unos mil años antes.

—¡No me digas! —gritó Seokmin—. ¿De verdad?